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Voto de i42poloj:
2

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2022 

Andrew Dabb (Creador), Bronwen Hughes ...
3,6
2.192
Serie de TV. Acción. Terror. Ciencia ficción. Thriller
Serie de TV (2022). 1 temporada. 8 episodios. Casi tres décadas después del descubrimiento del virus T, un brote revela los oscuros secretos de Umbrella Corporation. En la primera línea de tiempo, las hermanas de catorce años Jade y Billie Wesker se mudan a New Raccoon City. Una ciudad corporativa fabricada, que se les impuso en plena la adolescencia. Pero cuanto más tiempo pasan allí, más se dan cuenta de que la ciudad es más de lo que ... [+]
17 de julio de 2022
17 de julio de 2022
25 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
En lo que respecta a las nuevas series del verano de 2022, he tenido que andar con mil cuidados para evitar “spoilers” en internet de “La casa del dragón” y “Los anillos de poder”. Así que cuando supe que Netflix iba a sacar una de la potente franquicia de videojuegos, me estaba extrañando muchísimo no tener que esquivar noticias en redes sociales y webs. Eso ya pasó de forma parecida con la mediocre “Bienvenidos a Raccoon City” (me refiero a una promoción relativamente escasa), con lo cual ya la cosa pintaba medio mal.
¿Qué tenemos aquí? Pues una serie que, menos esencia “Resident evil”, tiene un poco de todo. Un batiburrillo de cosas que no funciona ni como terror, ni como drama, ni como ciencia ficción, ni como nada. Los que detestaban la saga de Milla Jovovich (que no es mi caso), ¿qué pensarán entonces de esto?
Se le podría perdonar que metiera tramas de instituto y “bullying” con las hermanas Wesker. Ojo, una es negra y la otra tiene rasgos asiáticos, y lo justifican con un rollo de embriones.
Se le podría perdonar el desmesuradamente cansino tema de la inclusión, porque Netflix es lo que da sí o sí, por lo que sea. No solo Wesker pasa a ser negro, sino que tiene que haber lesbianas. Bueno, vale, venga, si en el fondo me da igual, aunque canse. Por cierto, voy a meter leña al fuego pero ¿no hay muchísimas más lesbianas que hombres gay en la ficción actual? ¿Para cuando la representatividad de los aborígenes de Nueva Zelanda? Creo que salen poco. Nótese el sarcasmo de este párrafo, ojo. Cualquier troll por privado será bloqueado.
Se le podría perdonar su falta de ritmo y que comparada con las películas de Jovovich esto parezca “Nomadland”. Al fin y al cabo el presupuesto no es el mismo. Pero esas hordas de zombies con ampollas en la piel más que putrefacción, no me parecen muy impresionantes. Esto no es "The walking dead" precisamente.
Se le podría perdonar la ridícula oruga gigante del principio. El virus siempre ha afectado a los animales, aunque bien podían haber escogido otra cosa para el primer episodio.
Se le podría perdonar, con muchísimo esfuerzo, la falta de parecido con los videojuegos. Comparado con esto, las películas (que ya inventaban lo que querían) parecen la versión extendida de “El código Da Vinci” en lo que respecta a calcar el material original.
Pero ahora viene lo que me mata. Tiene uno de esos momentos breves, que no por breve, sino por ser inmensamente malo, se carga todo como un castillo de cartas y hace que se me vayan todas las dudas de que esto es un bodrio descomunal. Debo reconocer que la he abandonado a la mitad del segundo capítulo. Sin embargo, por casualidad he tenido el “privilegio” de descubrir la “joyita” que nos traen a finales del séptimo episodio. Y doy gracias a Dios de no haber aguantado hasta ahí.
Me refiero, claramente, a esa escena infecta, ridícula, vergonzosa, estúpida y causante de que me entren ganas de arrancarme los ojos y los oídos con un instrumento de tortura medieval.
Evelyn, la villana dueña de Umbrella, se encuentra con Jade en un laboratorio, y de buenas a primeras, sin más (no sé si tiene algo que ver con la droga de felicidad que fabrican, pero francamente me importa un bledo), empieza a cantar y bailar la canción “Don’t start now” de Dua Lipa. Sí, así es. Es aproximadamente medio minuto nada más, pero vaya tela. Esto es un insulto para los fans de “Resident evil”, incluso para los que no son y tienen más de una neurona en la cabeza. Qué demonios, es también un insulto a Dua Lipa y a todos sus seguidores. Como decía Nicolas Cage en “La roca”, en el nombre de los testículos del minotauro, ¿en qué demonios estaban pensando para hacer esto? El que no se lo crea, que lo busque en internet. Patetismo y vergüenza ajena en alta concentración. Advertidos estáis.
En fin, un desastre total, incluso aunque obviáramos dicha escenita, cosa que no puedo.
¿Qué tenemos aquí? Pues una serie que, menos esencia “Resident evil”, tiene un poco de todo. Un batiburrillo de cosas que no funciona ni como terror, ni como drama, ni como ciencia ficción, ni como nada. Los que detestaban la saga de Milla Jovovich (que no es mi caso), ¿qué pensarán entonces de esto?
Se le podría perdonar que metiera tramas de instituto y “bullying” con las hermanas Wesker. Ojo, una es negra y la otra tiene rasgos asiáticos, y lo justifican con un rollo de embriones.
Se le podría perdonar el desmesuradamente cansino tema de la inclusión, porque Netflix es lo que da sí o sí, por lo que sea. No solo Wesker pasa a ser negro, sino que tiene que haber lesbianas. Bueno, vale, venga, si en el fondo me da igual, aunque canse. Por cierto, voy a meter leña al fuego pero ¿no hay muchísimas más lesbianas que hombres gay en la ficción actual? ¿Para cuando la representatividad de los aborígenes de Nueva Zelanda? Creo que salen poco. Nótese el sarcasmo de este párrafo, ojo. Cualquier troll por privado será bloqueado.
Se le podría perdonar su falta de ritmo y que comparada con las películas de Jovovich esto parezca “Nomadland”. Al fin y al cabo el presupuesto no es el mismo. Pero esas hordas de zombies con ampollas en la piel más que putrefacción, no me parecen muy impresionantes. Esto no es "The walking dead" precisamente.
Se le podría perdonar la ridícula oruga gigante del principio. El virus siempre ha afectado a los animales, aunque bien podían haber escogido otra cosa para el primer episodio.
Se le podría perdonar, con muchísimo esfuerzo, la falta de parecido con los videojuegos. Comparado con esto, las películas (que ya inventaban lo que querían) parecen la versión extendida de “El código Da Vinci” en lo que respecta a calcar el material original.
Pero ahora viene lo que me mata. Tiene uno de esos momentos breves, que no por breve, sino por ser inmensamente malo, se carga todo como un castillo de cartas y hace que se me vayan todas las dudas de que esto es un bodrio descomunal. Debo reconocer que la he abandonado a la mitad del segundo capítulo. Sin embargo, por casualidad he tenido el “privilegio” de descubrir la “joyita” que nos traen a finales del séptimo episodio. Y doy gracias a Dios de no haber aguantado hasta ahí.
Me refiero, claramente, a esa escena infecta, ridícula, vergonzosa, estúpida y causante de que me entren ganas de arrancarme los ojos y los oídos con un instrumento de tortura medieval.
Evelyn, la villana dueña de Umbrella, se encuentra con Jade en un laboratorio, y de buenas a primeras, sin más (no sé si tiene algo que ver con la droga de felicidad que fabrican, pero francamente me importa un bledo), empieza a cantar y bailar la canción “Don’t start now” de Dua Lipa. Sí, así es. Es aproximadamente medio minuto nada más, pero vaya tela. Esto es un insulto para los fans de “Resident evil”, incluso para los que no son y tienen más de una neurona en la cabeza. Qué demonios, es también un insulto a Dua Lipa y a todos sus seguidores. Como decía Nicolas Cage en “La roca”, en el nombre de los testículos del minotauro, ¿en qué demonios estaban pensando para hacer esto? El que no se lo crea, que lo busque en internet. Patetismo y vergüenza ajena en alta concentración. Advertidos estáis.
En fin, un desastre total, incluso aunque obviáramos dicha escenita, cosa que no puedo.