En todas partes leerás que ella ha aprendido a amar a su marido poco a poco, que tras ver su calidad humana como médico algo se abrió en su corazón y se enamoró locamente, tras haberle engañado previamente con un guapo dandi vinculado al mundo de la política en Shangai, estando recién casados ella y el médico Don Perfecto. Pobre hombre, no se merecía algo así.
El médico para vengarse la metió en un poblado de enfermos de cólera a los que él salvó en su mayoría, y ella creció y se hizo mujer, amándole. Pero claro, ya incluso iban a tener un bebé, pero él se puso enfermo y murió. El buen hombre murió, pero el amante sinvergüenza allí estaba al final de la película. Pero claro ¡es obvio! ella le rechaza porque ama en realidad a Walter, aunque esté muerto. Que preciosidad, cuando por fin Kitty abre sus ojos y se enamora de Walter. Que viaje.

Ese enfoque es el que todos ven. Pero yo no veo eso. Yo veo a un hombre bueno, en efecto, que es médico casarse sabiendo perfectamente que Kitty es una niña caprichosa y rancia, de las de la antigua aristocracia, que da más importancia a tener un piano que a aprender a cocinar o a llevar la casa ella misma, aunque sea por aburrimiento. Aún así se casó con ella, y ella lo hizo a la fuerza.
Como Walter la quiere piensa que ella cambiará, pero ella no lo hace. Se enamora de otro hombre que no la quiere más que para pasar el rato. Pero Walter también lo sabe, siempre lo supo. Algo dentro de él le decía que esa mujer contra todo cuanto él hiciera simplemente no podría amarle jamás.
La humilla enviándola con su amante. Walter es un personaje fascinante, dotado de una gran sabiduría, me gusta más que Kitty por ello.
Al igual que Kitty siempre será incapaz de amarle a él, Walter sabe que su amante tampoco podría amarla a ella. No hay explicación, simplemente es algo que se ve, algo que se siente, En la vida real pasa continuamente, solo tenemos que abrir los ojos y prestar atención a las parejas que nos rodean.
Eso es amor. Lo que Kitty siente por su amante, lo que Walter siente por Kitty. Ese es el único amor verdadero que sale en esta película. Kitty no se enamora de Walter, jamás. Solo recupera su dignidad y le devuelve a él su integridad como marido y como hombre al final de la película.
Es cierto que Kitty tiene una revelación de cómo es su vida con él, en lo que Walter le había ofrecido y ella había rechazado, y también es cierto que se encuentra mendigando su cariño: lo que antes despreció.
Karma. De acuerdo, pero no amor. A pesar de que Walter es un hombre a todas luces mejor que su amante, no despierta en ella aquel amor incontrolable, solo respeto y cierta felicidad y cariño porque es lo único que tiene. No está su familia, ni sus amigos snobs.
Solo está Walter, no tiene más opción que estar con él. Lo aprecia y pasan una noche juntos, porque ella lo desea, pero el sexo no expresa amor exactamente, expresa agradecimiento aquí. Walter ha recuperado su honor, parece que su esposa le ama, aquí todos lo dicen, que preciosidad de maravilla el velo pintado se corre, ya se quieren.
Pero el velo no deja ver el amor, precisamente porque está ya pintado con otro amor. Ella está desencantada por su amante, pero no enamorada de su marido. Está agradecida, feliz de que un hombre bueno esté aún sin merecerlo con ella. Pero eso no es amor, ese sentimiento que todos los usuarios ven es una miseria. Vale más no llegar a experimentarlo que hacerlo.
Howard nunca fue su amante, solo un plato de segunda mesa. Los sentimientos de Kitty hacia él llegan tarde, llegan mezclados, y engañan a ella misma y a la mayoría del público, es la grandeza de la novela.
Pobre Howard. Merecía más que su compasión.