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Voto de kromattika:
8

Voto de kromattika:
8
7,5
726
7 de diciembre de 2010
7 de diciembre de 2010
18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es, hasta ahora, la única película brasileña que ha ganado la Palma de Oro del Festival de Cannes. Y a mi me parece un premio merecido. Está basada en una obra teatral del mismo nombre, escrita por Dias Gomes.
El personaje principal es un hombre humilde del nordeste de Brasil, ingenuo y crédulo, llamado Zé (que vendría a ser como "Pepe" en castellano). Su mejor amigo enferma, y Zé hace la promesa a una santa de llevar una gran cruz de madera desde su aldea hasta la ciudad de Salvador de Bahía, y ofrecérsela en el altar de la iglesia dedicada a esa santa, si ella salva a su amigo y, además, de dividir su pequeña granja con otros campesinos más pobres que él, que no tenían tierras propias. Su amigo se recupera y entonces, Zé tiene que pagar la promesa y andar 7 leguas cargando una cruz igual a la que se usó para crucificar a Jesús Y llegar a la iglesia de Santa Bárbara, que es la santa a la que hace la promesa.
Lo que parece algo que la Iglesia debería admirar, no lo es por una pequeña, pero importante cuestión. En la aldea de Zé no había ninguna iglesia dedicada a Santa Bárbara y la única imagem de esa santa por los alrededores (el culto a las imágenes y a los santos: algo que nunca entenderé de la religión católica...) estaba en el "terreiro" de Candomblé del pueblo. Así que Zé se dirige a una imagen de Iansã, la divinidad del Candomblé equivalente a la Santa Bárbara católica. Y eso, la Iglesia considera como una herejía y no dejarán que Zé entre en el templo católico para saldar una deuda contraída con una deidad pagana.
A partir de ese inconveniente surgen otros derivados de las comparaciones que hace el pueblo de un hombre que carga con una cruz como la de Jesucristo, otorgándole la cualidad de héroe místico. También aparecen en las mentes del gentío la idea de que Zé luchaba por una causa política, otorgándole la mitad de sus tierras a personas menos favorecidas que él, la causa de los "sin tierra". Otro aspecto que provoca la división de las masas es el de la discriminación que hace la Iglesia, y por ende, la sociedad políticamente correcta, de los negros brasileños que seguían el Candomblé. Y a causa de su ingenuidad, Zé no puede defenderse de la situación tensa creada por los títulos de héroe y revolucionario que le otorga cierto sector del pueblo. Él sólo quería pagar su promesa.
El personaje principal es un hombre humilde del nordeste de Brasil, ingenuo y crédulo, llamado Zé (que vendría a ser como "Pepe" en castellano). Su mejor amigo enferma, y Zé hace la promesa a una santa de llevar una gran cruz de madera desde su aldea hasta la ciudad de Salvador de Bahía, y ofrecérsela en el altar de la iglesia dedicada a esa santa, si ella salva a su amigo y, además, de dividir su pequeña granja con otros campesinos más pobres que él, que no tenían tierras propias. Su amigo se recupera y entonces, Zé tiene que pagar la promesa y andar 7 leguas cargando una cruz igual a la que se usó para crucificar a Jesús Y llegar a la iglesia de Santa Bárbara, que es la santa a la que hace la promesa.
Lo que parece algo que la Iglesia debería admirar, no lo es por una pequeña, pero importante cuestión. En la aldea de Zé no había ninguna iglesia dedicada a Santa Bárbara y la única imagem de esa santa por los alrededores (el culto a las imágenes y a los santos: algo que nunca entenderé de la religión católica...) estaba en el "terreiro" de Candomblé del pueblo. Así que Zé se dirige a una imagen de Iansã, la divinidad del Candomblé equivalente a la Santa Bárbara católica. Y eso, la Iglesia considera como una herejía y no dejarán que Zé entre en el templo católico para saldar una deuda contraída con una deidad pagana.
A partir de ese inconveniente surgen otros derivados de las comparaciones que hace el pueblo de un hombre que carga con una cruz como la de Jesucristo, otorgándole la cualidad de héroe místico. También aparecen en las mentes del gentío la idea de que Zé luchaba por una causa política, otorgándole la mitad de sus tierras a personas menos favorecidas que él, la causa de los "sin tierra". Otro aspecto que provoca la división de las masas es el de la discriminación que hace la Iglesia, y por ende, la sociedad políticamente correcta, de los negros brasileños que seguían el Candomblé. Y a causa de su ingenuidad, Zé no puede defenderse de la situación tensa creada por los títulos de héroe y revolucionario que le otorga cierto sector del pueblo. Él sólo quería pagar su promesa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En la primera escena de la película se ve la celebración de un ritual de Candomblé. Cuando los barcos negreros transportaban esclavos africanos a Brasil entre los siglos XVI y XIX, traían además una religión extraña a los ojos de los colonizadores portugueses. Esa religión fue pronto considerada como brujería y los esclavos tuvieron que disfrazarla para que pasara inadvertida a sus amos. Los Orixás (u Orishas), dioses y diosas de esa religión, adaptaron roles de santos católicos. Así, Iansã (o Iansán), la diosa guerrera de las tormentas y los vientos, y guardiana del cementerio, se transformaría en Santa Bárbara. Xangô (o Shangó), dios del trueno y del fuego y protector de los jueces, sería San Jerónimo. Oxalá (Oshalá), el dios de la creación, y el orixá que creó a los hombres, sería El Cristo de Bomfim. Oxum, es la diosa de las aguas dulces, del amor y de la belleza, se asocia con la Virgen de la Concepción. Y así hasta doce orixás principales.
Zé no hace distinción entre la orixá Iansã y santa Bárbara, para él, las dos son iguales, pero para el cura de la iglesia de Santa Bárbara, en Salvador de Bahía, hay diferencia, y mucha. No dejará que Zé pase con su cruz a la iglesia bajo ninguna circunstancia.
En el pregrinaje de Zé, le acompaña su esposa Rosa. Ella le sigue, fiel, pero preferiría no haberlo hecho. Se da cuenta de que su marido es una persona demasiado crédula, que es capaz de humillarse por saldar una promesa que ¡ojo, amigos!, hace para salvar la vida de su mejor amigo: su burro Nicolás. Pues, sí, todo por un burro. En la ciudad de Salvador, la pareja conoce a un individuo de dudosa reputación que se encapricha de Rosa y tiene intención de separarla de su marido para convertirla en otra de sus "chicas". Rosa, cansada y sintiéndose menospreciada por su marida se dejará seducir por el proxeneta que se hace llamar Bonitão (Guapo).
En la puerta de la iglesa de Santa Bárbara, en la gran escalinata que hay delante, se establecen Zé y Rosa, y esperan a que el cura cambie de idea y les deje pasar. Mientras tanto, a su alrededor empiezan a arremolinarse varios personajes con diferentes inteciones para con Zé. Unos quieren ayudarle, pensando que el pobre hombre lucha por una causa que ellos defienden. Otros quieren aprovecharse de él, como el dueño del bar de delante, un gallego que no quiere que Zé consiga su objetivo porque así, siempre habría curiosos cerca que entrasen a tomar algo a su bar. La prensa quiere contar su historia para vender más ejemplares de periódicos aunque sea adornándola con detalles sensacionalistas. Etc.
La presión que tiene que soportar ese hombre sencillo o, directamente, simple -simplón, ignorante e ingenuo- es demasiada y se ve abrumado por la situación.
Zé no hace distinción entre la orixá Iansã y santa Bárbara, para él, las dos son iguales, pero para el cura de la iglesia de Santa Bárbara, en Salvador de Bahía, hay diferencia, y mucha. No dejará que Zé pase con su cruz a la iglesia bajo ninguna circunstancia.
En el pregrinaje de Zé, le acompaña su esposa Rosa. Ella le sigue, fiel, pero preferiría no haberlo hecho. Se da cuenta de que su marido es una persona demasiado crédula, que es capaz de humillarse por saldar una promesa que ¡ojo, amigos!, hace para salvar la vida de su mejor amigo: su burro Nicolás. Pues, sí, todo por un burro. En la ciudad de Salvador, la pareja conoce a un individuo de dudosa reputación que se encapricha de Rosa y tiene intención de separarla de su marido para convertirla en otra de sus "chicas". Rosa, cansada y sintiéndose menospreciada por su marida se dejará seducir por el proxeneta que se hace llamar Bonitão (Guapo).
En la puerta de la iglesa de Santa Bárbara, en la gran escalinata que hay delante, se establecen Zé y Rosa, y esperan a que el cura cambie de idea y les deje pasar. Mientras tanto, a su alrededor empiezan a arremolinarse varios personajes con diferentes inteciones para con Zé. Unos quieren ayudarle, pensando que el pobre hombre lucha por una causa que ellos defienden. Otros quieren aprovecharse de él, como el dueño del bar de delante, un gallego que no quiere que Zé consiga su objetivo porque así, siempre habría curiosos cerca que entrasen a tomar algo a su bar. La prensa quiere contar su historia para vender más ejemplares de periódicos aunque sea adornándola con detalles sensacionalistas. Etc.
La presión que tiene que soportar ese hombre sencillo o, directamente, simple -simplón, ignorante e ingenuo- es demasiada y se ve abrumado por la situación.