Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with TOM REGAN
- Recomendaciones
- Estadísticas
- Sus votaciones a categorías
- Críticas favoritas elegidas por TOM REGAN
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de TOM REGAN:
7

Voto de TOM REGAN:
7
7,1
8.629
Drama
Dos sistemas: por una parte, la maquinaria nazi y, por otra, la diplomacia del Vaticano y de los Aliados. Pero dos hombres luchan desde dentro. El primero es Kurt Gerstein (personaje real), químico y miembro de las SS que se encarga de suministrar el gas Ziklon B a los campos de la muerte. Pero eso no le impide denunciar los crímenes nazis a los aliados, al Papa e incluso a los miembros de la Iglesia alemana a la que pertenece, ... [+]
17 de mayo de 2022
17 de mayo de 2022
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
157/17(15/05/22) Sugestivo drama escrito y dirigido por el combativo socialmente Costa-Gavras, especialista en denunciar con saña las injusticias del mundo, desde las dictaduras sudamericanas, la opresión soviética en países satélites, o el racismo en USA. Aquí ataca la tibieza (siendo benévolo) con que el Vaticano con el Papa Pío XII a la cabeza se tomó las denuncias del Holocausto mientras se producían, no queriendo intervenir para no molestar (y tener represalias), o que se tomarán las denuncias al nazismo como apoyo a los soviéticos (¿?). La historia se basa en la obra de teatro de 1963 “El Diputado” de Rolf Hochhuth, atacada en los círculos católicos y judíos por su interpretación del Papa Pío XII. Siendo una loa a los valientes que intentaron por todos los medios poner freno al genocidio, frente a la amoralidad indolente de las autoridades eclesiásticas, o el de los aliados (excelente muestra de cinismo cuando un estadounidense le dice al sacerdote protagonista Riccardo que no hable de miles de judíos exterminados, que diga cientos si quiere le tomen en serio, sobre todo cuando sabemos fueron millones), que sabiendo lo que pasaba no pusieron impedimento alguno a que la maquinaria de muerte continuará. Siendo protagonizada por Ulrich Tukur, Mathieu Kassovitz, Sebastian Koch, Ulrich Mühe, Ion Caramitru y Marcel Iureş
La primera escena está basada en hechos reales. Se trata del suicidio de Štefan Lux (11 de noviembre de 1888 - 3 de julio de 1936), periodista judío de nacionalidad Checa que se suicidó en la asamblea general de la Liga de las Naciones durante su sesión del 3 de julio de 1936. Se pegó un tiro para alertar a la líderes mundiales de los crecientes peligros del antisemitismo, el expansionismo y el militarismo alemán. Tras gritar "C'est le dernier coup" ("Este es el golpe final"), se pegó un tiro con un revólver. En su nota de suicidio, le rogó al secretario de Relaciones Exteriores británico, Anthony Eden, que hiciera algo para detener el régimen criminal de Alemania. A Eden nunca se le mostró la carta. Siendo dramatizada en el film alterando el discurso con estas palabras que en realidad mantiene el espíritu del mensaje: rrolla de una manera más teatralizada con este discurso: "Mi nombre es Stephan Lux, soy judío. Los judíos están siendo perseguidos en Alemania y al mundo no le importa. (saca una pistola) No veo otra forma de llegar al corazón de la gente". (Se dispara en la cabeza)
La película se centra en el teniente de las SS Kurt Gerstein (Ulrich Tukur), ingeniero químico y teniente del ejército que trabajaba en la purificación del agua potable para detener la propagación del tifus, cuando a través de las conexiones de su padre con la Gestapo, el Doctor (Ulrich Mühe) lo reclutó en las SS debido a sus habilidades químicas, y a través del éxito del programa aumentó de estatus. Desarrolló Zyklon B, el compuesto de gas utilizado en los campos de exterminio nazis, ingenuamente pensó este compuesto solo se usaría en el agua. Al principio, Gerstein es un soldado nazi que acepta, aunque no es entusiasta, y cree está ayudando al esfuerzo de guerra como un deber patriótico. Pronto es testigo de cómo los discapacitados mentales son exterminados por el gas porque son seres improductivos (Si un manicomio vale 6 millones de marcos y ayudar a un obrero 15 mil marcos, atroz clase de economía). Esto lleva a la Iglesia protestante a protestar y amenazar con darlo a conocer al público. Cuando Gerstein se entera de que 10.000 judíos al día están siendo exterminados (brillante como muestra esto Gavras mirando unos oficiales por las mirillas de cámara de gas a pleno funcionamiento, sin mostrar el interior, para que sea subliminalmente la que cree la devastadora masacre), , sus protestas a los mismos líderes de la Iglesia caen en saco roto. Comenzando una cruzada para dar a conocer los hechos con el pretendido altavoz del Papa Pio XII, tendrá como ayuda en su odisea al idealista sacerdote jesuita Padre Riccardo Fontana (Mathieu Kassovitz), este un rol ficticio (mezcla de otros muchos).
En su denuncia Gavras muestra la dualidad entre los nazis y su hedonismo emparejándolo con el de los jerarcas vaticanos, mostrados en sus palacios decadentes, en comidas copiosas mientras desprecian con gran desdén las cifras del exterminio, muestra el paralelismo entre estos dos poderes, y con ello parece decirnos que este modus vivendi del clero no pretendían ponerlo en peligro por unos judíos y por tanto no católicos (¿?). Y con ello poniendo en el escaparate con fuerza la denuncia la indiferencia que se convierte en connivencia. Aunque al Papa Pio XII lo mantiene muy al fondo de marco, apenas se ve en el film, exhibido en asepsia total, aunque el epítome es su incoloro discurso de navidad oído por Riccardo y Gerstein. Curiosamente conoció a Hitler como nuncio papal en Alemania. Como curiosidad fue este Papa Pio XII en 1938 el que bautizó a nuestro rey Juan Carlos I en la capilla de la Orden de Malta, aunque un año antes de llegar al papado.
Es llamativo como a pesar del tema tratado del genocidio judío, Gavras no acude a secuencias explícitas, supongo que piensa que ya se han visto demasiadas en cine, que el espectador sobre entiende realmente lo que pasó, y toma al mismo de ente adulto y no intenta manipularlo emocionalmente. Lo más que llegamos a ver son fosas ardiendo a lo lejos, sabemos lo que pasa, pero es en la distancia, cual lo ve el protagonista Gerstein, tampoco nos muestra el interior de las cámaras de gas que también ve el teniente. Esto hace que visualmente la película no tenga realmente escenas que perduren en la memoria. Aunque a modo de recordatorio de cómo cada minuto que pasaba eran más y más muertes, Gavras muestra a modo leit-motive/cortinilla entre escenas, el paso de trenes de ganado surcando las vías, ello sabiendo que estos vagones iban cargados de judíos al matadero de los campos de exterminio, cual gota malaya es un aviso que cala.
La primera escena está basada en hechos reales. Se trata del suicidio de Štefan Lux (11 de noviembre de 1888 - 3 de julio de 1936), periodista judío de nacionalidad Checa que se suicidó en la asamblea general de la Liga de las Naciones durante su sesión del 3 de julio de 1936. Se pegó un tiro para alertar a la líderes mundiales de los crecientes peligros del antisemitismo, el expansionismo y el militarismo alemán. Tras gritar "C'est le dernier coup" ("Este es el golpe final"), se pegó un tiro con un revólver. En su nota de suicidio, le rogó al secretario de Relaciones Exteriores británico, Anthony Eden, que hiciera algo para detener el régimen criminal de Alemania. A Eden nunca se le mostró la carta. Siendo dramatizada en el film alterando el discurso con estas palabras que en realidad mantiene el espíritu del mensaje: rrolla de una manera más teatralizada con este discurso: "Mi nombre es Stephan Lux, soy judío. Los judíos están siendo perseguidos en Alemania y al mundo no le importa. (saca una pistola) No veo otra forma de llegar al corazón de la gente". (Se dispara en la cabeza)
La película se centra en el teniente de las SS Kurt Gerstein (Ulrich Tukur), ingeniero químico y teniente del ejército que trabajaba en la purificación del agua potable para detener la propagación del tifus, cuando a través de las conexiones de su padre con la Gestapo, el Doctor (Ulrich Mühe) lo reclutó en las SS debido a sus habilidades químicas, y a través del éxito del programa aumentó de estatus. Desarrolló Zyklon B, el compuesto de gas utilizado en los campos de exterminio nazis, ingenuamente pensó este compuesto solo se usaría en el agua. Al principio, Gerstein es un soldado nazi que acepta, aunque no es entusiasta, y cree está ayudando al esfuerzo de guerra como un deber patriótico. Pronto es testigo de cómo los discapacitados mentales son exterminados por el gas porque son seres improductivos (Si un manicomio vale 6 millones de marcos y ayudar a un obrero 15 mil marcos, atroz clase de economía). Esto lleva a la Iglesia protestante a protestar y amenazar con darlo a conocer al público. Cuando Gerstein se entera de que 10.000 judíos al día están siendo exterminados (brillante como muestra esto Gavras mirando unos oficiales por las mirillas de cámara de gas a pleno funcionamiento, sin mostrar el interior, para que sea subliminalmente la que cree la devastadora masacre), , sus protestas a los mismos líderes de la Iglesia caen en saco roto. Comenzando una cruzada para dar a conocer los hechos con el pretendido altavoz del Papa Pio XII, tendrá como ayuda en su odisea al idealista sacerdote jesuita Padre Riccardo Fontana (Mathieu Kassovitz), este un rol ficticio (mezcla de otros muchos).
En su denuncia Gavras muestra la dualidad entre los nazis y su hedonismo emparejándolo con el de los jerarcas vaticanos, mostrados en sus palacios decadentes, en comidas copiosas mientras desprecian con gran desdén las cifras del exterminio, muestra el paralelismo entre estos dos poderes, y con ello parece decirnos que este modus vivendi del clero no pretendían ponerlo en peligro por unos judíos y por tanto no católicos (¿?). Y con ello poniendo en el escaparate con fuerza la denuncia la indiferencia que se convierte en connivencia. Aunque al Papa Pio XII lo mantiene muy al fondo de marco, apenas se ve en el film, exhibido en asepsia total, aunque el epítome es su incoloro discurso de navidad oído por Riccardo y Gerstein. Curiosamente conoció a Hitler como nuncio papal en Alemania. Como curiosidad fue este Papa Pio XII en 1938 el que bautizó a nuestro rey Juan Carlos I en la capilla de la Orden de Malta, aunque un año antes de llegar al papado.
Es llamativo como a pesar del tema tratado del genocidio judío, Gavras no acude a secuencias explícitas, supongo que piensa que ya se han visto demasiadas en cine, que el espectador sobre entiende realmente lo que pasó, y toma al mismo de ente adulto y no intenta manipularlo emocionalmente. Lo más que llegamos a ver son fosas ardiendo a lo lejos, sabemos lo que pasa, pero es en la distancia, cual lo ve el protagonista Gerstein, tampoco nos muestra el interior de las cámaras de gas que también ve el teniente. Esto hace que visualmente la película no tenga realmente escenas que perduren en la memoria. Aunque a modo de recordatorio de cómo cada minuto que pasaba eran más y más muertes, Gavras muestra a modo leit-motive/cortinilla entre escenas, el paso de trenes de ganado surcando las vías, ello sabiendo que estos vagones iban cargados de judíos al matadero de los campos de exterminio, cual gota malaya es un aviso que cala.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Se le puede achacar el modo un tanto binario del film, donde hay buenos muy buenos como los dos protagonistas, no cesan en sus rectas convicciones, el resto van entre malos (los que pasan como de la este del tema del genocidio) y los muy malos como los nazis, siendo el epítome el doctor que interpreta el gran Ulrich Muhe (eterno espía de “La vida de los otros”), cínico mandamás de un capo de exterminio.
Hay una sub trama mordaz con el padre (buen Friedrich von Thun) de Kurt Gerstein, siendo este la ‘esponja’ de como el nazismo manipulaba a los ciudadanos cual marionetas con su propaganda triunfalista. Negando la derrota en Stalingrado, o como en el rush final, con todo perdido pregunta el padre por las armas secretas de Hitler.
Ulrich Tukur da muy bien con su complejo rol de ‘buen alemán’, oficial de las SS que debe moverse con el disfraz de buen nazi entre sus cercanos (en esto recordándome al Oskar de “la lista de Schindler”), ofreciendo fiestas para encubrir su verdadero rostro de desprecio a lo que hacen, a la vez que intenta sabotear su trabajo con el Zyklon B, mientras por otro lado expone su verdadera personalidad de querer denunciar el Holocausto, y como se choca contra un m uro de indiferencia. Tipo con principios éticos y patrióticos que colisionan con el salvajismo nazi (me faltaría saber cómo este hombre inteligente se dejó seducir por el nazismo hasta llegar a nada menos que las SS, ese es un lunar). Kurt afirmó en Núremberg haber intentado retrasar los procedimientos e informar a las autoridades del Vaticano; Su compañero de cruzada es el jesuita Padre Riccardo Fontana, un abnegado y sufridor cura que no duda en hacer lo posible y más por hacer que sus superiores denuncien el exterminio. Mathieu Kassovitz con gran sentido dramático, proyecta nobleza, dignidad y orgullo, aunque la decisión final que toma sobre el martirio me resulta muy forzada a la par que facilona para querer impactar al espectador, y esto no me gusta.
Estéticamente la película destaca por el gran diseño de producción de Ari Hantke (“El noveno día”), filmándose en Rumania e Italia, haciendo creíble los palacios (el de Mogosoaia para los exteriores del Vaticano y el palacio del Parlamento en Bucarest para los interiores).
Spoiler:
La historia contrasta al final la muerte ahorcado (no se aclara si suicidio o asesinato) en su celda de Kurt Gerstein, con como el pérfido Doctor nazi es protegido por el Vaticano, al que se le dará un salvoconducto para viajar a Argentina. Siendo este nazi el ejemplo de todos los que el clero ayudó de modo vergonzoso ahuir de la justicia.
"Su informe (el de Kurt Gerstein) contribuyó a convencer a la gente del Holocausto. 20 años después, Gerstein fue reivindicado".
La película se estrenó en el 52° Festival Internacional de Cine de Berlín, donde fue nominada al Oso de Oro. Fue nominada a siete premios César, entre ellos a Mejor Película y Mejor Director, y ganó el premio a Mejor Guión Adaptado (Costa-Gavras y Jean-Claude Grumberg).
Film muy recomendable en su mensaje agit-prop, aunque con algunas taras. Gloria Ucrania!!!
Hay una sub trama mordaz con el padre (buen Friedrich von Thun) de Kurt Gerstein, siendo este la ‘esponja’ de como el nazismo manipulaba a los ciudadanos cual marionetas con su propaganda triunfalista. Negando la derrota en Stalingrado, o como en el rush final, con todo perdido pregunta el padre por las armas secretas de Hitler.
Ulrich Tukur da muy bien con su complejo rol de ‘buen alemán’, oficial de las SS que debe moverse con el disfraz de buen nazi entre sus cercanos (en esto recordándome al Oskar de “la lista de Schindler”), ofreciendo fiestas para encubrir su verdadero rostro de desprecio a lo que hacen, a la vez que intenta sabotear su trabajo con el Zyklon B, mientras por otro lado expone su verdadera personalidad de querer denunciar el Holocausto, y como se choca contra un m uro de indiferencia. Tipo con principios éticos y patrióticos que colisionan con el salvajismo nazi (me faltaría saber cómo este hombre inteligente se dejó seducir por el nazismo hasta llegar a nada menos que las SS, ese es un lunar). Kurt afirmó en Núremberg haber intentado retrasar los procedimientos e informar a las autoridades del Vaticano; Su compañero de cruzada es el jesuita Padre Riccardo Fontana, un abnegado y sufridor cura que no duda en hacer lo posible y más por hacer que sus superiores denuncien el exterminio. Mathieu Kassovitz con gran sentido dramático, proyecta nobleza, dignidad y orgullo, aunque la decisión final que toma sobre el martirio me resulta muy forzada a la par que facilona para querer impactar al espectador, y esto no me gusta.
Estéticamente la película destaca por el gran diseño de producción de Ari Hantke (“El noveno día”), filmándose en Rumania e Italia, haciendo creíble los palacios (el de Mogosoaia para los exteriores del Vaticano y el palacio del Parlamento en Bucarest para los interiores).
Spoiler:
La historia contrasta al final la muerte ahorcado (no se aclara si suicidio o asesinato) en su celda de Kurt Gerstein, con como el pérfido Doctor nazi es protegido por el Vaticano, al que se le dará un salvoconducto para viajar a Argentina. Siendo este nazi el ejemplo de todos los que el clero ayudó de modo vergonzoso ahuir de la justicia.
"Su informe (el de Kurt Gerstein) contribuyó a convencer a la gente del Holocausto. 20 años después, Gerstein fue reivindicado".
La película se estrenó en el 52° Festival Internacional de Cine de Berlín, donde fue nominada al Oso de Oro. Fue nominada a siete premios César, entre ellos a Mejor Película y Mejor Director, y ganó el premio a Mejor Guión Adaptado (Costa-Gavras y Jean-Claude Grumberg).
Film muy recomendable en su mensaje agit-prop, aunque con algunas taras. Gloria Ucrania!!!