Una comedia sobre el diablo con heavy de por medio. Una combinación ciertamente apetecible. Propuesta fresca y original dirigida con estilo por Álex de la Iglesia, que consigue hacer de una idea que se presta a convertirse en una de esas pelis que pasan a la historia por su "cutrez", salga bien parada. Ritmo y un humor que apenas consigue la carcajada, pero que tampoco lo necesita. Hay momentos que están hechos para el más delirante disfrute, porque sabes que sólo se darían en esta película, como por ejemplo ver a un cura en un concierto de death metal, o que se carguen en medio de una vía pública a unos señores disfrazados de reyes magos.
Un reparto fantástico que da vida a un trío protagonista de lo más peculiar (un cura que se vuelve malo; un metalero interpretado por el enorme Santiago Segura, que da mucha vidilla al filme; y un presentador de televisión que no se cree su trabajo hasta el día de la bestia).
Película sobre la que sólo puedo señalar un fallo: a pesar de que el desarrollo de la historia sea deliciosamente hilarante, se le presta poca atención al final.

Brutal la escena del cartel publicitario: "Voy pa bajo".