Me debía volver a verla tras sus 11 años de estreno, más que nada porque venía notando hace unos dos o tres años, que estaba siendo muy comentada en redes sociales, caso extraño para una película que, en su momento, no había tenido tanto éxito comercial, si bien había estado correcta y disfrutable.

Recuerdo que en aquel año 2014 ver Interstellar era una buena experiencia, podría decirse que estabas satisfecho y habías pasado un buen momento. Pero nada más.

Pero también creo recordar que la experiencia no había sido del todo buena, más que nada porque en mi caso le encontraba ciertas fallas a la historia, puntualmente a la paterno-familiar-romántica, que estimava, desde mi yo de 2014, metida con calzador, tediosa e innecesaria, como que rompía con el clímax narrativo que muy bien se había construido.

Pues bien, pasaron los años y me tomé el tiempo para volver a visionarla con la máxima atención plena de mis sentidos. Y puedo decir que me gustó mucho más que en su primer visionado.

No solo que no encontré esa antigua "falla" narrativa, sino que al contrario, me pareció muy atinada e inteligente decisión narrativa del guion de los hermanos Nolan.

Simplemente, esta película es una genialidad audiovisual. El nivel de inmersión que propone es espectacular y alucinante, como pocas. La construcción al detalle de cada apartado técnico, como también argumentativo y actoral, es digno de que esta cinta se destaque por sobre muchas otras producciones de por lo menos todo el siglo XXI.

Claramente el tiempo está haciendo que sea un filme, día tras día, más valorado y no veo que nada impida que siga su crecimiento en popularidad, porque está a años luz del 99% de las producciones actuales, incluidas las del mismísimo Nolan.