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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7

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7
6,0
439
Thriller. Cine negro. Terror
Una mujer perturbada es internada en un manicomio privado por el hombre al que vio cometer un asesinato. (FILMAFFINITY)
5 de diciembre de 2023
5 de diciembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sólo quedará en el registro Akásico del universo, porque la historia humana nunca podrá dar cuenta de cuántos hombres una vez mataron sin querer… y luego, por temor a una “justicia” que de justicia poco tiene, volvieron a matar a quien los indujo o a quien saben que podría delatarlos o…
El miedo es un modo de defensa y cada día logra que muchos se abstengan de llevar a cabo acciones que van en contra de la ley; pero, en mayor número de ocasiones, éste mismo miedo es el que, irracionalmente lleva a cometer toda suerte de desafueros y atrocidades, que han lesionado y acabado con incontables vidas humanas… incluida, muchas veces, las de los propios victimarios.
<<EL SUSTO>>, es una valiosa película que se abona sobre esta clase de problemática. Se trata de un hombre con prestigio en su profesión -la psiquiatría-, pero, se ha enamorado de una de sus enfermeras; y cuando estando en un hotel riñe con su esposa sobre ese hecho, un momento de ira lo lleva a golpearla con un candelabro y el impacto la deja muerta… pero será aquí cuando el médico descubra con quien se enredó (¡benditas las crisis para saber a ciencia cierta quién es quién!) y entonces se verá si se deja influir o buscará enmendar el trágico accidente.
Contando con un bien trazado guion de Eugene Ling, partiendo de una historia de Albert DeMond, el director encargado, Alfred L. Werker, logra un thriller con bastante pega, pues, desde el mismo instante en que, psiquiatra y paciente, saben frente a quien está cada uno, un ambiente de film noir muy efectivo envuelve la trama… y los hechos que devienen nos mantendrán atados al sillón.
Vincent Price (el Dr. Richard Cross), tiene aquí el que, quizás, fue el primer rol que luego lo especializaría en interpretar a médicos y científicos ‘con la cabeza al revés’, y huelga decir que su interpretación es impactante, pues, Werker, logra que su conflicto emocional vaya evolucionando hasta ese punto donde cualquier cosa puede suceder. El papel que juegan en este proceso, la paciente, Janet Stewart; el oficial de policía; y muy especialmente, su novia Elaine Jordan, está muy bien definido; y el profesionalismo -y la cordura- del psiquiatra será muy seriamente puesto a prueba.
Extrañamente, uno de los llamados críticos profesionales –todo el que escribe en un periódico dizque es un profesional y más cuando ese periódico es el New York Times- se manifestó expresamente ofendido porque -según él- la película ‘fomentaba la aprensión contra una profesión tan digna como la psiquiatría’. Entonces, en ese orden de ideas ¡toda película que muestre haciendo actos incorrectos a un individuo con cualquier otra labor (abogado, político, empresario…) también fomenta la aprensión contra esa suerte de profesionales. ¡Qué tal ésto!
Nada raro que el comentario de este “genio” haya motivado otras repulsas y el filme haya sido afectado en sus resultados, pues, en taquilla se registraron apenas 350.000 dólares… pero nada de qué preocuparse, pues, en 1951, por ejemplo, una obra maestra como, “Strangers on a Train” (Alfred Hitchcock) que costó cerca de 1.200.000 dólares, solo recaudó ¡30 mil dólares en todo el mundo!
Cierro con una curiosa anécdota que, si lo desean, pueden relacionarla con la trama de la película: Hablando informalmente durante un descanso de rodaje, la actriz Lynn Bari (Elaine) comentó a Anabel Shaw (Janet) su antagonista, que ella era descendiente, por vía materna, de, Alexander Hamilton el Secretario de Estado de George Washington. Anabel se sorprendió y contó, por su parte, que ella era descendiente del vicepresidente Aaron Burr, el hombre que venció a Hamilton en el histórico duelo de 1804.
Título para Latinoamérica: LA MUERTE VISTE DE BLANCO
El miedo es un modo de defensa y cada día logra que muchos se abstengan de llevar a cabo acciones que van en contra de la ley; pero, en mayor número de ocasiones, éste mismo miedo es el que, irracionalmente lleva a cometer toda suerte de desafueros y atrocidades, que han lesionado y acabado con incontables vidas humanas… incluida, muchas veces, las de los propios victimarios.
<<EL SUSTO>>, es una valiosa película que se abona sobre esta clase de problemática. Se trata de un hombre con prestigio en su profesión -la psiquiatría-, pero, se ha enamorado de una de sus enfermeras; y cuando estando en un hotel riñe con su esposa sobre ese hecho, un momento de ira lo lleva a golpearla con un candelabro y el impacto la deja muerta… pero será aquí cuando el médico descubra con quien se enredó (¡benditas las crisis para saber a ciencia cierta quién es quién!) y entonces se verá si se deja influir o buscará enmendar el trágico accidente.
Contando con un bien trazado guion de Eugene Ling, partiendo de una historia de Albert DeMond, el director encargado, Alfred L. Werker, logra un thriller con bastante pega, pues, desde el mismo instante en que, psiquiatra y paciente, saben frente a quien está cada uno, un ambiente de film noir muy efectivo envuelve la trama… y los hechos que devienen nos mantendrán atados al sillón.
Vincent Price (el Dr. Richard Cross), tiene aquí el que, quizás, fue el primer rol que luego lo especializaría en interpretar a médicos y científicos ‘con la cabeza al revés’, y huelga decir que su interpretación es impactante, pues, Werker, logra que su conflicto emocional vaya evolucionando hasta ese punto donde cualquier cosa puede suceder. El papel que juegan en este proceso, la paciente, Janet Stewart; el oficial de policía; y muy especialmente, su novia Elaine Jordan, está muy bien definido; y el profesionalismo -y la cordura- del psiquiatra será muy seriamente puesto a prueba.
Extrañamente, uno de los llamados críticos profesionales –todo el que escribe en un periódico dizque es un profesional y más cuando ese periódico es el New York Times- se manifestó expresamente ofendido porque -según él- la película ‘fomentaba la aprensión contra una profesión tan digna como la psiquiatría’. Entonces, en ese orden de ideas ¡toda película que muestre haciendo actos incorrectos a un individuo con cualquier otra labor (abogado, político, empresario…) también fomenta la aprensión contra esa suerte de profesionales. ¡Qué tal ésto!
Nada raro que el comentario de este “genio” haya motivado otras repulsas y el filme haya sido afectado en sus resultados, pues, en taquilla se registraron apenas 350.000 dólares… pero nada de qué preocuparse, pues, en 1951, por ejemplo, una obra maestra como, “Strangers on a Train” (Alfred Hitchcock) que costó cerca de 1.200.000 dólares, solo recaudó ¡30 mil dólares en todo el mundo!
Cierro con una curiosa anécdota que, si lo desean, pueden relacionarla con la trama de la película: Hablando informalmente durante un descanso de rodaje, la actriz Lynn Bari (Elaine) comentó a Anabel Shaw (Janet) su antagonista, que ella era descendiente, por vía materna, de, Alexander Hamilton el Secretario de Estado de George Washington. Anabel se sorprendió y contó, por su parte, que ella era descendiente del vicepresidente Aaron Burr, el hombre que venció a Hamilton en el histórico duelo de 1804.
Título para Latinoamérica: LA MUERTE VISTE DE BLANCO