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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9

Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
2010 

7,3
49.089
Animación. Fantástico. Aventuras. Infantil
Ambientada en el mítico mundo de los rudos vikingos y los dragones salvajes, y basada en el libro infantil de Cressida Cowell, esta comedia de acción narra la historia de Hipo, un vikingo adolescente que no encaja exactamente en la antiquísima reputación de su tribu como cazadores de dragones. El mundo de Hipo se trastoca al encontrar a un dragón que le desafía a él y a sus compañeros vikingos, a ver el mundo desde un punto de vista totalmente diferente. [+]
7 de septiembre de 2022
7 de septiembre de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un paradigma es un modelo o patrón de conducta que suele seguirse como regla general. En toda sociedad, hay una serie de paradigmas que nadie cuestiona, pero que ¡deberían ser seriamente cuestionados!, porque, con frecuencia, son impuestos por ignorancia… o por aquellos que detentan el poder y teniendo alta capacidad de influir en la gente del común, actúan con intereses monetarios, políticos, o cualquier otro propósito- de forma inescrupulosa. Doy ejemplos: “Si estás enfermo, tienes que ir al médico y tomarte las medicinas que te recete”. “Solo un sacerdote tiene la potestad de perdonar los pecados”, “Todo aquel que sea negro, gitano, indígena o…. es malo: evítalo o atácalo”, “La solución para los animales dañinos es matarlos”…
Con ideas profundamente cuestionables como éstas, las sociedades viven en el atraso, la gente es terriblemente manipulada, y la posibilidad de ser libres y mentalmente sanos, se aleja cada día más. En este sentido, es que encuentro valiosa ésta película que demuestra cómo toda una sociedad puede equivocarse cuando asume como verdad absoluta un patrón de conducta que nunca se ha cuestionado.
Los directores y guionistas: Chris Sanders y Dean DeBlois (con la colaboración de, Will Davies), se basaron en la obra, “How to Train your Dragon” (2003), primera de la serie que, sobre el mismo tema, ha publicado la escritora inglesa, Cressida Cowell, de la cual –a 2015- había vendido más de 7 millones de ejemplares. El alegato contra las tradiciones es bien claro; el llamado a profundizar en nuestras creencias y a seguir -contra todo- los impulsos del alma, es contundente… y al final, uno siente que, la personalidad de ese pequeño llamado, Hiccup, es la suerte de respuestas que debe tener toda sociedad para que la evolución humana pueda seguir su marcha. ¡Hay tanta gente aun imponiéndonos el atraso! Y así no debe ser.
La tecnología de, Dreamworks, sigue siendo impecable (el diseño de producción, el departamento de arte, la edición, el sonido…), todo está hecho con el más alto cuidado y la mayor calidad posible. La banda sonora logra un excelente complemento; los personajes resultan encantadores y las voces muy acertadas… y solo le seguiremos objetando a, Disney, el hecho de que el joven héroe o la heroína tengan que ser -casi siempre-, un príncipe, una princesa o el hijo del jefe del clan… ¡cuando la realidad contradice a diario éstas pretensiones!
La historia nos habla de, Hiccup, el hijo adolescente del líder de un clan vikingo que habita en una aldea costera llamada, Berk (traducible como, Tierra de imbéciles), el cual está ya en edad de ser entrenado para matar dragones… pero, cuando por iniciativa propia consigue atrapar a uno (y justamente el más temido por todos, un Night Fury, al que si te encuentras -dice la leyenda- “tu única esperanza es esconderte y rezar para que no te encuentre”), el chico es incapaz de matarlo, pues, el animal le despierta compasión… y lo que sigue, es una relación tan especial, que permitirá poner en juicio un arraigado y dañino paradigma, y quizás, aquella primitiva sociedad consiga al fin, dar un paso en su necesaria evolución.
Con la encantadora y divertida metáfora de, <<CÓMO ENTRENAR A TU DRAGÓN>>, me he sentido bastante a gusto… es de esa suerte de historias que nuestra sociedad ¡aún sigue necesitando!
Con ideas profundamente cuestionables como éstas, las sociedades viven en el atraso, la gente es terriblemente manipulada, y la posibilidad de ser libres y mentalmente sanos, se aleja cada día más. En este sentido, es que encuentro valiosa ésta película que demuestra cómo toda una sociedad puede equivocarse cuando asume como verdad absoluta un patrón de conducta que nunca se ha cuestionado.
Los directores y guionistas: Chris Sanders y Dean DeBlois (con la colaboración de, Will Davies), se basaron en la obra, “How to Train your Dragon” (2003), primera de la serie que, sobre el mismo tema, ha publicado la escritora inglesa, Cressida Cowell, de la cual –a 2015- había vendido más de 7 millones de ejemplares. El alegato contra las tradiciones es bien claro; el llamado a profundizar en nuestras creencias y a seguir -contra todo- los impulsos del alma, es contundente… y al final, uno siente que, la personalidad de ese pequeño llamado, Hiccup, es la suerte de respuestas que debe tener toda sociedad para que la evolución humana pueda seguir su marcha. ¡Hay tanta gente aun imponiéndonos el atraso! Y así no debe ser.
La tecnología de, Dreamworks, sigue siendo impecable (el diseño de producción, el departamento de arte, la edición, el sonido…), todo está hecho con el más alto cuidado y la mayor calidad posible. La banda sonora logra un excelente complemento; los personajes resultan encantadores y las voces muy acertadas… y solo le seguiremos objetando a, Disney, el hecho de que el joven héroe o la heroína tengan que ser -casi siempre-, un príncipe, una princesa o el hijo del jefe del clan… ¡cuando la realidad contradice a diario éstas pretensiones!
La historia nos habla de, Hiccup, el hijo adolescente del líder de un clan vikingo que habita en una aldea costera llamada, Berk (traducible como, Tierra de imbéciles), el cual está ya en edad de ser entrenado para matar dragones… pero, cuando por iniciativa propia consigue atrapar a uno (y justamente el más temido por todos, un Night Fury, al que si te encuentras -dice la leyenda- “tu única esperanza es esconderte y rezar para que no te encuentre”), el chico es incapaz de matarlo, pues, el animal le despierta compasión… y lo que sigue, es una relación tan especial, que permitirá poner en juicio un arraigado y dañino paradigma, y quizás, aquella primitiva sociedad consiga al fin, dar un paso en su necesaria evolución.
Con la encantadora y divertida metáfora de, <<CÓMO ENTRENAR A TU DRAGÓN>>, me he sentido bastante a gusto… es de esa suerte de historias que nuestra sociedad ¡aún sigue necesitando!