La boda de Rosa está dirigida por Icíar Bollaín, quien añade otra buena película más a su lista. En esta ocasión lo hace con una comedia dramática que nos pone en la piel de Rosa (Candela Peña). Es modista, trabaja más que un reloj, se ocupa de los niños de su hermano (Sergi López), o de cuidar a su padre (Ramón Barea) mientras su hermana (Nathalie Poza) va de convención en convención bebiendo copas de más. Su hija (Paula Usero) tiene gemelos y vive en Manchester, por lo que se añade el sufrimiento de madre. Además, como carga con todo, le dejan hasta las plantas de las vecinas y el gato de su amiga para que lo cuide. En tan solo cinco minutos de película vemos que la vida de Rosa es de todo menos suya. Y ya va siendo hora de darle la vuelta, hay que apretar el botón nuclear.

Y lo hace, vaya que si lo hace. Aunque en ocasiones Rosa no es capaz de dominar esa acometida y se deja llevar por las decisiones de sus hermanos o de su padre, sí que decide organizar una boda, que es la trama principal de la película. Alrededor de esta podemos ver cómo los distintos miembros de su familia la oyen pero no la escuchan, alejados por la vorágine de sus propias vidas y problemas. Es como si Rosa fuera el cubo de la basura, allá donde van a parar todos los deberes y exigencias de las que el resto no es capaz de ocuparse. Icíar Bollaín se encarga de aportar tintes de drama y comedia justos para que funcione, con un elenco de actores de altura, en especial la propia Candela Peña. Es un filme arriesgado, pero que funciona a la perfección, que habla de la emancipación y de las decisiones valientes.

En definitiva, LA BODA DE ROSA es una buena película. Es interesante para trabajar nuestras propias ideas y sueños, para comprobar que todavía seguimos vivos y no somos esclavos de nada ni de nadie. Hay que comprometerse con uno mismo, desearnos lo mejor y llevar a cabo nuestros sueños porque somos dueños de nuestras propias vidas. Pero para tomar decisiones arriesgadas, de esas en las que nuestro futuro está en juego, hay que pensar. Y a veces no nos paramos ni dos minutos a hacerlo. Quizás viendo esta película más de uno pueda hacerlo. Si tal es el caso, es una oportunidad que no podéis dejar pasar. Interesante para educadores también, faltaría más. No os la perdáis.