Black Swan es una película que transporta al espectador al oscuro mundo de la perfección y las obsesiones que pueden conducir a la locura. Dirigida por Darren Aronofsky, la película sigue la historia de Nina (Natalie Portman), una bailarina del ballet de Nueva York que se esfuerza por lograr el papel principal en una producción. A medida que se sumerge en el papel logrado, comienza a experimentar una serie de sucesos extraños y perturbadores que la llevan a cuestionar su propia cordura.

La dirección de Aronofsky es excepcional, mostrando, una vez mas, su habilidad para crear una atmósfera inquietante y opresiva que envuelve al espectador en la mente de Nina. Los encuadres y movimientos de cámara son precisos y expresivos, enfatizando la tensión y la angustia de la protagonista, y llevando al espectador a través de su viaje psicológico.

La fotografía de Matthew Libatique es impresionante, capturando la belleza y el glamour del mundo del ballet, mientras que al mismo tiempo resalta la frialdad y la rigidez de este mundo. Los efectos visuales también son impresionantes, mostrando la transformación física y mental de Nina a medida que se adentra en su papel.

El guion de Mark Heyman, John McLaughlin y Andres Heinz es intrigante y bien estructurado, construyendo lentamente la tensión y el drama a medida que la trama se desarrolla. La profundidad de los personajes también es destacable, especialmente en el caso de Nina, cuya obsesión por la perfección la lleva a un peligroso territorio psicológico.

La música de Clint Mansell es un elemento clave en la película, creando una atmósfera inquietante y perturbadora que se intensifica a medida que avanza la trama. La interpretación de Portman es impresionante, transmitiendo la vulnerabilidad y la tensión de su personaje con una gran habilidad.

Que mas se puede decir de esta joya, Black Swan es una película intensa y perturbadora que ofrece una exploración fascinante de la obsesión y la perfección.