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Voto de claquetabitacora:
6

Voto de claquetabitacora:
6
6,0
629
Animación. Musical. Infantil
Antología musical animada compuesta por 10 fragmentos: 'The Martins and the Coys', 'Blue Bayou', 'All the Cats Join In', 'Without You', 'Casey At the Bat', 'Two Silhouettes', 'Peter and the Wolf', 'After You've Gone', 'Johnny Fedora and Alice Blue Bonnett', 'The Whale Who Wanted To Sing At the Met'. (FILMAFFINITY)
1 de agosto de 2016
1 de agosto de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La 2ª Guerra Mundial ya había terminado pero no así la crisis económica en Disney. A pesar de haber cosechado beneficios con “Saludos Amigos” y “Los tres caballeros” aún no había esa confianza absoluta en la compañía como para crear un guión para un largometraje. De ahí se deduce que casi toda la década de los 40 fuese más el camino donde ofrecer títulos menores (las famosas “películas paquete”), de contenido variopinto y formado por cortos y mediometrajes fácilmente reconocibles dentro de un estilo concreto pero sin una ambición fuerte [...]. A pesar de que Disney jamás podría quitarse la espinita del fracaso económico de “Fantasía” seis años atrás volvería a recurrir a la base de la ecuación, es decir, una serie de cortos unidos sin nexo o hilo argumental sólo que esta vez haciéndola más accesible para todos los públicos, con animación más digerible sin abandonar en algunos segmentos la poesía, lo onírico, lo etéreo y lo simbólico sólo que en menor escala, un humor más cercano y con una narración para la gran mayoría de segmentos [...].
Tarde azul (Blue Bayou): nada más verlo nos damos cuenta que la calidad de este segmento es incuestionable. La razón es que iba a ser incluida en “Fantasía”. Para meterla aquí se le cambió la música y se hicieron variaciones en el tipo de animación. Es un segmento de “Claro de luna” de Claude Debussy. Nos encontramos con una poética melodía, muy embriagadora, aunada por una noche clara donde el tono azul es el que domina la pantalla junto con una iluminación que juega perfectamente con las luces y las sombras [...].
Cuando los gatos se juntan (All the Cats Join In). El corto más acertado de todos por una sencilla razón: música, animación y movimiento están perfectamente orquestados y dirigidos. No hay ni un sólo plano que entorpezca el ritmo y la calidad de los diseños es perfecta. El propio Benny Goodman participó en este segmento. La innovación radica en que es un lápiz quien va dibujándolo todo a medida que la historia va avanzando, ayudado también de onomatopeyas, golpes de efecto, sonidos y juegos de imágenes muy bien orquestadas [...]. Algo que sorprende es el estilo para las chicas, un tanto pin up (incluso juegan con la sugerencia femenina muy bien escondida a través de movimientos rápidos a la hora de vestirse y desvestirse) y que recuerda en ciertos aspectos a las grandes caricaturas y las exuberantes propuestas de Tex Avery [...].
Tres palabras (Without you). Andy Russell interpretaría vocalmente esta sección que trata sobre el amor perdido. Visualmente es muy poético pero no acaba de cuajar tanto como hubiesen querido los artistas implicados. El escenario es una habitación donde vemos una carta encima de una mesa, símbolo de una declaración [...] Mientras la canción va viajando a lo largo del lugar todo culmina en la misma habitación, representación de que todo empieza y acaba en uno mismo. A pesar de unos colores muy bien elegidos y un intento arriesgado por evocar el dolor de la pérdida de un ser amado todo es muy confuso, sin apenas interés por destacar y resulta ser más relleno entre una sección y otra que algo que merezca ser destacable por su contenido más que por su calidad.
El bate de Casey (Casey at the Bat). El famoso poema de Ernest Thayer nos cuenta la historia de un famoso jugador de baseball, el deporte por antonomasia de Estados Unidos. Es un cuento auto conclusivo de corte moralista donde se enfatiza o enfoca la leyenda en que el engreimiento es causa de nuestras desgracias. Se encuentra dentro del estilo de los cortos Special Cartoons al cual nos acostumbraron los animadores de Disney durante mucho tiempo. El protagonista es un jugador encantado de conocerse, fanfarrón y prepotente que confía demasiado en su pericia dejando perder dos strikes para dejar el suspense en el último. El mayor problema radica en que es un episodio aburrido sin mucho que destacar. Su humor es demasiado bufo, bastante tonto en más de una ocasión [...].
Un sueño en silueta (Two Silhouettes). Es otro fragmento muy similar al de “Tres palabras”. Es de corte poético donde el movimiento sirve para narrar o representar la música. Aquí se nos presenta a David Lichine y Tania Riabouchinskaya, bailarines de ballet, los cuales aparecen en forma de siluetas, que van moviéndose en un baile emotivo, al igual que la música [...] Pero más allá de lo meramente visual no aporta nada más y tampoco es algo destacable pues no cuenta con la fuerza narrativa visual de los apartados más impactantes de casos como “Fantasía”.
Pedro y el lobo (Peter and the Wolf). [...] Se trata de la clásica obra de “Pedro y el lobo” de Sergei Prokofiev (1936). Sterling Holloway es el encargado de narrar la historia. Ambientada en la Rusia clásica la originalidad de todo es que cada personaje es representando por un instrumento musical. El corto juega muy bien con varios aspectos. El primero es el viaje iniciático de un niño que quiere dar caza al lobo del título. Es una forma práctica de presentar el paso de la infancia a la madurez. Lo interesante del relato es que a pesar de querer plasmar algo tan serio como matar a un animal el niño actúa como tal al portar una escopeta de juguete (en vez de cartuchos porta un tapón de corcho atado a una cuerda a modo de munición). Pero por otro lado juega perfectamente con la esencia de la aventura: el enfrentarse a los miedos y amenazas en forma de un feroz lobo que tiene amenazado al pueblo entero [...]. La calidad de los acabados juega en su favor al igual que los movimientos fluidos y la constante sensación de peligro. La música es primordial a pesar de que por desgracia a veces la narración de la voz en off entrecorte la sonoridad de la melodía simplemente para subrayar lo que ya contemplamos aunque sea de forma bien intencionada [...].
- continúa en spoiler -
Tarde azul (Blue Bayou): nada más verlo nos damos cuenta que la calidad de este segmento es incuestionable. La razón es que iba a ser incluida en “Fantasía”. Para meterla aquí se le cambió la música y se hicieron variaciones en el tipo de animación. Es un segmento de “Claro de luna” de Claude Debussy. Nos encontramos con una poética melodía, muy embriagadora, aunada por una noche clara donde el tono azul es el que domina la pantalla junto con una iluminación que juega perfectamente con las luces y las sombras [...].
Cuando los gatos se juntan (All the Cats Join In). El corto más acertado de todos por una sencilla razón: música, animación y movimiento están perfectamente orquestados y dirigidos. No hay ni un sólo plano que entorpezca el ritmo y la calidad de los diseños es perfecta. El propio Benny Goodman participó en este segmento. La innovación radica en que es un lápiz quien va dibujándolo todo a medida que la historia va avanzando, ayudado también de onomatopeyas, golpes de efecto, sonidos y juegos de imágenes muy bien orquestadas [...]. Algo que sorprende es el estilo para las chicas, un tanto pin up (incluso juegan con la sugerencia femenina muy bien escondida a través de movimientos rápidos a la hora de vestirse y desvestirse) y que recuerda en ciertos aspectos a las grandes caricaturas y las exuberantes propuestas de Tex Avery [...].
Tres palabras (Without you). Andy Russell interpretaría vocalmente esta sección que trata sobre el amor perdido. Visualmente es muy poético pero no acaba de cuajar tanto como hubiesen querido los artistas implicados. El escenario es una habitación donde vemos una carta encima de una mesa, símbolo de una declaración [...] Mientras la canción va viajando a lo largo del lugar todo culmina en la misma habitación, representación de que todo empieza y acaba en uno mismo. A pesar de unos colores muy bien elegidos y un intento arriesgado por evocar el dolor de la pérdida de un ser amado todo es muy confuso, sin apenas interés por destacar y resulta ser más relleno entre una sección y otra que algo que merezca ser destacable por su contenido más que por su calidad.
El bate de Casey (Casey at the Bat). El famoso poema de Ernest Thayer nos cuenta la historia de un famoso jugador de baseball, el deporte por antonomasia de Estados Unidos. Es un cuento auto conclusivo de corte moralista donde se enfatiza o enfoca la leyenda en que el engreimiento es causa de nuestras desgracias. Se encuentra dentro del estilo de los cortos Special Cartoons al cual nos acostumbraron los animadores de Disney durante mucho tiempo. El protagonista es un jugador encantado de conocerse, fanfarrón y prepotente que confía demasiado en su pericia dejando perder dos strikes para dejar el suspense en el último. El mayor problema radica en que es un episodio aburrido sin mucho que destacar. Su humor es demasiado bufo, bastante tonto en más de una ocasión [...].
Un sueño en silueta (Two Silhouettes). Es otro fragmento muy similar al de “Tres palabras”. Es de corte poético donde el movimiento sirve para narrar o representar la música. Aquí se nos presenta a David Lichine y Tania Riabouchinskaya, bailarines de ballet, los cuales aparecen en forma de siluetas, que van moviéndose en un baile emotivo, al igual que la música [...] Pero más allá de lo meramente visual no aporta nada más y tampoco es algo destacable pues no cuenta con la fuerza narrativa visual de los apartados más impactantes de casos como “Fantasía”.
Pedro y el lobo (Peter and the Wolf). [...] Se trata de la clásica obra de “Pedro y el lobo” de Sergei Prokofiev (1936). Sterling Holloway es el encargado de narrar la historia. Ambientada en la Rusia clásica la originalidad de todo es que cada personaje es representando por un instrumento musical. El corto juega muy bien con varios aspectos. El primero es el viaje iniciático de un niño que quiere dar caza al lobo del título. Es una forma práctica de presentar el paso de la infancia a la madurez. Lo interesante del relato es que a pesar de querer plasmar algo tan serio como matar a un animal el niño actúa como tal al portar una escopeta de juguete (en vez de cartuchos porta un tapón de corcho atado a una cuerda a modo de munición). Pero por otro lado juega perfectamente con la esencia de la aventura: el enfrentarse a los miedos y amenazas en forma de un feroz lobo que tiene amenazado al pueblo entero [...]. La calidad de los acabados juega en su favor al igual que los movimientos fluidos y la constante sensación de peligro. La música es primordial a pesar de que por desgracia a veces la narración de la voz en off entrecorte la sonoridad de la melodía simplemente para subrayar lo que ya contemplamos aunque sea de forma bien intencionada [...].
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Después que te fuiste (After You’ve Gone). Benny Goodman vuelve a aparecer por segunda vez en este pequeño fragmento que sinceramente poco o nada aporta al conjunto. El protagonista es un clarinete juguetón y escurridizo como hilo conductor o narrador de esta pequeña historia sin trama donde una gran variedad de instrumentos con el jazz como fondo van haciendo acto de presencia con sus juegos y sus andanzas [...]. Más allá de su música desenfrenada (y acertada) no deja huella ni aporta gran cosa al filme en cuestión.
Historia de un idilio (Johnnie Fedora and Alice Blue Bonnett). [...] Bajo la melodiosa voz de “The Andrew Sisters”, la canción y la historia nos narran el amor incondicional que se procesan dos sombreros expuestos en un escaparate. Como ya iba siendo costumbre en la compañía Disney el equipo de animadores era único a la hora de inyectar vida, sentimientos y un carácter marcado a objetos inanimados. En este caso nos encontramos con un sombrero elegante de caballero y un sombrero grácil y coqueto de señora los cuales están perdidamente enamorados el uno del otro [...]. La historia se trunca en el momento que ella es comprada por una dama. Los amantes son separados y con la posibilidad certera de no volverse a ver nunca más. Mientras tanto la canción melódica sigue sonando y nos va dando pistas en cuanto a lo que puede (e irá) sucediendo [...]. Como es de suponer, a pesar de las desgracias acontecidas (el momento abandono en la calle es muy acertado) el final feliz no puede ser a pesar de no suceder como uno pueda esperar o imaginar [...]
El ballenato que quiso cantar en la ópera (The Whale Who Wanted To sing At The Met). De tono tragicómico nos cuenta la historia de un cetáceo que tiene el don de cantar ópera. Tal como se le muestra en la película podría parecer la parte amable del monstruo de Pinocho (incluso hay algún plano o situación que recuerda muchísimo). Su carácter agradable y amistoso, junto con el don que posee, hace que un director de ópera quiera encontrarla para conocerla y a su vez cazarla. Con la clásica historia de Moby Dick de fondo, “El ballenato que quiso cantar en la ópera” destaca por la originalidad de su propuesta [...]. Aunque es cierto que cuando termina deja la sensación de que el producto en sí podía ofrecer más de lo que prometía es el propio final funesto e imprevisible lo que deja con la sensación de que aún siendo un corto menor cuenta con mucho potencial y no es tan blando como pueda parecer a simple vista [...].
Lo curioso de “Música maestro” es que en Estados Unidos se estrenó con Los Guerrero y los de León (The Martin and the coys)” como primer fragmento de la película mientras que en Europa y en el resto de lugares a estrenar se decidió eliminar. La razón es que debido a que la Segunda Guerra Mundial aún estaba presente aunque hubiese terminado era mejor no exponer nada con escenas violentas o que pudieran ofender la sensibilidad de los espectadores. La historia presenta la rivalidad eterna a muerte entre dos clanes completamente opuestos: Los Martin y los Coys, clara referencia a los míticos Hatfields y McCoys [...]. De corte cómico y de estilo muy rudimentario [...] vemos la enemistad patente entre los dos clanes,los cuales ya desde los primeros minutos aparecen disparándose mutuamente. Es interesante ver como todos acaban muertos ascendiendo al cielo y desde allí, cada familia en su respectiva nube, contemplan como dos miembros acaban enamorándose para terminar a tortazos al más puro estilo cartoon. Aún así la violencia implícita de dispararse y el maltrato físico entre la pareja fue suficiente, lógicamente, como para censurarla y quitarlo de la película. En resumidas cuentas es un corto anecdótico pero no aporta nada en su conjunto.
[...]
Crítica completa: https://claquetadebitacora.wordpress.com/2016/08/01/critica-musica-maestro-varios-directores-1946-piezas-musicales-menores/
Historia de un idilio (Johnnie Fedora and Alice Blue Bonnett). [...] Bajo la melodiosa voz de “The Andrew Sisters”, la canción y la historia nos narran el amor incondicional que se procesan dos sombreros expuestos en un escaparate. Como ya iba siendo costumbre en la compañía Disney el equipo de animadores era único a la hora de inyectar vida, sentimientos y un carácter marcado a objetos inanimados. En este caso nos encontramos con un sombrero elegante de caballero y un sombrero grácil y coqueto de señora los cuales están perdidamente enamorados el uno del otro [...]. La historia se trunca en el momento que ella es comprada por una dama. Los amantes son separados y con la posibilidad certera de no volverse a ver nunca más. Mientras tanto la canción melódica sigue sonando y nos va dando pistas en cuanto a lo que puede (e irá) sucediendo [...]. Como es de suponer, a pesar de las desgracias acontecidas (el momento abandono en la calle es muy acertado) el final feliz no puede ser a pesar de no suceder como uno pueda esperar o imaginar [...]
El ballenato que quiso cantar en la ópera (The Whale Who Wanted To sing At The Met). De tono tragicómico nos cuenta la historia de un cetáceo que tiene el don de cantar ópera. Tal como se le muestra en la película podría parecer la parte amable del monstruo de Pinocho (incluso hay algún plano o situación que recuerda muchísimo). Su carácter agradable y amistoso, junto con el don que posee, hace que un director de ópera quiera encontrarla para conocerla y a su vez cazarla. Con la clásica historia de Moby Dick de fondo, “El ballenato que quiso cantar en la ópera” destaca por la originalidad de su propuesta [...]. Aunque es cierto que cuando termina deja la sensación de que el producto en sí podía ofrecer más de lo que prometía es el propio final funesto e imprevisible lo que deja con la sensación de que aún siendo un corto menor cuenta con mucho potencial y no es tan blando como pueda parecer a simple vista [...].
Lo curioso de “Música maestro” es que en Estados Unidos se estrenó con Los Guerrero y los de León (The Martin and the coys)” como primer fragmento de la película mientras que en Europa y en el resto de lugares a estrenar se decidió eliminar. La razón es que debido a que la Segunda Guerra Mundial aún estaba presente aunque hubiese terminado era mejor no exponer nada con escenas violentas o que pudieran ofender la sensibilidad de los espectadores. La historia presenta la rivalidad eterna a muerte entre dos clanes completamente opuestos: Los Martin y los Coys, clara referencia a los míticos Hatfields y McCoys [...]. De corte cómico y de estilo muy rudimentario [...] vemos la enemistad patente entre los dos clanes,los cuales ya desde los primeros minutos aparecen disparándose mutuamente. Es interesante ver como todos acaban muertos ascendiendo al cielo y desde allí, cada familia en su respectiva nube, contemplan como dos miembros acaban enamorándose para terminar a tortazos al más puro estilo cartoon. Aún así la violencia implícita de dispararse y el maltrato físico entre la pareja fue suficiente, lógicamente, como para censurarla y quitarlo de la película. En resumidas cuentas es un corto anecdótico pero no aporta nada en su conjunto.
[...]
Crítica completa: https://claquetadebitacora.wordpress.com/2016/08/01/critica-musica-maestro-varios-directores-1946-piezas-musicales-menores/