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Voto de Alvaro_Pelis:
10
Shameless (Serie de TV)
Voto de Alvaro_Pelis:
10
Serie de TV. Comedia. Drama Serie de TV (2011-2021). 11 temporadas. 134 episodios. Narra el día a día de la peculiar y disfuncional familia Gallagher, en la que el irresponsable Frank (William H. Macy), un desastroso padre soltero y alcohólico, se esfuerza muy poco por educar a sus seis inteligentes, salvajes e independientes hijos. En realidad la verdadera responsable de sacar adelante a la familia es la hija mayor, Fiona, una joven llena de recursos que ha ... [+]
4 de septiembre de 2023
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llevo un año viendo Shameless y voy por la séptima temporada. Me siento tan veterano en ella que no puedo dejar de pensar en lo mucho que ha calado en mí. Por eso, en esta crítica, quiero descubrir cómo lo ha conseguido y en qué se diferencia del resto de series que veo.
Una de las cosas que más admiro de ella es la capacidad para tratar con cariño al espectador. La puedo considerar una serie adictiva, pero de una manera muy sana. Series como “Lost” o “Prison Break” quizá son adictivas porque siempre queremos saber qué va a pasar en el siguiente episodio. Nos cogen de los huevos y nos presionan para que queramos saber cuándo se van a desvelar las respuestas, si es que se acaban desvelando. Eso puede estar bien si luego cumple con las expectativas, pero “Shameless” crea una cercanía con el espectador mucho más acogedora. Aquí no hay preguntas ni respuestas, solamente quiero ver el siguiente episodio porque sé que me va a hacer sentir algo. Nunca me quedo indiferente al acabar uno de sus episodios. La serie nos espera con los brazos abiertos y nos invita a verla, solo si queremos. Es un pequeño refugio que esconde mucha verdad.

Hay una diferencia muy grande entre el cine y las series. El cine se trata de esperar toda la película para que al final nos recompense con algo satisfactorio, como puede ser un lugar, una imagen o una frase, o múltiples. Por lo tanto, el cine se trata del futuro. En cambio, las grandes series, como “Shameless”, no necesitan ese tipo de gancho emocional. La serie se enfoca tanto en vivir el presente que, aunque evidentemente haya una conexión entre arcos, temporadas o conjuntos de episodios, está diseñada para que cada episodio sea su propia película y acabe de una manera en la que el espectador pueda dormir en paz, sabiendo que ya ha visto algo interesante sin necesidad de tener que esperar futuros episodios. La serie confía en que volvamos a ella de vez en cuando y, si lo hacemos, nos lo recompensa con una microhistoria que funciona por sí sola. De hecho, la serie respeta tanto al espectador que antes de la introducción de cada episodio aparece uno de los personajes para decirnos: "¿otra vez te has perdido el episodio de la semana anterior? Pues aquí tienes un resumen". Y, efectivamente, la serie nos regala los mejores momentos del episodio anterior por si alguien estuvo ocupado llevando a su hijo al cole. Muchas otras series utilizan el recurso "previously on", pero ninguna con tanta gracia y con tanto sentido como “Shameless”. Es una serie tan respetablemente despreocupada que no le importa la manera en la que la veamos. Todo es válido en ella, nosotros somos libres y eso es algo magnífico.

Como decía, “Shemeless” es una serie que no se empeña en pensar en el antes ni en el después, sino que aprovecha muy bien lo que tiene. Por ejemplo (Spoilers hasta el final del párrafo), en la sexta temporada, el personaje de Mikey va a la cárcel y deja de aparecer en la serie. No sé si volverá o no, y tampoco sé si se fue por asuntos de producción con el actor o por decisión creativa de guion. La cuestión es que la serie tiene una capacidad tan grande de pasar página que, aun siendo uno de mis personajes favoritos, no echo de menos a Mikey. Ian ha tenido otro novio, Caleb, el cual recientemente también ha salido de la historia y, de igual manera, se ha exprimido lo suficiente como para que el guion se permita echarlo. Me he dado cuenta de que la clave está en que la serie consigue entretejer muy bien los hilos de las historias. El arco de Caleb se ha cerrado de manera invisible, ya que quizá los guionistas se dieron cuenta de que la relación entre ellos no debía dar más de sí, o quizá el actor quería o debía dejar la serie. De cualquier manera, la flexibilidad de los guionistas ha conseguido que no quede un vacío en su ausencia. Si acaba volviendo Mikey, los guionistas se las apañarán para que parezca totalmente natural y yo, por supuesto, lo recibiré con los brazos abiertos. Se trata de contrarrestar el peso de los personajes de manera que si falta uno se potencia otro y así nunca echamos en falta nada.

Por eso mismo, y aunque pueda parecer absurdo, pienso que si en esta serie faltase cualquiera de los personajes, incluso los más importantes como Frank, Fiona o Lip, esta se las arreglaría para seguir en su línea, igual de sensible, divertida, impactante y humana. Los guionistas se adaptan en esta narrativa flexible, donde no hay una estructura a modo película tipo "Breaking Bad" sino que las cosas avanzan como la vida misma. “Shameless” no es una serie la cual sea estrictamente necesario ver entera ya que la narrativa se basa principalmente en la madurez de los personajes, en sus pequeños momentos, como si estuviésemos viendo un falso reality show, un falso "show de Truman" en el que nos morimos de morbo por ver qué se les ocurre esta vez a estas personas. Eso es lo que hace a esta serie inagotable. Y lo más admirable es el ingenio y la creatividad de un grupo de guionistas para que el espectador se sienta respetado y acogido por lo que se le puede considerar casi una segunda familia. Los guionistas han aprendido con el tiempo sobre sus propios personajes y han sacado el máximo partido de ellos. Es un gran ejemplo de serie que sabe aprovechar sus mayores virtudes.

El aprendizaje es algo tan presente en “Shameless” que en ella no existe la nostalgia. Ni si quiera a mí me apetece volver a ver escenas de las primeras temporadas, ni aún por esa ternura de volver a ver a los personajes de pequeños y lo adorables que eran en comparación con ahora. No lo necesito, ya que lo único que ha hecho la serie es ir hacia arriba en cuanto al desarrollo de los personajes. Me maravilla la capacidad de la serie para construirlos de manera acumulativa de modo que todo lo que les ha ocurrido hasta esta séptima temporada les ha formado. Los personajes han madurado tanto a lo largo del tiempo que cada vez me los creo más como personas y menos como caricaturas. Sigo en la sección Spoilers.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Estoy seguro de que incluso los propios actores han aprendido sobre ellos. Tienen una carga emocional tan grande con sus personajes que si, por ejemplo, uno de ellos comete un error en la primera temporada y se debe enfrentar a otro parecido en la séptima, el actor lo afrontará desde una emoción increíblemente íntima, casi como si ese error lo hubiese cometido su yo real de pequeño. Los actores han perfeccionado tanto sus interpretaciones que ya parece que personaje y actor son inseparables. Recientemente han estrenado la segunda temporada de "The Bear" con Jeremy Allen White como protagonista. Es una serie muy bien escrita y con un personaje principal ciertamente diferente al Lip de “Shameless”, siendo Carm una persona con sus matices, su cara adulta y sombría y sus inquietudes. Pero en el fondo de su alma sigo viendo a Lip, como si fuese el personaje de “Shameless” el que se ha apoderado del actor y no al revés. Aunque no necesariamente un papel tiene que cambiar la vida de un actor, me gusta pensar que Lip ha educado a Jeremy Allen, lo ha definido como persona y el actor es incapaz de no reflejarlo en cualquier otro personaje.

Otro maravilloso recurso de “Shameless” es el equilibrio que se encuentra en que, a pesar de nunca saber sobre el futuro, los personajes siempre cambian pero a la vez son siempre los mismos. Es increíble cómo después de siete temporadas me siga interesando por Frank si en realidad sigue siendo el mismo borracho, nihilista e irresponsable de siempre. Frank es una especie de Tony Soprano, un tío al que respetamos a pesar de que lo que haga sea irrespetable. Pero es cierto que Frank es, al igual que Kevin o Veronica, uno de esos personajes que seguimos admirando más por el morbo que por el cariño. Un personaje, aunque más satirizado, tan necesario como el resto. La cara opuesta de su personalidad se puede reflejar en un personaje como Fiona, uno mucho más tridimensional. Ella ha adquirido tanta sensatez que, a pesar de seguir siendo la hermana que debe cargar con todo y no parar de saltar de hombre en hombre, su visión sobre su familia es ahora una muy distinta. Se ha dado cuenta de que algunas cosas quizá no son para tanto y ha aprendido sobre el rechazo, el individualismo y la responsabilidad.
Por ejemplo, en la anterior temporada Debbie, teniendo dieciséis años, tuvo un hijo de una manera muy pasional y Fiona luchó porque no lo tuviera, ya que además ella misma tuvo que abortar un tiempo antes. Ahora Debbie se tiene que enfrentar a los problemas con su hijo y no para de pedir ayuda a Fiona pero ella la ignora casi a modo de venganza. Si esto le hubiese pasado a Fiona en la primera temporada (con otro personaje de dieciséis años que no fuese Debbie) sin todo el bagaje de haber abortado ella misma, estoy seguro de que no habría afrontado la situación de la misma manera. Hubiese sido menos dura y se hubiese dejado llevar por el fluir de una vida sin tantas preocupaciones. Esta es una de esas cosas que nos demuestra la humanidad detrás de los personajes y que, aunque estemos viendo a la guapa Fiona de siempre, la que es ahora es una muy diferente de la que era antes.

En resumen, “Shameless” es una serie irresistible. No importa si hacemos una maratón o si la vemos a fuego lento durante años, siempre es bien recibida por nosotros. Una serie que no para de ir de un lado a otro pero que en realidad saca mucho provecho de la simpleza de los pequeños momentos de la vida y se esfuerza por contárnoslos al detalle. Es divertida y ligera y de todos los episodios se puede sacar algo emotivo e inteligente. Una pequeña lección de vida en frascos de cincuenta minutos barnizado de aire fresco y un poco de locura. Y una lección de narrativa de series que nos dice que, sin necesidad de preocuparse por el pasado ni por el futuro, cualquier idea puede ser buena.
A quien quiera ver una serie larga que ofrezca amistosamente la mano para pasar un buen rato juntos.

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