La película se basa en la gran crisis que azotó una ciudad británica (Sheffield) tras el cierre de varias fábricas en las que trabajaban prácticamente todos los hombres de la ciudad. Han llegado los 90 y han cerrado todas las fábricas. Ahora todo son descampados, desempleo, miseria, familias divididas..

Nuestro protagonista está divorciado y tiene un hijo. Su mujer se ha ido con otro (más rico) y su hijo está en la duda constante de que quiere a su padre pero por otro lado no le ve como a alguien de quien sentirse orgulloso. Un padre desesperado que tiene una idea: Hacer un espectáculo de streptease masculino con sus amigos y con algunos más que seleccionarán en un casting. La idea: Hacer de reír y dar morbo, por lo peculiares que son los cuerpos de cada uno de ellos.

Brillante película, geniales interpretaciones (sobre todo Robert Carlyle y Tom Wilkinson), y sorpresas más que divertidas y agradables. Se sale de esta película con la idea de que la vida no es tan mala como parece y de que con sentido del humor todo se puede.

La banda sonora es deliciosa y acompaña brillantemente las mejores escenas.

Imprescindible.