Interesante película, que parte del drama para desembocar en el thriller. Reflexión sobre el proceso creativo, la soledad y la necesidad del individuo de relacionarse con sus semejantes para sobrevivir. La película de Martín Cuenca nos invita, a través de su personaje principal, a un viaje emocional salpicado de ironía. Y del mismo modo que Álvaro evoluciona hasta convertirse en un manipulador sin escrúpulos para conseguir su objetivo, el espectador asiste atónito al viraje de una historia que lleva impresa la marca de un final fatal.

“El autor” juega en la liga de las películas de pocos pero potentes personajes. Todos tienen su peso específico en la trama, desde el principal a los secundarios, y desde ellos se teje una historia de mentiras y engaños que a la vez funciona como retrato de una comunidad hermética y deshumanizada. Un catálogo de todo tipo de crisis, tanto creativas, como de pareja o laborales, que asusta por lo que tiene de cotidiano y que muestra, al fin y al cabo, hasta qué punto el ser humano es vulnerable a los designios de una sociedad enferma.

Lo mejor: los pequeños duelos entre Gutiérrez y De la Torre.

Lo peor: un desenlace facilón y postizo.