Slasher de serie B que entremezcla comedia y terror, y que es la primera y única película dirigida por Paul Norman. La película está protagonizada por Clint Howard (El Legado del Diablo, 1981), y Justin Isfeld (American Pie, 1999).

Gregory Trudor, un niño pequeño, es testigo del brutal asesinato de su ídolo, el vendedor ambulante de helados del barrio y, debido a la conmoción, es internado en un centro psiquiátrico. 20 años después, Gregory decide abrir su propio negocio de helados, pero su locura pronto lo llevará cometer todo tipo de atrocidades...(FilmAffinity)

Con un aire casposo de serie B impregnando toda la cinta de principio a fin, en el que destacan unos decorados cantosos y unas actuaciones complicadas de creer, El Vendedor de Helados es un simpático slasher a mitad camino entre terror y comedia, que presenta una trama delirante y surrealista que solamente pretende entretener. Las muertes son bastante rutinarias y en demasiadas ocasiones utilizan el recurso para ahorrar de que ocurran fuera de plano, pero su tono ligero junto una asequible duración de tan solo 84 minutos hacen que la película sea fácil de ver.

El Vendedor de Helados es una película que no pasa de la mediocridad, con un nivel técnico bastante bajo. Pero no por esto deja de ser un slasher que disfrutará cualquier asiduo a este subgénero.

Nota personal 5/10