En un momento de la peli el fantasma le prepara un desayuno a la nena; huevos, zumo, tortitas... la escena mola bastante.

Además la casa y el pasadizo están guays, Casper cae bien, la historia del trineo es triste, hay pactos de meñique, los muertos y sus asuntos pendientes, Bill Pullman andaba por ahí y Devon Sawa prometía.

Y por supuesto, si eras niño en los 90, la Christina Ricci de Casper se sumaba a la larga lista de amores platónicos de películas (la Kirsten Dunst de Jumanji, la hermana mayor de Cariño he encogido a los niños, las hermanas Olsen, la chavala de El retorno de las brujas...).
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