El nuevo vigilante nocturno del depósito de cadáveres se ve envuelto sin querer en una trama relacionada con un psicópata necrófilo.
Un jovencísimo Ewan McGregor que empezaba a despuntar, es el protagonista.
La trama es simple pero efectiva. El argumento avanza despacio, pero se ve intercalado con muchas escenas inquietantes en la soledad de la noche de vigilancia. A veces se roza el terror, con esos largos pasillos con la cámara frigorífica al final.
Un Josh Brolin aún un poco desconocido, es el amigo que no para de gastar bromas pesadas.
La película cumple su función, interesando hasta el final. No tengo en cuenta que es un remake de un título europeo, porque no lo he visto.
Es un thriller de serie media, con sus correspondientes giros argumentales (aunque no demasiado sorprendentes). Los actores son buenos y la realización decente. Recomendable pero que tampoco pasará a la historia del género.
Lo peor: La banda sonora, que no acompaña y chirria. Si una música se nota tanto al ver una película, es que no está bien integrada y es mala.