Danny Boyle es uno de los mejores directores contemporáneos y lo demuestra película tras película. El británico ha tocado todos los registros posibles a lo largo de su completa y variada filmografía, y con "Slumdog Millionaire" se atreve incluso a coquetear con otro idioma en otro país y con un formato novedoso y original.

"Slumdog Millionaire" es su mejor obra desde "Trainspotting". El último film de Boyle es entretenido, frenético, exótico y extravagante. Es una bella locura ambientada en los suburbios de la India y en la que un joven se hace millonario de la noche a la mañana jugando al programa de televisión ¿Quieres ser millonario?

El joven no es ningún genio, y al acertar las preguntas sospechan que esté haciendo trampas y es arrestado por la policía. Mientras Boyle nos muestra pregunta a pregunta como se desarrolla el programa de televisión, el concursante cuenta a sus interrogadores los motivos por lo que conoce las respuestas. Así, el joven Jamal Mali va repasando momentos transcendentales de su vida en los que las respuestas a las preguntas del programa le fueron desveladas.

Jamal repasa su infancia junto a su hermano y junto a su amiga Latika de la que siempre estuvo enamorado. El film pasa por momentos dramáticos contundentes, pero Boyle no pretende hacer de "Slumdog Millionaire" un dramón descarnado, por contra apacigua el llanto con momentos divertidos, pero sobretodo nos entretiene con una historia original con un formidable formato y una bella y dura imagen de la India en la que se respira su olor, su color, su amor y su miseria. Brillante película.