El segundo largometraje de David Hebrero es una cinta de terror ibérico donde se mezclan entre sí demonios, profecías y paletos de un pueblo de la España profunda (en el que suponer e inventar la vida del otro es el pasatiempo diario).


El guion escrito por David Hebrero y Javier Kiran combina el terror con el drama de forma bastante desigual. La cinta tiene unos inicios bastante prometedores presentándonos a las dos protagonistas que se encuentran por casualidad en un remoto paraje cuando María José se intenta suicidar al no haber superado el suicidio de su único hijo, que se quitó la vida tras sufrir bullying hace trece años. Estos primeros momentos destilan un humor muy negro, ácido y gamberro que se convierte en un festival de gore rápidamente haciéndonos creer que estamos ante algo similar a lo que consiguió Alex de la Iglesia con la serie ‘’30 monedas’’ en 2020. No es extraño compararlas si tenemos en cuenta los escenarios donde ambas historias trascurren y la presencia de una reina del terror español como Macarena Gómez en ambas obras.


No obstante, poco a poco la historia se va desinflando. Rebaja su tono a medida que avanzan los segundos y acaba por elegir el melodrama abandonando la comedia negra (que al menos para mí era lo que la hacía brillar). Siguiendo la línea del drama, la cinta nos conduce a un desenlace que nos deja como reflexión que el infierno (tal y como lo entendemos) puede llegar a ser más apetecible que el cielo para algunas personas (cuyos deseos en este mundo después de la perdida y la injusticia no son otros que la venganza).


Me parece muy bien que se den oportunidades de actuar a personas como Sofía García (quien por cierto hace un papelón en esta cinta, ha debido de aprender de Macarena a hablar con la mirada porque solo necesitas mirar sus ojos para conocer los sentimientos más profundos de su personaje). A pesar de ello, creo que una actriz con acondroplasia como ella (es la forma más frecuente de enanismo) que ha demostrado tanto potencial en este debut, merecería recibir mejores ofertas en el futuro. Una de las claves de la inclusión es que todo el mundo reciba las mismas oportunidades laborales. Podría representar de forma excelente cualquier papel, no solo el de una niña pequeña (lo cual si te paras a pensarlo igual no es tan positivo como lo intenta vender la cinta). Tener acondroplasia no quiere decir que solo puedas interpretar determinados papeles. Espero verla en otras películas en el futuro porque su actuación es de lo poquito destacable de la cinta. Eso y la aparición de Macarena Gómez como madre coraje despechada y rencorosa que emprende su particular cruzada contra un pueblo que ya estaba maldito por la locura, la ignorancia y la superstición que los cegaron hace 40 años.