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Voto de Grijander:
5

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5
5,5
28.110
Ciencia ficción. Acción
Un peligroso asesino llamado Simon Phoenix es congelado en una cárcel criógena. Años después despierta en una ciudad sin ley y con una sociedad llena de criminales, donde nadie puede evitar que cometa sus acciones favoritas. Solo Spartan, el policía que lo detuvo en 1996, y congelado por un crimen que no cometió, puede acabar con él... (FILMAFFINITY)
31 de octubre de 2013
31 de octubre de 2013
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Demolition Man es un ejemplo perfecto de ese cine de acción noventero que está en serio peligro de extinción, para satisfacción de unos y para tristeza de los nostálgicos. Una película sobre tacos, explosiones, disparos y hostias de todos los colores que utiliza el guion como excusa para su verdadero fin.
Marco Brambilla, videoartista elogiado por la crítica, debuta como director de cine. Su carrera es corta pero da a entender que es un tipo peculiar, que igual se come el cesped que te corta el arroz. En Demolition Man su trabajo es de todo menos brillante, pero coño, es muy de la época. Construye una película en la que el rocambolesco guion sirve de pretexto para dar cabida a absolutamente todos los clichés del género del cine de acción y lo hace con un salero incontestable. Su humor autoconsciente (por momentos pasado de rosca) parece caricaturizar, sin ridiculizar, esos momentos característicos en el género como, por ejemplo, ese héroe que siempre tiene una frase ingeniosa para los momentos cumbre. Lo suyo con las cámaras no es ningún prodigio, pero se sirve de divertidos detalles del diseño de producción para ayudarnos a recorrer las calles de San Ángeles ofreciendo todo lujo de detalles. Además, consigue una química interesante entre héroe y villano
Sylvester Stallone protagoniza la película haciendo de ese tipo del que siempre hacía: el héroe que utilizaba el sarcasmo y repartía más galletas que la fábrica de Fontaneda. Bien en lo suyo, el bueno de Sly. Wesley Snipes, con cierto recorrido ya en el cine (aunque puede que nunca tan importante), encarna al villano por excelencia de la década: burlón, amante de las armas y bueno en el cuerpo a cuerpo. Su trabajo, sobreactuado como de costumbre, cumple sin embargo con lo que se le pide. Sandra Bullock estuvo nominada al Razzie por su trabajo en esta producción y a mí, personalmente, su labor no me parece del todo mala. Diría, incluso, que está simpática. Nigel Hawthorne, Bob Gunton y Rob Schneider (éste último se mete en berenjenales de todo tipo) forman la parte más reconocible del elenco de secundarios.
Resumiendo, que es gerundio: Demolition Man es una película floja. Mala, según a quién le preguntes. Pero es uno de tantos iconos del cine que marcó una época y, además, reúne la mayor parte de los detalles que convirtieron al cine de acción en el género por excelencia de los años 90 sobretodo en su primera mitad. A mí me parece divertidísima.
Marco Brambilla, videoartista elogiado por la crítica, debuta como director de cine. Su carrera es corta pero da a entender que es un tipo peculiar, que igual se come el cesped que te corta el arroz. En Demolition Man su trabajo es de todo menos brillante, pero coño, es muy de la época. Construye una película en la que el rocambolesco guion sirve de pretexto para dar cabida a absolutamente todos los clichés del género del cine de acción y lo hace con un salero incontestable. Su humor autoconsciente (por momentos pasado de rosca) parece caricaturizar, sin ridiculizar, esos momentos característicos en el género como, por ejemplo, ese héroe que siempre tiene una frase ingeniosa para los momentos cumbre. Lo suyo con las cámaras no es ningún prodigio, pero se sirve de divertidos detalles del diseño de producción para ayudarnos a recorrer las calles de San Ángeles ofreciendo todo lujo de detalles. Además, consigue una química interesante entre héroe y villano
Sylvester Stallone protagoniza la película haciendo de ese tipo del que siempre hacía: el héroe que utilizaba el sarcasmo y repartía más galletas que la fábrica de Fontaneda. Bien en lo suyo, el bueno de Sly. Wesley Snipes, con cierto recorrido ya en el cine (aunque puede que nunca tan importante), encarna al villano por excelencia de la década: burlón, amante de las armas y bueno en el cuerpo a cuerpo. Su trabajo, sobreactuado como de costumbre, cumple sin embargo con lo que se le pide. Sandra Bullock estuvo nominada al Razzie por su trabajo en esta producción y a mí, personalmente, su labor no me parece del todo mala. Diría, incluso, que está simpática. Nigel Hawthorne, Bob Gunton y Rob Schneider (éste último se mete en berenjenales de todo tipo) forman la parte más reconocible del elenco de secundarios.
Resumiendo, que es gerundio: Demolition Man es una película floja. Mala, según a quién le preguntes. Pero es uno de tantos iconos del cine que marcó una época y, además, reúne la mayor parte de los detalles que convirtieron al cine de acción en el género por excelencia de los años 90 sobretodo en su primera mitad. A mí me parece divertidísima.