2007 fue el último año correcto para John Cusack, un actor que hasta entonces era un recurrente sinónimo de calidad (coincide con las últimas adaptaciones potables de Stephen King: "La niebla" y "1408"). Desde entonces y sin razón aparente desperdicia su talento (que de verdad lo tiene) en películas como éstas (directamente destinada al vídeo). "Cell" es una película que nunca aburre, es lo mejor de la cinta, con un comienzo prometedor. La pena es que no sólo no levanta el vuelo desde entonces, sino que hace gala de su barato presupuesto y su aparente desgana en su realización con cada escena que se sucede.
El guión desperdicia una metáfora muy ingeniosa y realista (la excesiva dependencia del móvil) al abordar una historia que ni siquiera se molesta en explicar con mayor claridad. Es como si prefiriese el ritmo y el efectismo por encima de todo, aún por encima del respeto al espectador. Lo peor es que lo ha escrito el propio King.
Tanto la factura técnica, como la dirección y edición, pasando por sus efectos especiales son carne de videoclub. Indigno de su reparto y de la historia en la que se basa.
Las interpretaciones hacen lo que pueden en una historia de este formato: Jackson destaca aún en piloto automático, Cusack mantiene en jaque al espectador haciéndole preguntarse si es que ya no está interesado en cimentar correctas interpretaciones o si ya se deja llevar por el primer guión que él o su agente pillan. Realmente me sabe mal por él, en especial.
Quien espere una nueva "1408", o una película infravalorada, que no se engañe: "Cell" no es la peor película de la historia (gracias a que entretiene), pero sí de las peores de Stephen King, una que desaprovecha el potencial de una historia interesante y una que supone un importante bajón en las carreras de Cusack y Jackson.