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Voto de beyoto:
6

Voto de beyoto:
6
5,4
118
6 de septiembre de 2019
6 de septiembre de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Laura Antonelli fue, y siempre representará para mí, mi despertar sexual. Al final de mi infancia, justo en ese momento en el que empieza titubeante la adolescencia y sus poluciones nocturnas -o a cualquier hora, ver sus películas, especialmente esta y Malizia, era un ejercicio erótico de altísimo voltaje. Claro está que yo con apenas diez años no habría podido acceder a la sala de cine en la que se proyectaban de no haber sido porque íbamos toda la familia, mis padres, hermanos, tíos y primos, las tardes de domingo y en un cine de pueblo, en Esparreguera, Barcelona para más señas, donde el control del acceso de menores acompañados a este tipo de títulos no era ni mucho menos riguroso; otra cosa distinta era la reacción de mi padre, que en alguna ocasión hasta nos hizo salir del cine completamente indignado ante el espectáculo que estábamos presenciando, así ocurrió con Malizia cuya escena final apenas si pude ver completa.
"Dios mío, cómo he caído tan bajo" no está a la altura artística de Malizia pero yo la considero una de mis películas más queridas solo porque en ella luce y deslumbra una espectacular Laura Antonelli, mezcla de dulzura y sexo, de la que me enamoré perdidamente y que protagonizó mis sueños húmedos durante aquellos años de despertar sexual. La película es algo zafia y grosera, con momentos de dudoso humor pero contiene algunas de las escenas eróticas más ardientes que yo he visto nunca en el cine, mención especial al vestuario, la fotografía, la música y ese guiño a David Hamilton cerca del final de la película.
"Dios mío, cómo he caído tan bajo" no está a la altura artística de Malizia pero yo la considero una de mis películas más queridas solo porque en ella luce y deslumbra una espectacular Laura Antonelli, mezcla de dulzura y sexo, de la que me enamoré perdidamente y que protagonizó mis sueños húmedos durante aquellos años de despertar sexual. La película es algo zafia y grosera, con momentos de dudoso humor pero contiene algunas de las escenas eróticas más ardientes que yo he visto nunca en el cine, mención especial al vestuario, la fotografía, la música y ese guiño a David Hamilton cerca del final de la película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Inolvidables las escenas del pajar, cuando el coche se avería y el atractivo chófer sugiere a la señora refugiarse en una cabaña cercana para protegerse de la canícula mientras vienen a recogerles y una vez dentro se desata incontrolable la pasión, pocas escenas en el cine erótico me han resultado tan ardientes y seductoras como los encuentros de los amantes clandestinos en ese pajar, donde conseguir desnudar a Laura Antonelli era una tarea digna de Hércules, ya que el vestuario femenino a principios de siglo, siglo XX ojo, no era precisamente práctico para desnudarse con la premura del deseo. Puro fetichismo, puro erotismo.