La historia de la película es bastante sencilla, un grupo de bailarines están ensayando para el estreno de un musical, y un peligroso asesino, anteriormente actor, se escapa del psiquiátrico y accede al interior del edificio donde están ensayando. Una vez allí pues os podéis imaginar lo que ocurre... se dedica a ir matando uno por uno a todos, de las formas más brutales y empleando todo tipo de herramientas, desde un taladro enorme hasta una sierra eléctrica.
Para mí no es la mejor película de Michele Soavi, recuerdo otras que me han gustado bastante más como La Secta o El engendro del diablo. En esta película los diálogos y las interpretaciones me resultan poco convincentes, le falta emoción a las interpretaciones. También muchas escenas son bastante previsibles.
Aunque se nota la influencia del gran maestro italiano Darío Argento, en esta película, Aquarius no está a la altura ni mucho menos de sus películas. Michele Soavi trabajó durante un tiempo con Argento como asistente de dirección y se nota la influencia de éste en la forma de rodar las escenas, hasta las muertes, incluso la banda sonora, tipo trash metal, muy de las pelis de Argento. Aún así la película resulta entretenida.