El documental mantiene una línea bastante agradable, mostrándote poco a poco todo el mundillo del subgénero del hardcore techno en Holanda, te muestra las discotecas que iniciaron el movimiento gabber al igual que sus bailes, ambiente, la gente y demás. Algo que me gustó fue que se cuenta todo desde un punto de vista cercano y a su vez visto desde fuera, puesto que la sociedad no ayudó mucho a este subgénero, tachándolo de drogadictos, nazis y muchos despectivos que habían en la época, pero no es así, este documental explica el movimiento real de los gabbers, y que para nada es lo que te pinta la sociedad, más bien fue una construcción social que se fue tergiversando a medida que pasaban los años y la moda de este estilo.