Aficionado al mundo del ferrocarril y las películas de animación por ordenador no pude sentir una gran decepción cuando vi la película en mi ciudad.

El derroche de horas de computación que anunciaba la productora resultó lamentable en la versión para cine convencional: los personajes tenían una mirada fría, no se miraban a los ojos, incluso parecía que estaban en otro plano... vamos algo digno de olvidar.

Sin embargo unas Navidades pasé por el Imax de Barcelona y la vi en cartel. Le di una segunda oportunidad a la película y allí fui testigo de una de las películas más impresionantes del género... aunque la grandeza de los escenarios todavía adolecía de cierta falta de detalle en los render.

Sin embargo esa sí fue una sesión inolvidable de cine, de paseo por el puerto y de noche de invierno.

Ojalá hagan más películas para el sistema Imax 3D y podamos disfrutar de momentos de inmersión en otros mundos.