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Voto de Seldon:
6

Voto de Seldon:
6
6,6
7.789
Serie de TV. Ciencia ficción. Thriller
Serie de TV (2015-2019). 4 temporadas. 40 episodios. Adaptación de la novela homónima de Philip K. Dick "El hombre en el castillo". Las fuerzas del Eje (Alemania y Japón) ganaron la II Guerra Mundial y ahora Estados Unidos está dividida en tres partes. Joe Blake, un luchador de la resistencia, parte de la Nueva York alemana con un misterioso cargamento hacia la zona neutral de Colorado. Por su parte, en la San Francisco japonesa, ... [+]
23 de febrero de 2016
23 de febrero de 2016
12 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
En teoría El hombre en el castillo (The Man in the High Castle) es una serie de ciencia ficción. Digo en teoría porque se basa en un libro homónimo de Philip K. Dick, un autor de ciencia ficción. Así que no es de extrañar que detrás de la serie esté Ridley Scott (como productor ejecutivo).
A priori podría entrar dentro del subgénero de las distopias, pero no describe un mundo completamente opuesto a lo ideal (sociedades agobiantes, represoras, escenarios catastróficos, postapocalípticos,...) que en un futuro distante, o no tanto.
En lugar de eso, la historia no se desarrolla en el futuro, sino en el presente (o al menos en el presente de cuando el autor la escribió, a principios de los años 60), pero en un presente alternatico. El hombre en el castillo (The Man in the High Castle) es un perfecto ejemplo de ucronia, y –aunque no fue la primera- si que estableció las bases y redefinió un poco “las reglas” del subgénero.
El punto de partida de El hombre en el Castillo es fácil de contar: el 8 de mayode 1945 la Alemania nazi fue derrotada, y unos meses después, le siguió el imperio japonés.
Pero ¿qué hubiera pasado si hubiese sido al revés? ¿Qué pasaría si los nazis y los japoneses hubiesen ganado y los aliados hubiesen sido derrotados?
La serie se desarrolla en los Estados Unidos, en el año 1962, pero en lugar de estar gobernados por Kennedy y de estar involucrados en plena guerra fría con los soviéticos, el país está dividido entre los vencedores: todo el centro y el este forma parte del Gran Reich Nazi, y está sometido (como medio mundo) a la Alemania vencedora.
La costa oeste forman los Estados Japoneses del Pacífico, y están gobernados por el imperio Japonés vencedor.
Y entre los dos, existe un territorio neutral, nominalmente no dependiente de ninguno de los dos, y que se extiendo a lo largo de la franja que ocuparían las montañas rocosas: es una especie de territorio cuasi sin ley, donde tanto los japoneses como los alemanes procuran no intervenir, entre otras cosas para guardar las distancias entre ambos y no crear fricciones entre los dos imperios vencedores.
En este mundo, el Gran Reich Nazi ha adelantado y superado con creces a los japoneses: han esclavizado a la población africana, han exterminado a los rusos y demás pueblos eslavos (por supuesto también a judíos, enfermos, y demás población inferior), tienen una economía mucho más pujante que sus antiguos aliados y han desarrollado una tecnología muy superior a la japonesa (cohetes supersónicos que permiten cruzar el atlántico en cuestión de pocas horas, y están a punto de culminar el desarrollo del llamado dispositivo Heisenberg, el arma definitiva ¿una bomba atómica?)
Como reflejo de la hostoria real de principios de los 60 en la que los antiguos aliados (americanos y soviéticos) ahora son enemigos que desconfian mutuamente el uno del otro y están enfrentados en una tensa guerra fría que amenaza con convertirse en una tercera guerra mundial, en la historia alternativa los nazis y los japoneses se miran con desconfianza, miden sus fuerzas, y todo el mundo teme que tras la muerte del enfermo führer la situación se desequilibre y el –muy superior- Reich se lance abiertamente contra el japón imperial.
La ambientación de la serie es –intencionadamente creo- sombría, la fotografía es oscura, en tonos grisaceos y pardos: casi no hay colorido. Además, lejos de reflejar el sueño americano de principios de los 60 (coches grandes y veloces, jóvenes divirtiéndose, rock ‘n’ roll,...) los personajes malviven en semisótanos mal iluminados, trabajan en fábricas que aparentan ser todo menos modernas, etc... Esto puede que sea un acierto pero le da un aire sombrío y una ambientación un poco sordida.
Soy un gran aficionado a la ciencia ficción, y me gusta bastante Philip K. Dick. Sin embargo esta –pese a ser probablemente su obra más alabada por la crítica- no es de mis preferidas. Y probablemente no lo sea precismente por que es una de sus novelas que más se aleja de la ciencia ficción. Y la serie refleja también esto. En realidad la serie tiene más de thriller de espías que de ciencia ficción. Lo cual, per se, tampoco es que sea algo malo.
Como adaptación es relativamente fiel. Las diferencias entre la serie y la novela son más bien de índole menor: en la novela Hitler hace mucho que murió y el enfermo führer que ahora gobierna (y cuya muerte todo el mundo anticipa) es su sucesor Martin Bormann. En la novela, Juliana es la exmujer de Frink –y no su novia-, que vive en la zona neutral y con la que éste espera reconciliarse. En la novela “La langosta se ha posado” no son películas de noticiario, sino una novela escrita por un misterioso Hawthorne Abendsen, el “hombre en el castillo”, y cosas de ese estilo.
Sin embargo el hecho de alargar la trama a una serie de varias temporadas no creo que le beneficie, sobre todo teniendo en cuenta que ya la novela original no es la típica historia con un desenlace cerrado (otra de las cosas que hacen que el libro no se encuentre entre mis favoritos). Terminada la primera temporada (de 10 episodios) mucho me temo que ambas irán divergiendo cada vez mas.
Eso si, hay que reconocerle el cliffhanger con el que acaba la primera temporada está muy logrado para mantener el interés hasta que llegue la segunda.
Quizás más interesante que la trama de las películas sea el trasfondo de la historia alternativa.
Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2016/02/the-man-in-high-castle-y-si-los-nazis.html#more
A priori podría entrar dentro del subgénero de las distopias, pero no describe un mundo completamente opuesto a lo ideal (sociedades agobiantes, represoras, escenarios catastróficos, postapocalípticos,...) que en un futuro distante, o no tanto.
En lugar de eso, la historia no se desarrolla en el futuro, sino en el presente (o al menos en el presente de cuando el autor la escribió, a principios de los años 60), pero en un presente alternatico. El hombre en el castillo (The Man in the High Castle) es un perfecto ejemplo de ucronia, y –aunque no fue la primera- si que estableció las bases y redefinió un poco “las reglas” del subgénero.
El punto de partida de El hombre en el Castillo es fácil de contar: el 8 de mayode 1945 la Alemania nazi fue derrotada, y unos meses después, le siguió el imperio japonés.
Pero ¿qué hubiera pasado si hubiese sido al revés? ¿Qué pasaría si los nazis y los japoneses hubiesen ganado y los aliados hubiesen sido derrotados?
La serie se desarrolla en los Estados Unidos, en el año 1962, pero en lugar de estar gobernados por Kennedy y de estar involucrados en plena guerra fría con los soviéticos, el país está dividido entre los vencedores: todo el centro y el este forma parte del Gran Reich Nazi, y está sometido (como medio mundo) a la Alemania vencedora.
La costa oeste forman los Estados Japoneses del Pacífico, y están gobernados por el imperio Japonés vencedor.
Y entre los dos, existe un territorio neutral, nominalmente no dependiente de ninguno de los dos, y que se extiendo a lo largo de la franja que ocuparían las montañas rocosas: es una especie de territorio cuasi sin ley, donde tanto los japoneses como los alemanes procuran no intervenir, entre otras cosas para guardar las distancias entre ambos y no crear fricciones entre los dos imperios vencedores.
En este mundo, el Gran Reich Nazi ha adelantado y superado con creces a los japoneses: han esclavizado a la población africana, han exterminado a los rusos y demás pueblos eslavos (por supuesto también a judíos, enfermos, y demás población inferior), tienen una economía mucho más pujante que sus antiguos aliados y han desarrollado una tecnología muy superior a la japonesa (cohetes supersónicos que permiten cruzar el atlántico en cuestión de pocas horas, y están a punto de culminar el desarrollo del llamado dispositivo Heisenberg, el arma definitiva ¿una bomba atómica?)
Como reflejo de la hostoria real de principios de los 60 en la que los antiguos aliados (americanos y soviéticos) ahora son enemigos que desconfian mutuamente el uno del otro y están enfrentados en una tensa guerra fría que amenaza con convertirse en una tercera guerra mundial, en la historia alternativa los nazis y los japoneses se miran con desconfianza, miden sus fuerzas, y todo el mundo teme que tras la muerte del enfermo führer la situación se desequilibre y el –muy superior- Reich se lance abiertamente contra el japón imperial.
La ambientación de la serie es –intencionadamente creo- sombría, la fotografía es oscura, en tonos grisaceos y pardos: casi no hay colorido. Además, lejos de reflejar el sueño americano de principios de los 60 (coches grandes y veloces, jóvenes divirtiéndose, rock ‘n’ roll,...) los personajes malviven en semisótanos mal iluminados, trabajan en fábricas que aparentan ser todo menos modernas, etc... Esto puede que sea un acierto pero le da un aire sombrío y una ambientación un poco sordida.
Soy un gran aficionado a la ciencia ficción, y me gusta bastante Philip K. Dick. Sin embargo esta –pese a ser probablemente su obra más alabada por la crítica- no es de mis preferidas. Y probablemente no lo sea precismente por que es una de sus novelas que más se aleja de la ciencia ficción. Y la serie refleja también esto. En realidad la serie tiene más de thriller de espías que de ciencia ficción. Lo cual, per se, tampoco es que sea algo malo.
Como adaptación es relativamente fiel. Las diferencias entre la serie y la novela son más bien de índole menor: en la novela Hitler hace mucho que murió y el enfermo führer que ahora gobierna (y cuya muerte todo el mundo anticipa) es su sucesor Martin Bormann. En la novela, Juliana es la exmujer de Frink –y no su novia-, que vive en la zona neutral y con la que éste espera reconciliarse. En la novela “La langosta se ha posado” no son películas de noticiario, sino una novela escrita por un misterioso Hawthorne Abendsen, el “hombre en el castillo”, y cosas de ese estilo.
Sin embargo el hecho de alargar la trama a una serie de varias temporadas no creo que le beneficie, sobre todo teniendo en cuenta que ya la novela original no es la típica historia con un desenlace cerrado (otra de las cosas que hacen que el libro no se encuentre entre mis favoritos). Terminada la primera temporada (de 10 episodios) mucho me temo que ambas irán divergiendo cada vez mas.
Eso si, hay que reconocerle el cliffhanger con el que acaba la primera temporada está muy logrado para mantener el interés hasta que llegue la segunda.
Quizás más interesante que la trama de las películas sea el trasfondo de la historia alternativa.
Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2016/02/the-man-in-high-castle-y-si-los-nazis.html#more
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En el este dominan los nazis, que persiguen sin piedad a los escasos miembros de la resistencia.
El principal personaje en esta zona es el Obergruppenführer John Smith, pero también está Joe Blake, un nuevo miebro de la resistencia que se embarca en una misión para cruzar el país –simulando ser un camionero- hasta la zona neutral y entregar allí un misterioso objeto.
Una de las tramas de la serie versa sobre si Blake es realmente un miembro de la resistencia o un agente infiltrado de los nazis, o incluso un agente doble que esté haciendo creer a los nazis que trabaja para ellos cuando realmente lo hace para la resistencia.
Sin embargo, la serie se desarrolla mayoritariamente en los estados japoneses, en San Francisco. Allí los japoneses gobiernan y ocupan todos los puestos de responsabilidad.
Uno de los personajes principales es el señor Tagomi, un alto funcionario del gobierno japonés, una especie de ministro de comercio. Tagomi está obsesionado con el I Ching, el Libro de los Cambios, al que consulta como oráculo cuando va a tomar decisiones importantes: mediante la división más o menos aleatorias de unas varillas, unas ramitas va obteniendo unos números que le valen para seleccionar uno de los 64 ideogramas o caracteres.
Cada ideograma tiene un significado, ambiguo, muy abierto e interpretable, que él usa como respuesta a sus preguntas y como guía a la hora de tomar una decisión.
Por otro lado, existe una desmedida afición de los ocupantes al arte popular americano anterior a la guerra.
Mientras que el arte actual se considera degenerado, todo lo anterior a la guerra es objeto de coleccionismo por los japoneses: puede ser desde piezas de artesanía de los indios nativos, o armas de la guerra civil americana, hasta cosas mucho más prosaicas como tebeos, cromos de baseball o etiquetas de refrescos.
Esto ocasiona que haya un lucrativo mercado de venta de estas antigüedades (Robert Childan, otro de los personajes, regenta una de estas tiendas) y por supuesto de falsificaciones: Frank Frink, uno de los protagonistas que trata de ocultar su ascendencia judía, es un artesano que trabaja falsificando estos objetos.
La protagonista femenina, Juliana Crain, es la novia de Frank, y la historia comienza cuando toma el lugar de su hermana –miembro de la resistencia- en una misión que implica llevar un extraño objeto a la zona neutral, donde deberá contactar con alguien desconocido y entregárselo.
Y esta es la excusa argumental de la serie: estos misteriosos objetos que no son sino unas bobinas de película.
La resistencia está reuniendo una serie de películas etiquetadas “La langosta se ha posado” cuyo título es una referencia bíblica al libro del Eclesiastes (“la langosta es una pesada carga” que se nom estoy seguro de que se entienda mejor en el original: The Grasshopper Lies Heavily: algo así como el saltamontes yace pesadamente.
Formalmente no más son películas mudas, en blanco y negro, noticiarios cinematográficos, pero lo que parecen mostrar es un mundo alternativo: un mundo en el que los rusos, los americanos y los ingleses ganaron la guerra. Un mundo en el que los nazis y los japoneses fueron derrotados. Uno de los temas típicos de Philip K. Dick, el autor de la novela en la que se basa: ¿cómo de real es la realidad? ¿cuál es de verdad la realidad y cuál no es sino una ilusión?
En teoría las películas proceden del “hombre en el castillo” del título, un misterioso y casi legendario personaje que vive aislado en una especie de fortaleza en algún lugar de la zona neutral.
Y las películas –por supuesto prohibidas tanto en la zona nazi como en la zona japonesa- son ansidas tanto por la resistencia como por el führer, un anciano Adolf Hitler obsesionado con ellas.
El principal personaje en esta zona es el Obergruppenführer John Smith, pero también está Joe Blake, un nuevo miebro de la resistencia que se embarca en una misión para cruzar el país –simulando ser un camionero- hasta la zona neutral y entregar allí un misterioso objeto.
Una de las tramas de la serie versa sobre si Blake es realmente un miembro de la resistencia o un agente infiltrado de los nazis, o incluso un agente doble que esté haciendo creer a los nazis que trabaja para ellos cuando realmente lo hace para la resistencia.
Sin embargo, la serie se desarrolla mayoritariamente en los estados japoneses, en San Francisco. Allí los japoneses gobiernan y ocupan todos los puestos de responsabilidad.
Uno de los personajes principales es el señor Tagomi, un alto funcionario del gobierno japonés, una especie de ministro de comercio. Tagomi está obsesionado con el I Ching, el Libro de los Cambios, al que consulta como oráculo cuando va a tomar decisiones importantes: mediante la división más o menos aleatorias de unas varillas, unas ramitas va obteniendo unos números que le valen para seleccionar uno de los 64 ideogramas o caracteres.
Cada ideograma tiene un significado, ambiguo, muy abierto e interpretable, que él usa como respuesta a sus preguntas y como guía a la hora de tomar una decisión.
Por otro lado, existe una desmedida afición de los ocupantes al arte popular americano anterior a la guerra.
Mientras que el arte actual se considera degenerado, todo lo anterior a la guerra es objeto de coleccionismo por los japoneses: puede ser desde piezas de artesanía de los indios nativos, o armas de la guerra civil americana, hasta cosas mucho más prosaicas como tebeos, cromos de baseball o etiquetas de refrescos.
Esto ocasiona que haya un lucrativo mercado de venta de estas antigüedades (Robert Childan, otro de los personajes, regenta una de estas tiendas) y por supuesto de falsificaciones: Frank Frink, uno de los protagonistas que trata de ocultar su ascendencia judía, es un artesano que trabaja falsificando estos objetos.
La protagonista femenina, Juliana Crain, es la novia de Frank, y la historia comienza cuando toma el lugar de su hermana –miembro de la resistencia- en una misión que implica llevar un extraño objeto a la zona neutral, donde deberá contactar con alguien desconocido y entregárselo.
Y esta es la excusa argumental de la serie: estos misteriosos objetos que no son sino unas bobinas de película.
La resistencia está reuniendo una serie de películas etiquetadas “La langosta se ha posado” cuyo título es una referencia bíblica al libro del Eclesiastes (“la langosta es una pesada carga” que se nom estoy seguro de que se entienda mejor en el original: The Grasshopper Lies Heavily: algo así como el saltamontes yace pesadamente.
Formalmente no más son películas mudas, en blanco y negro, noticiarios cinematográficos, pero lo que parecen mostrar es un mundo alternativo: un mundo en el que los rusos, los americanos y los ingleses ganaron la guerra. Un mundo en el que los nazis y los japoneses fueron derrotados. Uno de los temas típicos de Philip K. Dick, el autor de la novela en la que se basa: ¿cómo de real es la realidad? ¿cuál es de verdad la realidad y cuál no es sino una ilusión?
En teoría las películas proceden del “hombre en el castillo” del título, un misterioso y casi legendario personaje que vive aislado en una especie de fortaleza en algún lugar de la zona neutral.
Y las películas –por supuesto prohibidas tanto en la zona nazi como en la zona japonesa- son ansidas tanto por la resistencia como por el führer, un anciano Adolf Hitler obsesionado con ellas.