Robert Pattison demuestra que ya es un buen, sólido, versátil e imprescindible actor, pues da un salto de calidad interpretando a los Mickeys que aparecen en este larga película de ciencia ficción, demasiado parecida a la realidad que nos espera a la vuelta de la esquina donde, como buen "cocido" cinematográfico, hay un poco de todo: comedia - las situaciones son absurdamente divertidas-, romance -atrevido para la industria americana-, crítica ácida y parodia gruesa del mundo actual, especialmente a ese modelo político trumpista - magníficamente interpretado por el duo Mark Ruffalo y Toni Collete- , y para postre unos alienígenas tolerantes, inteligentes y peludos que se van a vender como churros en forma de peluche navideño. Con tantos elementos, sin embargo, la película no tiene grandeza alguna - por la tendencia a lo hiperbólico y exagerado al estilo del mejor cine de Wes Anderson- aunque contenga un asunto ético de primer orden sobre el valor de lo humano y su originalidad, además de la superación de la muerte por medios tecnológicos. Con un cuenco grande de palomitas se deja ver...