La historia del manga Berserk, creada por Kentaro Miura, posee un trasfondo filosófico verdaderamente interesante, el cual aborda con crudeza la violencia física, psíquica y sexual. Construye un mundo brutal y descorazonador, donde existe un dios de la causalidad que se nutre de las emociones e instintos más bajos del ser humano, cuya voluntad es llevada a cabo a través de criaturas que bien podrían haber sido inspiradas por el terror lovecraftiano, llamadas la mano de dios.

Lo dicho anteriormente es apenas esbozado en la serie, ya que ésta se centra en un arco preliminar llamado “La edad de oro” donde es presentado el protagonista de esta historia, Guts, su antagonista/amigo Griffith y su interés romántico, Casca.
Además del resto de personajes secundarios que componen la Banda del Halcón, un grupo de mercenarios de fortuna liderados por el mencionado Griffith, los cuales le apoyan en su sueño de llegar a ser un día rey de su propio reino.

Sin entrar a desgranar el argumento, como arco introductorio se puede perdonar que la que tome su tiempo para presentar a los personajes, desarrollando para ello pequeñas historias situacionales que, aunque apenas hacen avanzar el argumento, muestran el carácter de los mismos y ayudan al espectador a entenderlos mejor.

Ahora bien, esta serie de 25 capítulos se alarga demasiado en esta etapa. Hay mucha trama insustancial y reiterativa, y cuando realmente se pone interesante la historia, finaliza de forma abrupta y anticlimática. Ignoro si esto se debe a que contaban con una temporada de continuación que nunca llegó a ocurrir.

El caso es que deja apenas explorada toda la brutalidad del universo de Berserk, y la épica de la supervivencia encarnada en su protagonista Guts. Apenas se esboza ese mundo fatalista y oscuro poblado por monstruos nacidos de los peores instintos humanos creado por Miura.

A nivel técnico la serie es correcta, traslada gráficamente los personajes del manga a la pantalla, aunque la animación resulta tosca por momentos y se abusan de los planos estáticos. Esto podría entenderse quizá en una serie de los 80, pero siendo contemporánea de otras como Cowboy Bebop o Evangelion, la verdad es que Berserk no es precisamente una obra puntera en este sentido.

Lo que sí sobresale son los temas musicales creados por Susumu Hirasawa, los cuales crean con una atmósfera de misticismo, sobresaliendo los temas del Behelit y el de Guts, captando este último la esencia del protagonista a la perfección.

En definitiva, una serie estimable y una mejor excusa para leer del manga, que dicho sea de paso es sensiblemente superior en todo.