Es de un clásico que puede echar para atrás a más de uno. Su tempo, sus diálogos, situaciones, encuadres, decorados, vestidos, peinados... Clásico estilo Minghella, no David Lean. Todo es bonito, atractivo, pero algo distante, tibio. No hay en la historia fuerza humana, sentimientos negros, rabia. No hay pasión, aunque no sea exactamente gélida. No hay escenas de suspense en un film de supense... no te digo ná y te lo digo tó.

Los ojos de la audiencia se recrean en los bellos Kirsten Dunst y Viggo Mortensen, en sus bien explorados detalles faciales, en su seducción actoral. Y poco más. La historia es flojita, previsible, sin ases en la manga, superada por el paso del tiempo, convirtiéndose en su handicap más evidente.

Aún así se antoja un buen debú, aunque intuyo que la carrera del señor Amini no irá a más y ya ha dado lo mejor de sí mismo. Ojalá me equivoque.