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Voto de Hilodeseda:
8

Voto de Hilodeseda:
8
7,2
50.044
Drama
Historia dramática que recorre 12 años (2002-2013) de la vida de Mason (Ellar Coltrane) de los seis a los dieciocho. Durante este periodo, se producen todo tipo de cambios, mudanzas y controversias, relaciones que se tambalean, bodas, diferentes colegios, primeros amores, desilusiones y momentos maravillosos. Un viaje íntimo y basado en la euforia de la niñez, los sísmicos cambios de una familia moderna y el paso del tiempo. (FILMAFFINITY) [+]
18 de septiembre de 2014
18 de septiembre de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas veces a lo largo de un año uno asiste con tanta gana y devoción a presenciar una película al cine como ayer con “Boyhood”. Mucho se había oído por los corrillos cinematográficos –desde su estreno y premio a mejor dirección en la Berlinale hace 7 meses– de que probablemente estuviéramos antes una auténtica obra maestra del séptimo arte, y poniendo en cuarentena esta última afirmación, ciertamente estamos ante una película que navega en ligas mayores a lo que estamos habituados. Lo que sí puedo afirmar es que es todo un placer contemplar como la sala de cine estaba a rebosar por gente de toda edad y condición. ¿Algo está cambiando? No lo creo, aunque es sin duda una gran noticia que el público se anime a contemplar esta gran película del cine contemporáneo que no posee suspense, ni acción, ni sustos, sino que observamos como la vida y sus conflictos pasan ante nuestros propios ojos.
“Boyhood” dirigida por Richard Linklater (autor de la trilogía “Antes del amanecer/atardecer/anochecer”) nace como un arriesgado e innovador –aunque Winterbottom ya hiciera algo parecido en 5 años– concepto del rodaje. Su filmación durante 12 años consecutivos contemplando así la evolución física de todos los protagonistas es algo sorprendente y que asciende la película a niveles mayúsculos. Lo habitual es alternar diferentes actores para encarnar las distintas épocas de ciertos personajes; en cambio aquí descubrimos como Ellar Coltrane, Patricia Arquette, Ethan Hawke y Lorelei Linklater (hija en la vida real de Richard Linklater) crecen y envejecen a los largo de esos 12 largos años.
Linklater no nos plantea una película al uso, sino un álbum de momentos en la historia de una familia desestructurada –padres separados– que trata de salir adelante. Un guion construido a lo largo de los años en función de la evolución de los propios actores a nivel físico y personal, y que en ocasiones sucede con saltos demasiado acusados y entrecortados tratando de dar lógica a un montaje que abarca demasiados años. Y es que lo que es un halago unánime en ese aspecto a mi entender supone en ocasiones cierto impedimento, leve, pero impedimento.
Lo fascinante de la historia está en cómo sin suceder gran cosa en la trama, sin producirse hechos altamente relevantes, Linklater logra mantenernos enganchados a la historia a través de unos diálogos inteligentísimos y ricos en vivencias, a través de los cuales te hace partícipe de una vida y todo su desarrollo. Una vida, la de Mason (Ellar Coltrane), que pasa desde la más inocente niñez, pasando por la siempre complicada pubertad hasta la llegada a la Universidad; y donde veremos cómo afectan a los más jóvenes situaciones violentas entre los adultos, viviremos enamoramientos, rupturas, y reflexiones más o menos trascendentes conforme el protagonista evoluciona. Aunque si todo esto es francamente estimulante –fundamentalmente por esa naturalidad abrumadora con la que está contada–, la riqueza de la película radica en la reflexión que repercute en el espectador sobre la escala de valores de cada persona, momento en el que cada cual recapacita en su interior y da valor a lo que realmente lo tiene. Vivir y compartir cada momento de tu vida con las personas que más te importan, aquellos por los que luchas y te sacrificas: tus hijos que irremediablemente crecen y te abandonan.
Un canto a vivir y saber apreciar cada situación y cada momento, evitando así que se nos escape la vida entre los dedos y sin pestañear.
A nivel técnico la película introduce la cámara en interiores aprovechando planos medios y cortos, donde la gestualización de los actores cobra una trascendencia enorme. La música tiene una gran relevancia en la película; temas de Bob Dylan, Paul McCartney, Coldplay o The Hives sirven para mostrar sensaciones y sentimientos, siendo parte indispensable de la trama. En cuanto a los actores, Ellar Coltrane está estupendo, los adultos Ethan Hawke y Patricia Arquette mejor el primero que la segunda, y Lorelei Linklater va de más a menos en un personaje que pierde claramente fuerza. Uno de los puntos más flojos dentro del alto nivel del conjunto, está la presencia de algún secundario quizás algo mal dirigido y cuyo personaje es algo maniqueo.
Resumiendo, una genial película que bajo mi punto de vista no llega a ser considerada obra maestra pero que seguro estará entre las más galardonadas del año.
Lo mejor: Contemplar el crecimiento real de los actores.
Lo peor: Ciertos secundarios.
Valoración:
Banda sonora: 8
Fotografía: 6
Interpretaciones: 7,5
Guion: 8
Dirección: 9
Satisfacción: 7,5
NOTA FINAL: 7,6
@hilodeseda - www.habladecine.com
“Boyhood” dirigida por Richard Linklater (autor de la trilogía “Antes del amanecer/atardecer/anochecer”) nace como un arriesgado e innovador –aunque Winterbottom ya hiciera algo parecido en 5 años– concepto del rodaje. Su filmación durante 12 años consecutivos contemplando así la evolución física de todos los protagonistas es algo sorprendente y que asciende la película a niveles mayúsculos. Lo habitual es alternar diferentes actores para encarnar las distintas épocas de ciertos personajes; en cambio aquí descubrimos como Ellar Coltrane, Patricia Arquette, Ethan Hawke y Lorelei Linklater (hija en la vida real de Richard Linklater) crecen y envejecen a los largo de esos 12 largos años.
Linklater no nos plantea una película al uso, sino un álbum de momentos en la historia de una familia desestructurada –padres separados– que trata de salir adelante. Un guion construido a lo largo de los años en función de la evolución de los propios actores a nivel físico y personal, y que en ocasiones sucede con saltos demasiado acusados y entrecortados tratando de dar lógica a un montaje que abarca demasiados años. Y es que lo que es un halago unánime en ese aspecto a mi entender supone en ocasiones cierto impedimento, leve, pero impedimento.
Lo fascinante de la historia está en cómo sin suceder gran cosa en la trama, sin producirse hechos altamente relevantes, Linklater logra mantenernos enganchados a la historia a través de unos diálogos inteligentísimos y ricos en vivencias, a través de los cuales te hace partícipe de una vida y todo su desarrollo. Una vida, la de Mason (Ellar Coltrane), que pasa desde la más inocente niñez, pasando por la siempre complicada pubertad hasta la llegada a la Universidad; y donde veremos cómo afectan a los más jóvenes situaciones violentas entre los adultos, viviremos enamoramientos, rupturas, y reflexiones más o menos trascendentes conforme el protagonista evoluciona. Aunque si todo esto es francamente estimulante –fundamentalmente por esa naturalidad abrumadora con la que está contada–, la riqueza de la película radica en la reflexión que repercute en el espectador sobre la escala de valores de cada persona, momento en el que cada cual recapacita en su interior y da valor a lo que realmente lo tiene. Vivir y compartir cada momento de tu vida con las personas que más te importan, aquellos por los que luchas y te sacrificas: tus hijos que irremediablemente crecen y te abandonan.
Un canto a vivir y saber apreciar cada situación y cada momento, evitando así que se nos escape la vida entre los dedos y sin pestañear.
A nivel técnico la película introduce la cámara en interiores aprovechando planos medios y cortos, donde la gestualización de los actores cobra una trascendencia enorme. La música tiene una gran relevancia en la película; temas de Bob Dylan, Paul McCartney, Coldplay o The Hives sirven para mostrar sensaciones y sentimientos, siendo parte indispensable de la trama. En cuanto a los actores, Ellar Coltrane está estupendo, los adultos Ethan Hawke y Patricia Arquette mejor el primero que la segunda, y Lorelei Linklater va de más a menos en un personaje que pierde claramente fuerza. Uno de los puntos más flojos dentro del alto nivel del conjunto, está la presencia de algún secundario quizás algo mal dirigido y cuyo personaje es algo maniqueo.
Resumiendo, una genial película que bajo mi punto de vista no llega a ser considerada obra maestra pero que seguro estará entre las más galardonadas del año.
Lo mejor: Contemplar el crecimiento real de los actores.
Lo peor: Ciertos secundarios.
Valoración:
Banda sonora: 8
Fotografía: 6
Interpretaciones: 7,5
Guion: 8
Dirección: 9
Satisfacción: 7,5
NOTA FINAL: 7,6
@hilodeseda - www.habladecine.com