Después del (relativo) fracaso que supuso A.I, Spileberg volvía a cruzarse con la ciencia ficción para adaptar una de las novelas cortas del autor Phillip Dick con la mega estrella Tom Cruise como protagonista. Parecía que era la única vía de Splielberg para recuperar algo de renombre, aún así, y pese a ser una obra bastante solvente, no parece haber sido dirigida al 100% por su realizador.

La película parte de una idea muy original, donde trata de relatar un thriller de acción que Spielberg ha mezclado tintes de cine negro y la ciencia ficción con un despliegue de efectos especiales espectacular. Sin embargo, carece de la humanidad de su anterior trabajo (a mí gusto, A.I. fue un film sobresaliente).

La cinta dispone de imagenes realmente espectaculares que se quedan grabadas en nuestra retina gracias a la buena labor de ILM así como con sus impecables escenas de acción. Pero pese a este gran despliegue de medios, la película se sujeta bajo una estructura que peca de ser un tanto irregular. Su montaje padece ciertos altibajos en su ritmo, teniendo momentos muy dinámicos junto con otros donde la película puede llegar a hacerse algo tediosa y aburrida.

Y es que es algo más que probable que más de uno pueda llegar a pensar que esta cinta le hubiera salido más redonda a su creador sí la hubiera recortado un poco o cambiado la estructura de su ritmo en la sala de montaje. Sin embargo, tiene puntos realmente positivos, como sus implacables imagenes ya mencionadas y una trama que consigue ser bastante interesante durante todo el metraje, manteniendo una buena ejecución en llevarse acabo. Los actores por su parte, pese a no destacar demasiado ninguno de ellos, (tal vez algo el irlandés Colin Farrell) son todos muy correctos y son del todo creíbles y solventes.