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Voto de David MS:
6
Voto de David MS:
6
5,3
11.808
Thriller. Intriga. Terror. Drama. Fantástico
Todavía trastornado por la muerte de su esposa en un extraño accidente automovilístico, el periodista John Klein sufre una avería en su coche en plena noche. Al pedir ayuda, descubre sorprendido que se encuentra en un pequeño pueblo de West Virginia, a cientos de kilómetros de donde creía estar. La sheriff local le informa de que una serie de inexplicables sucesos han tenido lugar en los últimos tiempos. Después de analizar varios casos ... [+]
6 de marzo de 2013
6 de marzo de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los muchos thrillers sobrenaturales que salieron a la sombra de El Sexto Sentido fue Mothman: La Última Profecía, la adaptación de un libro de John A. Keel basado en hechos reales sucedidos en Point Pleasant, West Virginia- lugar en el que este bicho tiene incluso una estatua-. Dirige Mark Pellington (Arlington Road) y protagonizan Richard Gere y Laura Linney -ambos coincidiendo de nuevo tras Las Dos Caras de la Verdad- , secundan Will Patton, Debra Messing y Alan Bates.
El reportero del Washington Post John Klein (Gere) sufre la pérdida de su mujer (Messing) tras un tumor cerebral. Días antes de morir la mujer ve extraños seres de otro mundo, los mismos con los que se reencuentra Klein dos años después en un pueblo de West Virginia, lugar donde el hombre polilla que da título a la película se pone en contacto con sus habitantes para dejarles crípticos mensajes, premoniciones de futuros accidentes aéreos, huracanes...
Inquietante, adjetivo que define buena parte de Mothman: La Última Profecía, película que consigue crear un clima terrorífico sin recurrir a sustos gratuitos procedentes de los efectos de sonido o el interés del director en pillarnos por sorpresa -aunque sí, alguno hay-. La película de Mark Pellington prefiere crear pasajes escalofriantes merced a un ambiente enrarecido y turbador, con momentos que realmente consiguen dar miedo -los dibujos, la charla telefónica de Klein con el hombre polilla-. A destacar la labor de un Mark Pellington al que parecen gustarle mucho las filigranas visuales que aprendería en el mundo del videoclip. Efectista y efectivo.
Lo malo: que se estira mucho el chicle, Mothman: La Última Profecía no da para las casi dos horas que dura. Hay lagunas de guión que quedan sin resolver y lo peor, un giro en el desenlace hacía al cine de catástrofes que echa por tierra una primera hora y media apreciable -un error que ese mismo 2002 cometió otro thriller sobrenatural de buen planteamiento y mismo clímax, The Eye-.
Películas parecidas, dos superiores: La Zona Muerta (1983) y Señales del Futuro (2009). Recomendable para aquellos televidentes que le dan un 10% de share a Cuarto Milenio de Iker Jiménez, los que más disfrutarán de estos seres del más allá, del esoterismo, la numerología y la investigación de fenómenos paranormales que suceden en esta historia basada en hechos reales que como casi siempre, no me creo.
El reportero del Washington Post John Klein (Gere) sufre la pérdida de su mujer (Messing) tras un tumor cerebral. Días antes de morir la mujer ve extraños seres de otro mundo, los mismos con los que se reencuentra Klein dos años después en un pueblo de West Virginia, lugar donde el hombre polilla que da título a la película se pone en contacto con sus habitantes para dejarles crípticos mensajes, premoniciones de futuros accidentes aéreos, huracanes...
Inquietante, adjetivo que define buena parte de Mothman: La Última Profecía, película que consigue crear un clima terrorífico sin recurrir a sustos gratuitos procedentes de los efectos de sonido o el interés del director en pillarnos por sorpresa -aunque sí, alguno hay-. La película de Mark Pellington prefiere crear pasajes escalofriantes merced a un ambiente enrarecido y turbador, con momentos que realmente consiguen dar miedo -los dibujos, la charla telefónica de Klein con el hombre polilla-. A destacar la labor de un Mark Pellington al que parecen gustarle mucho las filigranas visuales que aprendería en el mundo del videoclip. Efectista y efectivo.
Lo malo: que se estira mucho el chicle, Mothman: La Última Profecía no da para las casi dos horas que dura. Hay lagunas de guión que quedan sin resolver y lo peor, un giro en el desenlace hacía al cine de catástrofes que echa por tierra una primera hora y media apreciable -un error que ese mismo 2002 cometió otro thriller sobrenatural de buen planteamiento y mismo clímax, The Eye-.
Películas parecidas, dos superiores: La Zona Muerta (1983) y Señales del Futuro (2009). Recomendable para aquellos televidentes que le dan un 10% de share a Cuarto Milenio de Iker Jiménez, los que más disfrutarán de estos seres del más allá, del esoterismo, la numerología y la investigación de fenómenos paranormales que suceden en esta historia basada en hechos reales que como casi siempre, no me creo.
