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6

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6,7
8.994
Intriga. Thriller
Kate Miller (Angie Dickinson), una mujer con problemas, acude a la consulta del psiquiatra Robert Elliott (Michael Caine) para recibir consejo profesional. Después tiene un fortuito y emocionante encuentro en un taxi con un desconocido, con quien ya había coincidido en otro lugar. (FILMAFFINITY)
16 de febrero de 2013
16 de febrero de 2013
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vestida para matar es un claro (y digno) homenaje a Hitchcock. Decir esto no es revelar nada nuevo porque está clara la influencia que tiene el director inglés sobre Brian de Palma. Pero es importante remarcar esto para tener en cuenta y valorar la película. En este caso la obra es una mirada y revisión a una de las películas más míticas del rey del suspense: Psicosis. Ahora bien, se trata de una mirada muy personal y aunque hay guiños y secuencias que emulan al director inglés asegurar que la obra es un plagio, es seguramente dejarse llevar y no ser objetivos
Por desgracia, como en la mayor parte de la trayectoria de De Palma la película es demasiado irregular y combina partes de gran acierto con otras partes más fallidas. Eso sí, tiene alguna secuencia que hará la delicia de los cinéfilos, por lo que la nominación a los Razzie como peor dirección sólo puede entenderse como una broma de mal gusto.
De Palma realiza una revisión de Psicosis desde su óptica. Esa primera secuencia en la que vemos esa ensoñación erótica nos lo deja bien claro desde un primer momento. Erótica que por cierto, se mantendrá como una constante en la película (como lo es también en la obra de De Palma), la relación Eros-Tanatos plasmada en la pantalla de manera brillante y eficaz. Angie Dickinson una ninfómana que sólo encuentra el placer y alivio en todo tipo de encuentros sexuales. Como en Psicosis, De Palma se cepilla en la primera parte de la película a la que parecía la estrella principal de la película. En este caso mediante una secuencia que recuerda también la mítica escena de la ducha (esa navaja de afeitar que asesina tan torpemente como lo hacía Norman Bates en Psicosis…ovación y referencia). Pero homenajes aparte es digno de destacar la magnífica secuencia que antecede a esta, me refiero a la filmada en el museo.
La citada escena, es seguramente una de las mejores que encontremos no sólo en la película sino en la obra entera de Brian De Palma. Sin utilizar una sola palabra, el director se sirve de la combinación de Planos y la música para construir una secuencia que cobra vida y entidad propia (diez minutos que podrían haberse recortado perfectamente y no habría pasado nada…bueno sí, que nos habríamos perdido una clase de estética de mano de De Palma). El director sabe combinar un montaje perfecto con una excelente dilatación del tiempo (como hacía el gran Hitchcock) para enseñarnos el delirio y la persecución en busca del hombre que llevará a un final apoteósico (y una sobrada importante, todo hay que decirlo) en los asientos de un taxi. Como en el cine mudo pero adaptado a las formas contemporáneas. Una genial escena.
Lástima que después del asesinato principal, la película siga unos derroteros que no terminan de cuajar adecuadamente. Nancy Allen es seguramente igual de bella que Angie Dickinson pero su personaje resulta insulso y la relación que se establece entre su personaje y el hijo de la asesinada, que busca venganza no está en absoluto bien trabajada. No es que las reacciones no sean absolutamente nada verídicas (que también) sino que está todo apresurado y hecho sin gracia. Las piezas no encajan entre sí. La manera como se soluciona el caso es precipitada y absurda Además el desarrollo de la película a partir de ese hecho se volverá monótona y sólo se salvará por momentos aislados eso sí, de gran cine. La persecución en el metro es seguramente una de las que mejores resumen la película. Una construcción perfecta hasta el momento final, que se resuelve de manera chapucera y apresurada.
A destacar que el homenaje a Psicosis no se quedará en el simple asesinato de la estrella principal, sino que en una pirueta interesante, De Palma llevará la enfermedad de Norman Bates a otro nivel (muy relacionado con su mundo, es interesante a destacar que la película crea un atmósfera única y totalmente personal, ya sólo con esos colores tan estridentes que remiten totalmente al director y a su estética tan personal), un nivel muy ligado con el discurso que se ha desarrollado. Además el discurso médico que intentará explicar el perfil del psicópata una vez descubierto, son también una clara mención a las mismas que suceden en Psicosis.
Lástima que a De Palma le pierde a veces sus ganas y desmesura. Para ejemplo ese final tan precipitado que no llega a ninguna parte y que sobra totalmente a la película. Pese a que la ejecución sigue siendo perfecta no se entiende como se cierra de esta manera cuando el director tenía el final perfecto quitando apenas diez minutos de metraje.
http://neokunst.wordpress.com/2013/02/15/analisis-filmico-vestida-para-matar/
Por desgracia, como en la mayor parte de la trayectoria de De Palma la película es demasiado irregular y combina partes de gran acierto con otras partes más fallidas. Eso sí, tiene alguna secuencia que hará la delicia de los cinéfilos, por lo que la nominación a los Razzie como peor dirección sólo puede entenderse como una broma de mal gusto.
De Palma realiza una revisión de Psicosis desde su óptica. Esa primera secuencia en la que vemos esa ensoñación erótica nos lo deja bien claro desde un primer momento. Erótica que por cierto, se mantendrá como una constante en la película (como lo es también en la obra de De Palma), la relación Eros-Tanatos plasmada en la pantalla de manera brillante y eficaz. Angie Dickinson una ninfómana que sólo encuentra el placer y alivio en todo tipo de encuentros sexuales. Como en Psicosis, De Palma se cepilla en la primera parte de la película a la que parecía la estrella principal de la película. En este caso mediante una secuencia que recuerda también la mítica escena de la ducha (esa navaja de afeitar que asesina tan torpemente como lo hacía Norman Bates en Psicosis…ovación y referencia). Pero homenajes aparte es digno de destacar la magnífica secuencia que antecede a esta, me refiero a la filmada en el museo.
La citada escena, es seguramente una de las mejores que encontremos no sólo en la película sino en la obra entera de Brian De Palma. Sin utilizar una sola palabra, el director se sirve de la combinación de Planos y la música para construir una secuencia que cobra vida y entidad propia (diez minutos que podrían haberse recortado perfectamente y no habría pasado nada…bueno sí, que nos habríamos perdido una clase de estética de mano de De Palma). El director sabe combinar un montaje perfecto con una excelente dilatación del tiempo (como hacía el gran Hitchcock) para enseñarnos el delirio y la persecución en busca del hombre que llevará a un final apoteósico (y una sobrada importante, todo hay que decirlo) en los asientos de un taxi. Como en el cine mudo pero adaptado a las formas contemporáneas. Una genial escena.
Lástima que después del asesinato principal, la película siga unos derroteros que no terminan de cuajar adecuadamente. Nancy Allen es seguramente igual de bella que Angie Dickinson pero su personaje resulta insulso y la relación que se establece entre su personaje y el hijo de la asesinada, que busca venganza no está en absoluto bien trabajada. No es que las reacciones no sean absolutamente nada verídicas (que también) sino que está todo apresurado y hecho sin gracia. Las piezas no encajan entre sí. La manera como se soluciona el caso es precipitada y absurda Además el desarrollo de la película a partir de ese hecho se volverá monótona y sólo se salvará por momentos aislados eso sí, de gran cine. La persecución en el metro es seguramente una de las que mejores resumen la película. Una construcción perfecta hasta el momento final, que se resuelve de manera chapucera y apresurada.
A destacar que el homenaje a Psicosis no se quedará en el simple asesinato de la estrella principal, sino que en una pirueta interesante, De Palma llevará la enfermedad de Norman Bates a otro nivel (muy relacionado con su mundo, es interesante a destacar que la película crea un atmósfera única y totalmente personal, ya sólo con esos colores tan estridentes que remiten totalmente al director y a su estética tan personal), un nivel muy ligado con el discurso que se ha desarrollado. Además el discurso médico que intentará explicar el perfil del psicópata una vez descubierto, son también una clara mención a las mismas que suceden en Psicosis.
Lástima que a De Palma le pierde a veces sus ganas y desmesura. Para ejemplo ese final tan precipitado que no llega a ninguna parte y que sobra totalmente a la película. Pese a que la ejecución sigue siendo perfecta no se entiende como se cierra de esta manera cuando el director tenía el final perfecto quitando apenas diez minutos de metraje.
http://neokunst.wordpress.com/2013/02/15/analisis-filmico-vestida-para-matar/