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Voto de David MS:
5

Voto de David MS:
5
3,7
5.816
Fantástico. Acción. Ciencia ficción. Terror
Doscientos años después de su estremecedora creación, la criatura del Dr. Frankenstein, Adam, aún camina sobre la tierra. Sin embargo, cuando se ve en medio de una guerra en la que se juega el destino de la humanidad, Adam descubre que tiene la clave que podría destruir la especie humana.
19 de marzo de 2014
19 de marzo de 2014
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nueva película surgida de un personaje del mundo del comic, en este caso uno que ni he leído ni conozco, Yo, Frankenstein (2014). Kevin Grevioux es su autor, y en su traslación a la pantalla ejerce de guionista, productor y actor secundario, tareas todas ellas en las que repite tras haberlas realizado en la saga Underworld. Dirige Stuart Beattie -también guionista- en su segunda producción tras las cámaras después de estrenar años atrás un pseudo-remake de Amanecer Rojo, Mañana, Cuando la Guerra Empiece (2010)
El reparto, para poner caras: Aaron Eckhart, Jay Courtney (el hijo de John McClane en La Jungla: Un Buen Día para Morir), Miranda Otto, Yvonne Strahovski (Asesinos de Élite), Bill Nighy (repitiendo papel similar al de Underworld) y el citado creador del comic, Kevin Grevioux. Qué escribió exactamente éste: la batalla entre gárgolas (el Bien) y demonios (el Mal) y como el monstruo de Frankenstein (Eckhart) -bautizado como Adam- interviene para desnivelar la balanza a favor de los primeros.
Si en los dos primeros párrafos se me ha escapado citar un par de veces a Underworld no es casualidad. Comparten artífices, medios y posiblemente las mismas intenciones. La trama es la misma cambiando vampiros y lobos por gárgolas y demonios, oscuros paisajes digitales góticos que lo envuelven todo, muchos (cutre) efectos especiales y la única pretensión de entretener. Como suelen dejarse poco dinero en ellas, no cuesta recuperar la inversión y obtener rápidos beneficios que aseguren una secuela para seguir sacándose unas perras.
Con Yo, Frankenstein deberían irse olvidando, batacazo en taquilla, y crítica y público poniéndola a parir. Es normal, la película no es buena, lo que no evita que en un par de frases pueda resumir porque Yo, Frankenstein no me parece tan detestable. Es corta (80 minutos), no le falta ritmo, alguna coreografía sorprende y que, si bien se acaba de ver sin agrado, tampoco molesta nunca. Queda como un intento fallido de ser otra Underworld -saga que tampoco es nada del otro mundo-.
Lo (realmente) malo: cada actor que aparece en imagen, algunos últimamente acostumbrados a cagarla -Eckhart, Courtney-, otros nunca lo habían hecho tan mal -Nighy-. No les ayuda mucho unos personajes bastante indefinidos y un guión que simplemente los deja vagando en pantalla a la espera de la siguiente escena de tortazos.
El reparto, para poner caras: Aaron Eckhart, Jay Courtney (el hijo de John McClane en La Jungla: Un Buen Día para Morir), Miranda Otto, Yvonne Strahovski (Asesinos de Élite), Bill Nighy (repitiendo papel similar al de Underworld) y el citado creador del comic, Kevin Grevioux. Qué escribió exactamente éste: la batalla entre gárgolas (el Bien) y demonios (el Mal) y como el monstruo de Frankenstein (Eckhart) -bautizado como Adam- interviene para desnivelar la balanza a favor de los primeros.
Si en los dos primeros párrafos se me ha escapado citar un par de veces a Underworld no es casualidad. Comparten artífices, medios y posiblemente las mismas intenciones. La trama es la misma cambiando vampiros y lobos por gárgolas y demonios, oscuros paisajes digitales góticos que lo envuelven todo, muchos (cutre) efectos especiales y la única pretensión de entretener. Como suelen dejarse poco dinero en ellas, no cuesta recuperar la inversión y obtener rápidos beneficios que aseguren una secuela para seguir sacándose unas perras.
Con Yo, Frankenstein deberían irse olvidando, batacazo en taquilla, y crítica y público poniéndola a parir. Es normal, la película no es buena, lo que no evita que en un par de frases pueda resumir porque Yo, Frankenstein no me parece tan detestable. Es corta (80 minutos), no le falta ritmo, alguna coreografía sorprende y que, si bien se acaba de ver sin agrado, tampoco molesta nunca. Queda como un intento fallido de ser otra Underworld -saga que tampoco es nada del otro mundo-.
Lo (realmente) malo: cada actor que aparece en imagen, algunos últimamente acostumbrados a cagarla -Eckhart, Courtney-, otros nunca lo habían hecho tan mal -Nighy-. No les ayuda mucho unos personajes bastante indefinidos y un guión que simplemente los deja vagando en pantalla a la espera de la siguiente escena de tortazos.