Había oído hablar de esta película, pero nunca tuve el gusanillo de saber más sobre el maestro de Wing Chun que tanto enseñó a Bruce Lee. Imagino que solamente porque solo lo consideraba como un maestro de artes marciales como de los tantos que hay. Si bien es verdad que en esta película retrata una muy buena historia, aún así no termina de calarme su historia.

No tengo nada que achacar al actor. Desde luego, Donnie Yen se ha labrado una reputación como actor de cintas de acción/artes marciales a la altura de los más grandes como gente de su lado del mundo (Bruce Lee, Jackie Chan) y del otro lado (Chuck Norris, Jason Statham o Jean-Claude Van Damme). Esta película es una muestra de ello, dando todo en escenas de lucha en la que va a gran velocidad en la que destacaría su pelea contra el fanfarrón de Jin Shanzhao en casa de Ip Kai-man.

Algo en lo que sí le achaco es en el tramo de drama para dosificar las escenas de acción. El supuesto drama entre Ip y su mujer por la poca atención que él le da a su mujer y a su hijo me pareció algo que no tratan lo suficientemente bien y se resuelve como si nada hacia el final del largometraje, cuando la mujer es consciente de que podría apoyarlo más.

Lo que sí siento es que esta es una biografía que me despierta cierta curiosidad, pero creo que en la historia de la humanidad hay vidas aún más interesantes. Sin querer quitar méritos a lo que hiciese en vida Ip Man, no sé si su vida da para tres secuelas más; con una sola o una más, creo que se podría haber contado prácticamente todo lo reseñable. Tampoco ayuda que, fuera del personaje interpretado por Yen, no haya personajes que capten tanto la atención o que todo salga al protagonista sin demasiados reparos.

Comparando mi nota y mi reseña sonaré contradictorio. Si bien, las virtudes están ahí y el visionado ha sido algo mejor de lo esperado, al camino del personaje principal le ha faltado verlo, bajo mi punto de vista, pasando verdaderas dificultades y no solo aparentarlo para la película.