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Voto de jjap84:
8

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8
7,7
16.131
Drama
Charles Horman (John Shea), un joven e idealista periodista norteamericano, desaparece de su domicilio en Santiago de Chile tras el golpe de Estado del general Augusto Pinochet (11-9-1973). Su mujer (Sissy Spacek) y su padre (Jack Lemmon), que se traslada allí desde los Estados Unidos, intentan averiguar su paradero y vivirán una auténtica odisea recorriendo las instituciones diplomáticas norteamericanas y tropezando con infinitas trabas burocráticas. (FILMAFFINITY) [+]
24 de junio de 2012
24 de junio de 2012
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El 11 de septiembre de 1973 parte del ejército chileno comandado por Augusto Pinochet dió un sangriento golpe de estado contra el gobierno del presidente electo Salvador Allende, dando como resultado la muerte de este y la llegada al poder de Pinochet, iniciándose así una salvaje represión contra cualquier persona sospechosa de no ser afín a los golpistas, represión que dió como resultado la ejecución sin juicio ninguno de miles de personas, durante los 17 años que duró la dictadura militar.
El responsable de todo esto hubiese muerto plácidamente en su cama, sin que nadie le hubiese molestado de no ser por una persona que hoy en dia está privada de seguir quitando el sueño a asesinos como este, pero esa es otra historia.
El comprometido y siempre necesario Costa-Gavras se atrevió en 1982 con la desaparición del joven e idealista Charles Horman en los dias posteriores al golpe de Pinochet, denunciando la implicación de la diplomacia norteamericana en el asesinato y posterior desaparición del cuerpo joven Horman.
Costa-Gavras siempre ha suplido su falta de talento con un compromiso digno de alabar, y quizá en esta cinta sea donde mas consiguió meter el dedo en la llaga, con un Lemmon que se echa la película a la espalda sobre todo en la segunda hora, llevando todo el peso interpretativo.
Pero como suele pasar con casi todo el cine denuncia con el paso de los años acaba perdiendo su fuerza debido al cambio de los tiempos, y en lo que 1982 fue una auténtica bomba, a dia de hoy lo que cuenta está ya obsoleto, y si esto que era el auténtico gancho ya no tiene interés, la película se queda en la interpretación de Lemmon, ya que la dirección de Costa-Gavras nunca ha sido un prodigio y la fotografía setentera tampoco ayuda.
Pese a todo una de las obras cumbres de Costa-Gavras.
El responsable de todo esto hubiese muerto plácidamente en su cama, sin que nadie le hubiese molestado de no ser por una persona que hoy en dia está privada de seguir quitando el sueño a asesinos como este, pero esa es otra historia.
El comprometido y siempre necesario Costa-Gavras se atrevió en 1982 con la desaparición del joven e idealista Charles Horman en los dias posteriores al golpe de Pinochet, denunciando la implicación de la diplomacia norteamericana en el asesinato y posterior desaparición del cuerpo joven Horman.
Costa-Gavras siempre ha suplido su falta de talento con un compromiso digno de alabar, y quizá en esta cinta sea donde mas consiguió meter el dedo en la llaga, con un Lemmon que se echa la película a la espalda sobre todo en la segunda hora, llevando todo el peso interpretativo.
Pero como suele pasar con casi todo el cine denuncia con el paso de los años acaba perdiendo su fuerza debido al cambio de los tiempos, y en lo que 1982 fue una auténtica bomba, a dia de hoy lo que cuenta está ya obsoleto, y si esto que era el auténtico gancho ya no tiene interés, la película se queda en la interpretación de Lemmon, ya que la dirección de Costa-Gavras nunca ha sido un prodigio y la fotografía setentera tampoco ayuda.
Pese a todo una de las obras cumbres de Costa-Gavras.