Película que decide explotar la franquicia Minecraft sin pies ni cabeza, con una historia que 'recuerda' a El Mago de Oz pero utilizando elementos que aparecen en el videojuego. Visualmente atraerá a pequeños y medianos que crecieron al calor de las construcciones digitales, pero para el resto se trata de un film cuyos chistes son bastante infantiles y donde los consabidos Jason Momoa y Jack Black juegan en su papel de forma histriónica (más todavía que en otras películas) para atraer al público casual y adulto que acompaña a sus hijos (o hermanos pequeños) a ver el divertimento. No es que tuviéramos una historia original compleja, pero el resultado es sonrojante para los espectadores.