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Voto de TOM REGAN:
7

Voto de TOM REGAN:
7
2017 

7,4
5.179
Animación. Drama
Parvana es una chica de once años que vive en la capital de Afganistán, Kabul, durante el periodo de dominio de los talibanes. Al ser su padre detenido, los miembros de la familia se quedan sin recursos y, debido a que las mujeres tienen prohibido ganar dinero, deciden transformar a Parvana en un chico para poder trabajar. (FILMAFFINITY)
4 de junio de 2019
4 de junio de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
89/19(29/05/19) Emocionante drama en modo animación, narra con gran sentido conmovedor, sin caer en maniqueísmos el sufrimiento en el que se vive bajo un régimen opresor, sobre todo para la mujer como es el régimen talibán afgano pre 11-S. Historia basada libremente en la novela más vendida de Deborah Ellis, novela para adultos, sobre una niña de 11 años que debe hacerse cargo de su familia y cuidar de ella después de que los talibanes allanen su casa y arresten a su padre (de ahí el título). Aunque la heroína es una niña, y el libro fue escrito para lectores jóvenes, no es un film para infantil, se enfrenta directamente a la misoginia y al chovinismo del Afganistán contemporáneo, al tiempo que sugiere poderosamente que contar historias es tanto un medio de afrontamiento como una solución para el cambio. Twomey es una animadora, directora, guionista, productora y actriz de voz irlandesa. También es socia fundadora de Cartoon Saloon, un estudio de animación irlandés con sede en Kilkenny que realizó la animación para The Breadwinner. El estudio con sede en Irlanda también fue responsable de producir los nominados al Oscar "The Secret of Kells" y "Song of the Sea", y aunque Twomey trabajó en ambas películas, "The Breadwinner" marca su debut como director en solitario, empleando un estilo gráfico similar ("hand-drawn" a través de un programa llamado TVPaint), aumentado por coloridos interludios entre historias dentro de la historia diseñados para Parecer el stop-motion. En junio de 1985, National Geographic publicó un retrato de una niña afgana en su portada, con sus desafiantes ojos verdes mirando hacia afuera, como si desafiara a los lectores a medio mundo de distancia para imaginar las dificultades que ha enfrentado, está joven inspira visualmente a nuestra heroína Parvana, en lo que es un grito en favor de los derechos de las mujeres, en favor de la libertad individual, en favor de la imaginación como válvula de escape, en favor de la cultura, en favor del empoderamiento femenino, en favor de la sororidad, en contra del machismo, en contra de la misoginia, en contra de las tiranías, en contra de las guerras, en contra del fundamentalismo religioso. Relato que entronca con otras cintas con temática parecida, por ejemplo “Persépolis” (2007), enmarcada en el régimen de la Irán del Ayatollah Jomeini, o a “Wadjda” (2012), enmarcada en el opresor régimen de Arabia Saudí, pero sobre todo tiene mucho de “Osama” (2003), enmarcada durante el régimen yihadista afgano, donde una niña se viste de chico para poder moverse libremente. Todas estas películas (en acción real) referidas son protagonizadas por féminas, reflejando como los regímenes radicales islamistas someten y humillan a las mujeres. Una cinta que tras su bello acabado visual se halla una historia de supervivencia costumbrista de las que te atraparán por el carisma de su protagonista. Recibió una nominación a Mejor película animada en los Oscar (perdió ante la “”Coco” de Pixar).
Su nombre es Parvana (expresada con fuerza y convicción por la recién llegada SaaraChaudry), y se le permite visitar la plaza del mercado de Kabul solo si está acompañada por su padre (AliBadshah), un profesor local de una sola pierna cuya reverencia por los libros molesta a los jóvenes militantes, incluido un ex alumno especialmente malvado, apenas más que un niño, que desde entonces ha tomado el control de la región. Al comienzo de la película, mientras la familia comparte un momento de tranquilidad en casa, un grupo de matones talibanes irrumpen y arrastran al padre de Parvana, dejando a los demás (madre enferma, hermana mayor, hermanito) sin medios para mantenerse.
La cinta arranca con un padre y su hijita intentado vender cosas en la calle, él le habla a ella de histrorias del A través de la joven Parvana asistimos a una odisea cotidiana, como el quedarse sin figura masculina en el hogar hace que ella deba hacerse cargo de los quehaceres mundanos en el exterior del hogar, por mor de la represión misógina de las autoridades talibanas, el simple hecho de ir a coger agua de un pozo se convierte en una peligrosa aventura. Para la intrépida niña el estar fuera del hogar supone un riesgo constante, pero su valentía e inteligencia la hacen moverse por la ciudad buscando sustento, y en el exterior, en medio de la cerrazón de las leyes de la Sharia, encuentra amparo en dos personajes con los que termina empatizando. Una es otra niña que le da la idea, una compañera de clase, Shauzia (v.o. Soma Chhaya), para cortarse el cabello y hacerse pasar por chico y de este modo moverse con libertad por las calles, con la que Parvana mantiene una enternecedora relación de amistad, las dos pasan por lo mismo, buscan trabajo, comparten confidencias de ilusiones; También haya refugio emocional con la relación con un tipo lacónico analfabeto, uno de sus clientes en su labor de leer cartas, Razaq (v.o. Kawa Ada), comparten momentos de silencios que calan por su potencia dramática en que sabemos que piensan, los dos unidos por la pérdida.
Hay otra vertiente de subtrama en querer darnos un halo de esperanza en el poder liberador de los cuentos, en el poder infinito de la imaginación para transportarnos y proyectarnos hacia un mundo idealizado. Esto reflejado en el cuento (influenciada por el carácter de bardo de su padre Baba) que Parvana cuenta a Zaki (su hermanito pequeño con v.o. Lily Erlinghauser), quedando como una historia dentro de la película, un relato que trata sobre un niño que intenta traer de vuelta las semillas para la cosecha del año siguiente pero tendrá que enfrentarse al malvado Rey Elefante, historia de valentía que es claramente una alegoría del hermano mayor fallecido de Parvana, pero a la vez se puede ver como el alter ego de la narradora, decidida, segura de sí misma, valerosa, y a la vez embestida de inocencia infantil, en clara contraposición su imaginación a la opresión física y mental que intenta imponer el régimen fundamentalista... (sigo en spoiler)
Su nombre es Parvana (expresada con fuerza y convicción por la recién llegada SaaraChaudry), y se le permite visitar la plaza del mercado de Kabul solo si está acompañada por su padre (AliBadshah), un profesor local de una sola pierna cuya reverencia por los libros molesta a los jóvenes militantes, incluido un ex alumno especialmente malvado, apenas más que un niño, que desde entonces ha tomado el control de la región. Al comienzo de la película, mientras la familia comparte un momento de tranquilidad en casa, un grupo de matones talibanes irrumpen y arrastran al padre de Parvana, dejando a los demás (madre enferma, hermana mayor, hermanito) sin medios para mantenerse.
La cinta arranca con un padre y su hijita intentado vender cosas en la calle, él le habla a ella de histrorias del A través de la joven Parvana asistimos a una odisea cotidiana, como el quedarse sin figura masculina en el hogar hace que ella deba hacerse cargo de los quehaceres mundanos en el exterior del hogar, por mor de la represión misógina de las autoridades talibanas, el simple hecho de ir a coger agua de un pozo se convierte en una peligrosa aventura. Para la intrépida niña el estar fuera del hogar supone un riesgo constante, pero su valentía e inteligencia la hacen moverse por la ciudad buscando sustento, y en el exterior, en medio de la cerrazón de las leyes de la Sharia, encuentra amparo en dos personajes con los que termina empatizando. Una es otra niña que le da la idea, una compañera de clase, Shauzia (v.o. Soma Chhaya), para cortarse el cabello y hacerse pasar por chico y de este modo moverse con libertad por las calles, con la que Parvana mantiene una enternecedora relación de amistad, las dos pasan por lo mismo, buscan trabajo, comparten confidencias de ilusiones; También haya refugio emocional con la relación con un tipo lacónico analfabeto, uno de sus clientes en su labor de leer cartas, Razaq (v.o. Kawa Ada), comparten momentos de silencios que calan por su potencia dramática en que sabemos que piensan, los dos unidos por la pérdida.
Hay otra vertiente de subtrama en querer darnos un halo de esperanza en el poder liberador de los cuentos, en el poder infinito de la imaginación para transportarnos y proyectarnos hacia un mundo idealizado. Esto reflejado en el cuento (influenciada por el carácter de bardo de su padre Baba) que Parvana cuenta a Zaki (su hermanito pequeño con v.o. Lily Erlinghauser), quedando como una historia dentro de la película, un relato que trata sobre un niño que intenta traer de vuelta las semillas para la cosecha del año siguiente pero tendrá que enfrentarse al malvado Rey Elefante, historia de valentía que es claramente una alegoría del hermano mayor fallecido de Parvana, pero a la vez se puede ver como el alter ego de la narradora, decidida, segura de sí misma, valerosa, y a la vez embestida de inocencia infantil, en clara contraposición su imaginación a la opresión física y mental que intenta imponer el régimen fundamentalista... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
... Para esta sub-historia se da un estilo diferente de animación al de la realidad de Parvana, especie de recortes de personajes, moviéndose de modo mecánico, con fondos infantilizados en sus delineaciones. Esta narración, aunque loable en su intento de dar respiro a la cruda realidad, visualmente sugerente, pero resulta que rompe el ritmo, te saca del dramatismo de la historia, orgánicamente crujen con el metraje, son un parón para la fluidez narrativa, y termina por ser un parche que Parvana visualiza sin ton ni son.
Twomey muestra la brutal realidad con sentido estético atractivo, por ejemplo, cuando pegan a la madre de Parvana cuando intenta ir a ver a su marido a prisión, esto es expuesto fuera de campo a través de la expresión de Parvana, lo cual da un sentido estremecedor diferente a lo que ocurre. Ello en un universo donde la violencia contra la mujer está siempre latente, donde la nobleza y la solidaridad son oasis de esperanza (la amiga y el tipo analfabeto), se respira su miedo, ello como epítome de la tiranía de los cerriles talibanes, mostrando un mundo tenebroso, donde la familia de Parvana se erige en reflejo de la sororidad, ejemplo de empoderamiento femenino, no solo la heroína Parvana luchando por recuperar a su padre, sino también la madre de ella, sufriente mater, que termina poniendo su vida como escudo de la crueldad machista que ve a las mujeres como esclavas. También hay lugar para mostrar los horrores del Jinete de la Guerra, ello de modo sutil pero impactante con ese desierto plagado de tanques abandonados, o la espectral aparición de aviones de combate en el cielo.
La animación es la que nos tiene acostumbrados la compañía Cartoon Saloon, de trazo simple en los personajes, idealizados en su fisonomía, con los niños con ojos expresivamente enormes, la protagonista como ya he mencionado, está claramente inspirada en la famosa portada de 1985 de National Geographic de la niña afgana de ojos verdes (Sharbat Gula de 12 años entonces, de la etnia pashtún quien, debido a la Guerra de Afganistán, se vio obligada a huir de Afganistán rumbo a Pakistán hacia un campo de refugiados donde fue fotografiada por Steve McCurry), y los adultos afganos son cuasi-moles enfocados en contrapicados (visión de un niño) para hacerlos más grandes y temibles, los fondos son diáffanos y a la vez tristes en su ascetismo, haciendo que lo que prime sea la historia humana. La preciosa música es compuesta por los hermanos Mychael (“La vida de Pi”), y Jeff Danna (“El viaje de Arlo”), en una miscelánea conmovedora con las imágenes, asistidos por un coro de niñas jóvenes cuya participación se organizó a través del Instituto Nacional de Música de Afganistán.
Spoiler:
Es de agradecer su final abierto, nada acomodaticio (como al parecer si es el de la novela), donde se da un halo de esperanza, pero sin acabar de sin caer en la sensiblería, es tratar al espectador como inteligente y no tener que dárselo todo masticado, no hay finales felices, todo son etapas continuas en la vida. Me ha gustado mucho, se te queda aún más que la conclusión facilona edulcorada.
Me queda un film muy recomendable, que tras su escaparate de animación para niños esconde una mirada incisiva sobre la opresión a colectivos débiles, en este caso la mujer, asfixiada en muchos lugares del mundo. Aunque quizás se le puede achacar cierta falta de matices con los radicales, todos parecen cortados por el mismo patrón de villanos planos. Pero esto no emborrona el buen resultado final emocionante. Fuerza y honor!!!
Twomey muestra la brutal realidad con sentido estético atractivo, por ejemplo, cuando pegan a la madre de Parvana cuando intenta ir a ver a su marido a prisión, esto es expuesto fuera de campo a través de la expresión de Parvana, lo cual da un sentido estremecedor diferente a lo que ocurre. Ello en un universo donde la violencia contra la mujer está siempre latente, donde la nobleza y la solidaridad son oasis de esperanza (la amiga y el tipo analfabeto), se respira su miedo, ello como epítome de la tiranía de los cerriles talibanes, mostrando un mundo tenebroso, donde la familia de Parvana se erige en reflejo de la sororidad, ejemplo de empoderamiento femenino, no solo la heroína Parvana luchando por recuperar a su padre, sino también la madre de ella, sufriente mater, que termina poniendo su vida como escudo de la crueldad machista que ve a las mujeres como esclavas. También hay lugar para mostrar los horrores del Jinete de la Guerra, ello de modo sutil pero impactante con ese desierto plagado de tanques abandonados, o la espectral aparición de aviones de combate en el cielo.
La animación es la que nos tiene acostumbrados la compañía Cartoon Saloon, de trazo simple en los personajes, idealizados en su fisonomía, con los niños con ojos expresivamente enormes, la protagonista como ya he mencionado, está claramente inspirada en la famosa portada de 1985 de National Geographic de la niña afgana de ojos verdes (Sharbat Gula de 12 años entonces, de la etnia pashtún quien, debido a la Guerra de Afganistán, se vio obligada a huir de Afganistán rumbo a Pakistán hacia un campo de refugiados donde fue fotografiada por Steve McCurry), y los adultos afganos son cuasi-moles enfocados en contrapicados (visión de un niño) para hacerlos más grandes y temibles, los fondos son diáffanos y a la vez tristes en su ascetismo, haciendo que lo que prime sea la historia humana. La preciosa música es compuesta por los hermanos Mychael (“La vida de Pi”), y Jeff Danna (“El viaje de Arlo”), en una miscelánea conmovedora con las imágenes, asistidos por un coro de niñas jóvenes cuya participación se organizó a través del Instituto Nacional de Música de Afganistán.
Spoiler:
Es de agradecer su final abierto, nada acomodaticio (como al parecer si es el de la novela), donde se da un halo de esperanza, pero sin acabar de sin caer en la sensiblería, es tratar al espectador como inteligente y no tener que dárselo todo masticado, no hay finales felices, todo son etapas continuas en la vida. Me ha gustado mucho, se te queda aún más que la conclusión facilona edulcorada.
Me queda un film muy recomendable, que tras su escaparate de animación para niños esconde una mirada incisiva sobre la opresión a colectivos débiles, en este caso la mujer, asfixiada en muchos lugares del mundo. Aunque quizás se le puede achacar cierta falta de matices con los radicales, todos parecen cortados por el mismo patrón de villanos planos. Pero esto no emborrona el buen resultado final emocionante. Fuerza y honor!!!