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Voto de El Golo Cine:
6

Voto de El Golo Cine:
6
2015 

Documental, Intervenciones de: Kenneth Hartman
Documental
Explora la realidad de los reclusos del "Centro de programación progresiva" de la prisión estatal de California, único en su tipo, conocido como "Yard A". Este patio de prisión experimental se centra en la superación personal. La mayoría de los reclusos cumplen cadenas perpetuas sin posibilidad de libertad condicional y fueron sentenciados en la adolescencia.
25 de enero de 2024
25 de enero de 2024
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Documental producido por HBO y dirigido por Susan Raymond. Muestra la vida de un grupo de hombres que están condenados a prisión perpetua sin posibilidad de salir en libertad.
Por Nicolás Bianchi
Este documental carcelario de HBO se basa en un recurso central: entrevistas con presos, muchos de ellos jóvenes, que están condenados a prisión perpetua sin posibilidad de libertad condicional (o de ningún otro tipo). Según cuenta el film, este tipo de condenas se empezaron a producir en reemplazo de la pena de muerte. Es, además, una especie de condena a muerte encubierta. En cualquier caso, estos reclusos están condenados a morir en prisión.
Por lo que cuentan varios de los protagonistas del documental, cuando una persona recibe una condena de este tipo suele entrar en un cuadro depresivo. También es común tornarse violento. Este último camino conduce a una situación aún peor que es el aislamiento. O sea, los presos que peor la pasan en la cárcel son aquellos que continúan, por decirlo de alguna manera, delinquiendo.
Ahora bien, todos los reclusos entrevistados en este documental adoptaron otra postura. Por eso viven en el Yard A de la prisión estatal de California. Este sector se maneja bajo un programa y reglas especiales. En este sentido, ha sido pensado para aquellos condenados a sentencias perpetuas. En líneas generales, ofrece una vida “mejor” a sus integrantes. Como se puede ver en la película los presos acceden a distintos trabajos y actividades recreativas. También pueden participar de grupos de apoyo o de formación.
La línea argumental que deja entrever la película es contraria a la existencia de este tipo de condenas. Al mostrar los relatos de los prisioneros queda claro que, por más que vivan mejor que en otros pabellones, se trata de una forma de tortura. Probablemente no haya estado en los planes del equipo de producción, pero podría haber sido interesante conocer argumentos en contra y a favor de este tipo de condenas perpetuas (de académicos, expertos, políticos, jueces u otros actores de la vida social estadounidense).
En particular, los presos que presenta el documental se podrían dividir en dos grupos. En primer lugar, está aquellos cuyos casos, al menos por su testimonio, parecerían merecedores de una pena menor. Alguno estaba en el lugar equivocado en un momento erróneo. Otro quizás no impidió algo terrible, pero no fue victimario directo. También hay casos terribles de adolescentes miembros de bandas que a los 18 años saben que nunca van a salir de prisión.
Por otro lado, están los internos que cuando cuentan los delitos que han cometido revelan historias terroríficas y macabras. La pregunta de qué hacer con esos hombres sobrevuela el documental. Toe tag parole: to live and die on Yard A cumple con la misión de retratar la vida de estos presos y dar testimonio de su situación. De todas maneras, en aspectos de derecho e incluso de filosofía, el documental podría haber sido mucho más profundo, interesante y sugestivo.
Está en HBO Max. Contacto: [email protected]
Por Nicolás Bianchi
Este documental carcelario de HBO se basa en un recurso central: entrevistas con presos, muchos de ellos jóvenes, que están condenados a prisión perpetua sin posibilidad de libertad condicional (o de ningún otro tipo). Según cuenta el film, este tipo de condenas se empezaron a producir en reemplazo de la pena de muerte. Es, además, una especie de condena a muerte encubierta. En cualquier caso, estos reclusos están condenados a morir en prisión.
Por lo que cuentan varios de los protagonistas del documental, cuando una persona recibe una condena de este tipo suele entrar en un cuadro depresivo. También es común tornarse violento. Este último camino conduce a una situación aún peor que es el aislamiento. O sea, los presos que peor la pasan en la cárcel son aquellos que continúan, por decirlo de alguna manera, delinquiendo.
Ahora bien, todos los reclusos entrevistados en este documental adoptaron otra postura. Por eso viven en el Yard A de la prisión estatal de California. Este sector se maneja bajo un programa y reglas especiales. En este sentido, ha sido pensado para aquellos condenados a sentencias perpetuas. En líneas generales, ofrece una vida “mejor” a sus integrantes. Como se puede ver en la película los presos acceden a distintos trabajos y actividades recreativas. También pueden participar de grupos de apoyo o de formación.
La línea argumental que deja entrever la película es contraria a la existencia de este tipo de condenas. Al mostrar los relatos de los prisioneros queda claro que, por más que vivan mejor que en otros pabellones, se trata de una forma de tortura. Probablemente no haya estado en los planes del equipo de producción, pero podría haber sido interesante conocer argumentos en contra y a favor de este tipo de condenas perpetuas (de académicos, expertos, políticos, jueces u otros actores de la vida social estadounidense).
En particular, los presos que presenta el documental se podrían dividir en dos grupos. En primer lugar, está aquellos cuyos casos, al menos por su testimonio, parecerían merecedores de una pena menor. Alguno estaba en el lugar equivocado en un momento erróneo. Otro quizás no impidió algo terrible, pero no fue victimario directo. También hay casos terribles de adolescentes miembros de bandas que a los 18 años saben que nunca van a salir de prisión.
Por otro lado, están los internos que cuando cuentan los delitos que han cometido revelan historias terroríficas y macabras. La pregunta de qué hacer con esos hombres sobrevuela el documental. Toe tag parole: to live and die on Yard A cumple con la misión de retratar la vida de estos presos y dar testimonio de su situación. De todas maneras, en aspectos de derecho e incluso de filosofía, el documental podría haber sido mucho más profundo, interesante y sugestivo.
Está en HBO Max. Contacto: [email protected]