Una frase como esta puede servir de ánimo y motivación para la mayoría de las personas y quedarse pensando en ella durante unos instantes o minutos, pero en general no basta ni pasa de ser una bonita frase puesto que no se graba realmente y además requerimos una creencia firme. Sin embargo, para un humilde caracol esta frase se convirtió en el motor y aliciente de su vida, la grabó en su mente firmemente junto con imágenes orientadas a realizar su sueño de competir con los más veloces autos de carreras, tanto así que atrajo las circunstancias y acontecimientos que lo llevaron a conquistar su más preciada meta.

¿Un caracol compitiendo oficialmente con autos de carreras? por muy veloz que sea y aunque si pueda ganarles a todos, solo los autos compiten con otros autos y los caracoles con otros caracoles, y aunque este era un caracol especial solo podía competir con otro tan especial como el ya que solo así hay condiciones totalmente igualitarias (¿Se aceptaría a una ardilla en una carrera de humanos o a una perrita en el concurso de Miss Universo?). Como reto y espectáculo estaba bien, pero no como candidato oficial para el trofeo. Una carrera de autos es eso precisamente, carrera de autos. Sin embargo, la película también trató de dar el mensaje de que se vale saltar barreras, generar ideas y proponer cosas nuevas. Tarde o temprano una da resultado. Se ve como se contraponen los soñadores frente a los racionales.

No es la gran película. Es predecible, sencilla y al parecer no fue hecha con grandes pretensiones; su mensaje de superación no está mal pero tampoco es nada nuevo. Sin embargo resulta entretenida, pasable, tiene humor, personajes simpáticos, es apta para pasar un buen rato familiar y parece estar orientada sobre todo al público infantil.