Desde que tengo uso de razón que mi cara cambia cuando alguien menciona el cine irlandés. No sé por qué, pero el 80% de las películas irlandesas tienen un nosequé que verdaderamente me termina por enamorar. Y puede que esté siendo demasiado clasista, pero Ondine no rompe con esa norma.

Un pescador, una mujer sacada de las entrañas del mar, una niña empeñada en creer en lo que los demás se niegan a imaginar. Una realidad escondida dentro de un cuento para niños. Según se va desarrollando la película, más atrayente la encuentro.

Y antes de comenzar a hacer spoiler, que aunque pueda hacerlo me niego, dejo esta crítica con un notable y un buen sabor de boca - especialmente por las risas que me pude echar en Internet leyendo a la gente maravillada con la capacidad de Colin Farrell para imitar el acento irlandés cuando él ES irlandés -. Ocho estrellitas.