Cualquier estreno de los hermanos Dardenne es un gran acontecimiento cinematográfico. Son unos directores cuyo cine siempre presenta una gran expectación entre los espectadores. Todas sus películas se han estrenado en el Festival de Cine de Cannes, donde han obtenido numerosos premios. Tienen dos Palmas de Oro, que consiguieron con “Rosseta y El Niño”. Ahora nos presenta su última película, donde tratan de resquebrajar el hermetismo de su personaje principal, un adolescente radicalizado por su imán. La película obtuvo el premio a la mejor dirección en el Festival de Cine de Cannes. Aquí en nuestro país antes de su estreno en salas, formo parte de la sección oficial del Festival de Cine de Valladolid, donde obtuvo los premios a mejor guion y montaje.

Los hermanos Dardenne nos tienen acostumbrados a un tipo de cine social muy determinado, en está ocasión se centran en un periodo muy breve de la vida de un joven muchacho. La historia va desde el momento en el que germina en él la idea de matar a su profesora, a la que considera impura, hasta el desenlace final. El pasado familiar, interpretado por el joven actor no profesional Idir Ben Addi, queda reflejado con apenas unas pinceladas: padre ausente y primo mártir a ojos de la causa yihadista. El entorno actual, una familia como cualquier otra y un colegio que trata de fomentar el conocimiento de la lengua árabe más acá del Corán, en la sociedad del siglo XXI.

Pero lo verdaderamente importante transcurre en el momento actual, vemos como el joven se va radicalizando por culpa del imán del pueblo. Ninguna de las personas que le rodean consiguen hacerle cambiar de parecer. Ni el despertar sexual al que le invita su joven amiga Louise, ni el descubrimiento de las labores en un granja, herramientas que su educador trata de utilizar para sacar al adolescente de su forma de pensar tan radical. Ni su propia madre, pese que hace todo lo posible, es capaz de reconducir su situación.

Cuando su imán comprende cuál es el objetivo de Ahmed y trata de enseñarle cierto límite, el joven está completamente fuera de sí y ya nada podrá detenerlo. La película trata que el espectador intente comprender como es la disyuntiva a la que se enfrentan las familias musulmanas en la sociedades occidentales. La cinta está magníficamente dirigida, tiene una estructura narrativa muy bien elaborada, con unas elipsis muy efectivas y con un montaje marca de la casa. El guion una vez más es fundamental en el desarrollo de la película. Podemos decir que todo lo que vemos tienen un tono de denuncia. Funciona mejor en su parte inicial, pero también me gusta el desenlace, el cuál dará mucho que hablar y una buena dosis de esperanza.

Lo mejor: La fuerza del personaje del joven Ahmed y el sorprendente final
Lo peor: Va un poco de más a menos, aunque en la parte final vuelve a subir el nivel

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