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6,3
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Thriller
En este desenlace de la saga Millennium la tensión se dispara. Tras el agónico final de La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, puede que Lisbeth Salander haya sobrevivido a ser enterrada viva pero sus problemas están lejos de haber acabado. Está acusada de triple asesinato y fuerzas poderosas intentan silenciarla de una vez por todas. Mientras, Michael Blomkvist escarba en su oscuro pasado y pronto encuentra sus huellas. (FILMAFFINITY) [+]
2 de diciembre de 2012
2 de diciembre de 2012
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
A estas alturas de la saga, Larsson ya dominaba las técnicas básicas de marketing de bestsellers: tensión sexual, un título almodovarianamente absurdo y largo, morbo, clichés, conspiraciones gubernamentales, polémicas nacionales, lesbianismo, hackers y sobre todo dejar un final inconcluso al que las mentes débiles no se puedan resistir. A estas alturas de la saga, yo ya había mandado a paseo a Salander y cía al final del segundo libro tras asistir a una de las resurrecciones más cutres hubiese podido imaginar.
Como no podía ser de otra forma “Millennium 3” fue un éxito de ventas y tuvo su correspondiente adaptación al cine en forma de esta “La reina en el palacio de las corrientes de aire”, tan (sueca y desgraciadamente) fiel al libro como las anteriores: el mismo ritmo cansino sueco, las mismas interpretaciones de cara de palo, la misma simpleza argumental y las mismas casualidades (Deus ex machina) para salir de una situación complicada y entrar en otra. Y creedme que en “Millennium 3” abundan las casualidades, las triquiñuelas y las escapatorias de última hora porque como Larsson tenía en mente acabar la saga en este momento, se dedica a atar todos los cabos que ha ido dejando sueltos… que son muchos.
Un escritor serio habría ido deshinchando el globo poco a poco, dejando salir el aire suavemente y que cada subtrama se cierre elegante y creíblemente. Pero para eso hace falta un talento muy alejado de las posibilidades de Larsson, quien directamente pincha el globo organizando un macrojuicio de casi una hora (de película) que ponga a cada malvado en su sitio. Un juicio más amañado que los de “De buena ley” en Telecinco en el que abundan los testigos sorpresa, las pruebas no declaradas, los careos de cualquiera con cualquiera y los perjurios que sean necesarios para sacar toda la mierda a la luz. Y cuando se llega a un callejón sin salida se hackea lo que haga falta (ordenadores, cámaras de circuito cerrado, televisiones, relojes o gatos) para obtener vídeos, documentos o cualquier clase de material comprometedor.
De nuevo, una fidedigna adaptación de un libro más que mediocre. Me hubiese decepcionado si la hubiese visto con expectativas y sin saber lo que me iba a encontrar.
Como no podía ser de otra forma “Millennium 3” fue un éxito de ventas y tuvo su correspondiente adaptación al cine en forma de esta “La reina en el palacio de las corrientes de aire”, tan (sueca y desgraciadamente) fiel al libro como las anteriores: el mismo ritmo cansino sueco, las mismas interpretaciones de cara de palo, la misma simpleza argumental y las mismas casualidades (Deus ex machina) para salir de una situación complicada y entrar en otra. Y creedme que en “Millennium 3” abundan las casualidades, las triquiñuelas y las escapatorias de última hora porque como Larsson tenía en mente acabar la saga en este momento, se dedica a atar todos los cabos que ha ido dejando sueltos… que son muchos.
Un escritor serio habría ido deshinchando el globo poco a poco, dejando salir el aire suavemente y que cada subtrama se cierre elegante y creíblemente. Pero para eso hace falta un talento muy alejado de las posibilidades de Larsson, quien directamente pincha el globo organizando un macrojuicio de casi una hora (de película) que ponga a cada malvado en su sitio. Un juicio más amañado que los de “De buena ley” en Telecinco en el que abundan los testigos sorpresa, las pruebas no declaradas, los careos de cualquiera con cualquiera y los perjurios que sean necesarios para sacar toda la mierda a la luz. Y cuando se llega a un callejón sin salida se hackea lo que haga falta (ordenadores, cámaras de circuito cerrado, televisiones, relojes o gatos) para obtener vídeos, documentos o cualquier clase de material comprometedor.
De nuevo, una fidedigna adaptación de un libro más que mediocre. Me hubiese decepcionado si la hubiese visto con expectativas y sin saber lo que me iba a encontrar.