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Voto de Chris Jiménez:
8

Voto de Chris Jiménez:
8
6,3
25.549
Comedia
Tras quedar gravemente herido su compañero Nordberg en un tiroteo protagonizado por una banda de narcotraficantes, el incompetente teniente Frank Drebin busca al jefe de la organización para vengarse. Sospecha del magnate naviero Vincent Ludwig, pero no tiene pruebas para inculparlo. Sin embargo, de manera inesperada, consigue la ayuda de Jane Spencer, una antigua novia de Ludwig. (FILMAFFINITY)
1 de marzo de 2017
1 de marzo de 2017
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Hace mucho tiempo los ciudadanos creyeron estar a salvo cuando el sargento Frank Drebin, teniente detective de la Brigada Policial, llegó para protegerles de los malhechores...se equivocaban, claro.
Años después, y parece mentira que así sea, ha regresado. Qué Dios nos coja confesados...
Sí, puede que todavía quede por ahí alguien (un auténtico fan no, desde luego) que no tenga ni idea, pero Frank Drebin ya existió antes de aterrizar como pudo en el cine en 1.988 con la que sería la primera de una monumental trilogía del humor absurdo; en concreto lo hizo en formato televisivo para "Police Squad!", una serie imaginada por el celéberrimo trío David Zucker/Jim Abrahams/Jerry Zucker tras el increíble éxito de su peripecia aérea con el siempre dispuesto Leslie Nielsen en una entrañable parodia de los hieráticos héroes policíacos que había interpretado años antes.
Pero la ABC, con la excusa de que el público no era capaz de apreciar en su totalidad todo el humor expuesto en pantalla (¡!), la canceló tristemente después de seis episodios; una serie cómica sin duda adelantada a su tiempo que quedó como objeto de culto. No obstante, el equipo de directores/guionistas propuso a Nielsen volver a dar vida a Frank para una película de presupuesto millonario; las posibilidades eran otras y mejores (sobre todo porque el público de 1.988 poco tenía que ver con los teleespectadores de 1.982). Esta vuelta se idea de una manera grandiosa, con una reunión en Beirut de los príncipales y más malévolos líderes mundiales.
Y ahí entra Nielsen, más envejecido pero incuestionablemente implacable en su rol de Frank, quien se carga a todos los presentes con un golpe de puños más feroz que el de Chuck Norris (escena imposible de rodar hoy día); los que lamentaron su desaparición se llevaron uno de los prólogos y uno de los retornos de un personaje más memorables de la Historia del cine. Empieza así, sirena en alto, "The Naked Gun: From the Files of Police Squad!", con este torpe y encantador detective envuelto en un caso de asalto contra su compañero Norberg en el puerto (O.J. Simpson en sustitución del infinitamente más gracioso Peter Lupus).
El guión no se aparta un ápice de los procederes policiales y los múltiples "gags" contenidos en ellos que mostraba la serie; de hecho veremos algunos repetidos (y en las otras entregas), aunque Zucker decide deshacerse del sabio limpiabotas Jim, imprescindible para resolver los casos, y cambia levemente a Ted (haciéndole más una parodia de los científicos de las películas de espías y ya sin niños a su alrededor). Por otra parte a un servidor le resulta imperdonable no ver al gran Alan North como Ed, el compañero y jefe del protagonista, reemplazado por el más conocido y oscarizado George Kennedy (ni mucho menos una mala elección).
Al villano, Ludwig, lo encarna un excelente Ricardo Montalban que sabe aprovechar su vena dramática para reírse de ella, sello inconfundible del humor del trío y lo que hace de sus obras una constante de diversión: interpretar el drama en su vertiente más trágica a través de la delirante parodia, si bien ahora el director prefiere enfocarse de una forma más dinámica en la broma visual y el "slapstick”, más políticamente incorrecto, menos malicioso, y dejando un poco a un lado esos enmarañados diálogos, plagados de doble sentido. Pero si algo distancia el film de la serie es en buscar un romance para Frank, lo cual el público nunca pudo ver en su momento (o no tuvo tiempo, claro).
La preciosa y sensual Priscilla Presley, como Jane, es la encargada de humanizar y expandir emocionalmente a un personaje que antes sólo cumplía con los rasgos de los estoicos policías clásicos, noctámbulos sin vida privada y sin un hogar salvo el despacho (aquí ya entraremos en casa del protagonista); es más, la larga secuencia centrada en su aventura amorosa, bajo el auspicio de la alegre "I'm Into something Good!" de Peter Noone, nos brinda algunos de los "gags" más divertidos creados por los Zucker y Abrahams, y deja ver la asombrosa química que poseen los dos actores.
Entonces, como sucedía con casi todas las féminas de la serie (y todas ellas rubias), pasa a ser una víctima más de los planes del villano, que incluyen asesinar nada menos que a Isabel II en su visita a Los Angeles durante un partido de baseball; no hay dudas de que este tramo final y todos los disparates que el guión va hilvanando en pos del acto heroico de Frank (quien como el Clouseau de Sellers recurre todo el tiempo al disfraz para cumplir su misión), permanece en la memoria colectiva y se alza como uno de los momentos definitivos de la comedia de todos los tiempos.
El himno americano pésimamente interpretado, el gracioso cacheo a los jugadores en el partido, la gran pelea final de éstos, los hilarantes accidentes deportivos en la pantalla del estadio, el protagonista bailando con cada strike o el cara a cara definitivo entre éste y Ludwig; instantes con los que, como afirmó la crítica Janet Maslin, es imposible no reírse. Pero también es fácil atesorar otros como la entrada nocturna de Frank a la oficina de Ludwig y el caos posterior (aquí brilla el Nielsen heredero de la tradición "slapstick"), la persecución del doctor en el coche de la autoescuela o la ceremonia de bienvenida a la reina.
Por supuesto "The Naked Gun" no jugaba en la misma liga que "Police Squad!", así que sus virtudes fueron ampliamente aplaudidas, primero con la aceptación de muchos críticos y luego con el apoyo de la taquilla, con la que el trío volvió a triunfar recaudando, sólo en EE.UU., seis veces el presupuesto invertido.
Y Leslie Nielsen, tras seis años sin colaborar con ellos, regresó también triunfal como el que acabaría convirtiéndose en su personaje más memorable. Cierre perfecto para una trilogía obligatoria de la comedia (junto con "Aterriza como Puedas" y "Top Secret") y comienzo de otra que proseguiría con las aventuras del detective.
Años después, y parece mentira que así sea, ha regresado. Qué Dios nos coja confesados...
Sí, puede que todavía quede por ahí alguien (un auténtico fan no, desde luego) que no tenga ni idea, pero Frank Drebin ya existió antes de aterrizar como pudo en el cine en 1.988 con la que sería la primera de una monumental trilogía del humor absurdo; en concreto lo hizo en formato televisivo para "Police Squad!", una serie imaginada por el celéberrimo trío David Zucker/Jim Abrahams/Jerry Zucker tras el increíble éxito de su peripecia aérea con el siempre dispuesto Leslie Nielsen en una entrañable parodia de los hieráticos héroes policíacos que había interpretado años antes.
Pero la ABC, con la excusa de que el público no era capaz de apreciar en su totalidad todo el humor expuesto en pantalla (¡!), la canceló tristemente después de seis episodios; una serie cómica sin duda adelantada a su tiempo que quedó como objeto de culto. No obstante, el equipo de directores/guionistas propuso a Nielsen volver a dar vida a Frank para una película de presupuesto millonario; las posibilidades eran otras y mejores (sobre todo porque el público de 1.988 poco tenía que ver con los teleespectadores de 1.982). Esta vuelta se idea de una manera grandiosa, con una reunión en Beirut de los príncipales y más malévolos líderes mundiales.
Y ahí entra Nielsen, más envejecido pero incuestionablemente implacable en su rol de Frank, quien se carga a todos los presentes con un golpe de puños más feroz que el de Chuck Norris (escena imposible de rodar hoy día); los que lamentaron su desaparición se llevaron uno de los prólogos y uno de los retornos de un personaje más memorables de la Historia del cine. Empieza así, sirena en alto, "The Naked Gun: From the Files of Police Squad!", con este torpe y encantador detective envuelto en un caso de asalto contra su compañero Norberg en el puerto (O.J. Simpson en sustitución del infinitamente más gracioso Peter Lupus).
El guión no se aparta un ápice de los procederes policiales y los múltiples "gags" contenidos en ellos que mostraba la serie; de hecho veremos algunos repetidos (y en las otras entregas), aunque Zucker decide deshacerse del sabio limpiabotas Jim, imprescindible para resolver los casos, y cambia levemente a Ted (haciéndole más una parodia de los científicos de las películas de espías y ya sin niños a su alrededor). Por otra parte a un servidor le resulta imperdonable no ver al gran Alan North como Ed, el compañero y jefe del protagonista, reemplazado por el más conocido y oscarizado George Kennedy (ni mucho menos una mala elección).
Al villano, Ludwig, lo encarna un excelente Ricardo Montalban que sabe aprovechar su vena dramática para reírse de ella, sello inconfundible del humor del trío y lo que hace de sus obras una constante de diversión: interpretar el drama en su vertiente más trágica a través de la delirante parodia, si bien ahora el director prefiere enfocarse de una forma más dinámica en la broma visual y el "slapstick”, más políticamente incorrecto, menos malicioso, y dejando un poco a un lado esos enmarañados diálogos, plagados de doble sentido. Pero si algo distancia el film de la serie es en buscar un romance para Frank, lo cual el público nunca pudo ver en su momento (o no tuvo tiempo, claro).
La preciosa y sensual Priscilla Presley, como Jane, es la encargada de humanizar y expandir emocionalmente a un personaje que antes sólo cumplía con los rasgos de los estoicos policías clásicos, noctámbulos sin vida privada y sin un hogar salvo el despacho (aquí ya entraremos en casa del protagonista); es más, la larga secuencia centrada en su aventura amorosa, bajo el auspicio de la alegre "I'm Into something Good!" de Peter Noone, nos brinda algunos de los "gags" más divertidos creados por los Zucker y Abrahams, y deja ver la asombrosa química que poseen los dos actores.
Entonces, como sucedía con casi todas las féminas de la serie (y todas ellas rubias), pasa a ser una víctima más de los planes del villano, que incluyen asesinar nada menos que a Isabel II en su visita a Los Angeles durante un partido de baseball; no hay dudas de que este tramo final y todos los disparates que el guión va hilvanando en pos del acto heroico de Frank (quien como el Clouseau de Sellers recurre todo el tiempo al disfraz para cumplir su misión), permanece en la memoria colectiva y se alza como uno de los momentos definitivos de la comedia de todos los tiempos.
El himno americano pésimamente interpretado, el gracioso cacheo a los jugadores en el partido, la gran pelea final de éstos, los hilarantes accidentes deportivos en la pantalla del estadio, el protagonista bailando con cada strike o el cara a cara definitivo entre éste y Ludwig; instantes con los que, como afirmó la crítica Janet Maslin, es imposible no reírse. Pero también es fácil atesorar otros como la entrada nocturna de Frank a la oficina de Ludwig y el caos posterior (aquí brilla el Nielsen heredero de la tradición "slapstick"), la persecución del doctor en el coche de la autoescuela o la ceremonia de bienvenida a la reina.
Por supuesto "The Naked Gun" no jugaba en la misma liga que "Police Squad!", así que sus virtudes fueron ampliamente aplaudidas, primero con la aceptación de muchos críticos y luego con el apoyo de la taquilla, con la que el trío volvió a triunfar recaudando, sólo en EE.UU., seis veces el presupuesto invertido.
Y Leslie Nielsen, tras seis años sin colaborar con ellos, regresó también triunfal como el que acabaría convirtiéndose en su personaje más memorable. Cierre perfecto para una trilogía obligatoria de la comedia (junto con "Aterriza como Puedas" y "Top Secret") y comienzo de otra que proseguiría con las aventuras del detective.