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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8

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8
6,7
159
13 de abril de 2025
13 de abril de 2025
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Como era su primogénito, el sheriff Daniel Halliday, quiso que su hijo llevara su nombre y mucho anhelaba que siguiera sus pasos como hombre de ley, pero, cuando se hizo hombre, Daniel no quiso seguir la profesión de su padre porque, aunque veía en él ciertos valores, comenzó a darse cuenta del marcado racismo, el autoritarismo, y el rancio orgullo que guiaba sus actuaciones. Como decía, Sófocles, en su inmortal obra, “Edipo Rey”: “El orgullo engendra al tirano, se hincha vanamente y se eleva a la más alta cumbre para despeñarse en fatal precipicio”.
La historia de, <<ODIO CONTRA ODIO>>, comienza cuando, Clay, el hermano menor de Daniel y actual sheriff del pueblo, lo persuade para que vaya a ver a su padre, Big Dan, quien es ya un viejo retirado y enfermo, ansiando verlo antes de morir. En la entrada de la hacienda, todavía permanece el hacha Tomahawk que su padre clavara en el tronco seco de un árbol cortado, como símbolo de haber contribuido a la “paz con los indios”, 30 años atrás. Cuando llega a la puerta de su cuarto en compañía de su querida hermana Martha, Daniel se detiene cuando ella le dice que su padre quiere perdonarle para que todo vuelva a ser como antes… y entonces comienza un largo flashback donde recordará los hechos que, seis meses atrás, desataron el rompimiento familiar.
El guion escrito por, George W. George y George F. Slavin, está finamente estructurado como un western dramático que contiene un preciso alegato contra ciertos errados criterios de justicia que todavía se preservan en la sociedad estadounidense. Revela también la vacuidad de la prepotencia… y como el color de la piel (la raza) no es lo que determina el valor de las personas.
Daniel, se encargará de demostrar que la familia es una convención social, porque si no hay acuerdo sobre los valores fundamentales que deben guiarnos, no puede preservarse dicho lazo… al menos no con solidez… y paso a paso, se va bordando un drama que demuestra lo resquebrajado que ha estado -y sigue estando- el “país de la libertad”.
Estaremos frente a un puñado de valiosos personajes: Además de Daniel y Martha, conoceremos a Jívaro Burris, el joven mestizo que anhela formar un hogar digno con la hija del sheriff. Aleta (Alita) su hermana, la mujer de carácter que llevará todo el peso de su familia, mientras se debate entre Daniel y Clay, éste con un gran respeto por su padre, pero, sintiendo que en, Daniel, hay muy valiosos principios.
El director, Joseph H. Lewis, se abona con, <<ODIO CONTRA ODIO>>, un western de grandes méritos en sus diferentes niveles de composición, al cual seguramente se le opuso bastante resistencia. Primero, porque tuvo la lucidez de contratar a un hombre de ideas liberales como, Joseph Cotten, y a una actriz de filiación zurda como Betsy Blair, para que dieran vida a los opositores a ese padre conservador y clasista, rol para el que, intencionalmente, eligió a, Ward Bond, uno de los mayores colaboracionistas de la HUAC (Comité de Actividades Antiestadounidenses) durante la Era Macartista. En segundo lugar, porque el filme desvela esas manchas que el cine tanto pretendía ocultar sobre el cacareado, “Sueño americano”, que muchos creyeron que se refería a “el país ideal”, cuando en realidad apuntaba a la ilusión y al autoengaño (estar dormido) que siempre han vivido los herederos del tío Sam y todos los migrantes que marcharon en su busca.
Los diálogos son bastante cuidados y matizados… y para el recuerdo, les dejo este proverbio indio que cita Aleta, sobre el que es bueno reflexionar:
“Un hombre debe apartarse de la sombra de su padre para encontrar la luz”.
La historia de, <<ODIO CONTRA ODIO>>, comienza cuando, Clay, el hermano menor de Daniel y actual sheriff del pueblo, lo persuade para que vaya a ver a su padre, Big Dan, quien es ya un viejo retirado y enfermo, ansiando verlo antes de morir. En la entrada de la hacienda, todavía permanece el hacha Tomahawk que su padre clavara en el tronco seco de un árbol cortado, como símbolo de haber contribuido a la “paz con los indios”, 30 años atrás. Cuando llega a la puerta de su cuarto en compañía de su querida hermana Martha, Daniel se detiene cuando ella le dice que su padre quiere perdonarle para que todo vuelva a ser como antes… y entonces comienza un largo flashback donde recordará los hechos que, seis meses atrás, desataron el rompimiento familiar.
El guion escrito por, George W. George y George F. Slavin, está finamente estructurado como un western dramático que contiene un preciso alegato contra ciertos errados criterios de justicia que todavía se preservan en la sociedad estadounidense. Revela también la vacuidad de la prepotencia… y como el color de la piel (la raza) no es lo que determina el valor de las personas.
Daniel, se encargará de demostrar que la familia es una convención social, porque si no hay acuerdo sobre los valores fundamentales que deben guiarnos, no puede preservarse dicho lazo… al menos no con solidez… y paso a paso, se va bordando un drama que demuestra lo resquebrajado que ha estado -y sigue estando- el “país de la libertad”.
Estaremos frente a un puñado de valiosos personajes: Además de Daniel y Martha, conoceremos a Jívaro Burris, el joven mestizo que anhela formar un hogar digno con la hija del sheriff. Aleta (Alita) su hermana, la mujer de carácter que llevará todo el peso de su familia, mientras se debate entre Daniel y Clay, éste con un gran respeto por su padre, pero, sintiendo que en, Daniel, hay muy valiosos principios.
El director, Joseph H. Lewis, se abona con, <<ODIO CONTRA ODIO>>, un western de grandes méritos en sus diferentes niveles de composición, al cual seguramente se le opuso bastante resistencia. Primero, porque tuvo la lucidez de contratar a un hombre de ideas liberales como, Joseph Cotten, y a una actriz de filiación zurda como Betsy Blair, para que dieran vida a los opositores a ese padre conservador y clasista, rol para el que, intencionalmente, eligió a, Ward Bond, uno de los mayores colaboracionistas de la HUAC (Comité de Actividades Antiestadounidenses) durante la Era Macartista. En segundo lugar, porque el filme desvela esas manchas que el cine tanto pretendía ocultar sobre el cacareado, “Sueño americano”, que muchos creyeron que se refería a “el país ideal”, cuando en realidad apuntaba a la ilusión y al autoengaño (estar dormido) que siempre han vivido los herederos del tío Sam y todos los migrantes que marcharon en su busca.
Los diálogos son bastante cuidados y matizados… y para el recuerdo, les dejo este proverbio indio que cita Aleta, sobre el que es bueno reflexionar:
“Un hombre debe apartarse de la sombra de su padre para encontrar la luz”.