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Voto de Javi McClane:
2

Voto de Javi McClane:
2
2024 

Álex de la Iglesia (Creador), Jorge Guerricaechevarría (Creador) ...
4,8
2.820
Serie de TV. Thriller. Intriga
Miniserie de TV (2024). 6 episodios. Tras la muerte de su marido en una explosión, una viuda afligida y un expolicía atormentado investigan una serie de asesinatos relacionados con la Expo 92 de Sevilla.
18 de diciembre de 2024
18 de diciembre de 2024
12 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
1992 es la nueva serie de Álex de la Iglesia después de la cancelada 30 monedas, y en esta ocasión para Netflix. Le tenía bastantes ganas por el punto de partida y, sobre todo, por ser del señor de la Iglesia, indiscutiblemente, uno de los mejores cineastas del panorama español. Bueno, al menos lo era, porque después de Veneciafrenia, uno de los peores slashers que ha parido el cine español en su historia, convirtiendo a la infame Tuno Negro en El Padrino, y de la serie que nos ocupa, creo que podemos hablar en pasado, porque está claro que ha perdido su toque.
Eh, no pasa nada, le sucede a los mejores, y el director y guionista me cae bien, por lo que intentaré no ser muy duro con esta opinión, pero es que como espectador me debo a la verdad, y la sensación que me queda es de que me han hecho perder el tiempo, y de que me han intentado tratar de gilipollas. Esto último prefiero pensar que no, que en su cabeza era espectacular, pero madre mía el guion… madre mía.
Pero empecemos por lo bueno, como la banda sonora de Roque Baños, un compositor que nunca falla, o una parte del reparto que se entrega a la causa, como un sorprendente Fernando Valdivieso, eterno secundario, y aquí tiene su gran oportunidad como protagonista, lástima que haya sido en esta serie; un siempre estupendo Carlos Santos, que te saca con nota le des lo que le des, o un convincente Gorka Lasaosa, entre otros.
Por otro lado, el punto de partido es muy interesante, con ese asesino disfrazado de Curro de la Expo del 92, calcinando a sus víctimas, y con un primer episodio que, sin ser perfecto, presenta bien las bases y en cierta forma te atrapa, sin que seamos capaces todavía de ver las debilidades de un guion tan absurdo, que te dan ganas de lanzar el mando contra la televisión.
Pero antes debo confesar, muy a mi pesar, que la dirección es mediocre, no sé si por las prisas, razones presupuestarias, o qué demonios habrá pasado aquí, pero que los espectadores se den cuenta de los fallos técnicos y de racord, es decir, la continuidad entre escenas, con personajes que desaparecen a los dos segundos, otros que no envejecen con el paso del tiempo porque les ha importado todo un carajo, y lindezas varias, pues son errores que claman al cielo, y es algo que ya se veía en la horrible Veneciafrenia.
Algo pasa con Álex, pero desde luego es sorprendente que haya pasado el filtro una serie que parece dirigida por aficionados que no han cogido una cámara en su vida. Ni para estrenar en Netflix tiene la calidad suficiente, y con eso os lo digo todo.
Pero ese no es el problema, porque, aunque el apartado técnico de la propuesta sea decididamente pobre y caótico, aquí lo que falla y te invita a mandar a la mierda a la propuesta, es su guion, cortesía del cineasta y un par de individuos más, que me creo que pensasen que estaban haciendo una serie única y digna de todos los elogios, pero que les ha salido mal, muy mal.
La historia va dando vueltas sobre sí misma, en seis episodios de cuarenta minutos, que podrían haber sido una película de hora y media, pero perfectamente, porque una cosa es que intentes colar pistas falsas a los espectadores, ese truco lo hacen hasta los mejores, pero por Dios, no me los mandes a otro continente a perder el tiempo, que me estás tomando el pelo.
Tampoco ayuda la protagonista, con una Marián Álvarez que hace lo que puede, porque es buena actriz, pero es que esto no te lo salva ni la jodida Meryl Streep, porque no es que sea uno de los personajes más ridículos e insufribles de la ficción española o de los últimos años, es que me atrevería a decir que de la historia del firmamento, porque ha alcanzado el Olimpo de los Dioses de la estupidez.
No hay por dónde cogerla, porque si la puede cargar, la cagará. Que sí, es una civil y ama de casa, entiendo a dónde quieres ir a parar, pero de nada me sirve si se encuentra con el asesino y le grita que le ha visto en la escena del crimen, para segundos después echar a correr temiendo por su vida, o lo que sucede en el desenlace, un acto de inconsciencia que confirma que es una auténtica tarada.
Da igual cual sea el obstáculo, que, si tiene que ir a un barrio peligroso irá desarmada, si tiene que perseguir al principal sospechoso, le gritará, y si tiene que poner vidas en peligro, adelante, sin miedo. Y encima no cae bien, por mucho que se esfuercen en ello, formando una imposible pareja con el otro protagonista, y con amenaza de segunda temporada para ver más aventuras de la loca descerebrada que juega a los detectives, y que lo único que va a encontrar es una muerte rápida. Lo que pasa es que de momento ha tenido suerte, pero de verdad, no hay por dónde cogerla.
Y claro, aquí es cuando te das cuenta de que detrás de todo este complot hay una mala escritura, porque encima la serie es jodidamente predecible, te sabes el final desde que cierto personaje con la palabra villano escrita en la frente dice hola, por lo que no hay misterio, no hay emoción, no hay tensión, no hay nada de nada… Bueno sí, una colección de estupideces que nos hace pensar que detrás de la serie están los mismos de Muchachada Nui, porque otra cosa no me explico.
Y es por todo ello que, a pesar de algunos aciertos, como los comentados, 1992 es mala… muy mala, porque la dirección es un despropósito, pero el bochornoso guion le adelanta por la derecha, riéndose de todos, y confirmando que se les ha ido de las manos. Pero prefiero pensar que su intención no era reírse del público, en un lanzallamas que les ha explotado en la cara, y cuyo resultado es una serie que será mejor que olvidemos cuanto antes, porque han querido jugar la carta de Reina Roja, pero les ha salido el Sharknado de las producciones de detectives.
Pero sabéis qué, que De la Iglesia nos ha dado tantas alegrías en el pasado, que sólo me queda decir, ojalá la próxima te salga bien… ojalá.
Más críticas: El Videoclub de Javi McClane
Eh, no pasa nada, le sucede a los mejores, y el director y guionista me cae bien, por lo que intentaré no ser muy duro con esta opinión, pero es que como espectador me debo a la verdad, y la sensación que me queda es de que me han hecho perder el tiempo, y de que me han intentado tratar de gilipollas. Esto último prefiero pensar que no, que en su cabeza era espectacular, pero madre mía el guion… madre mía.
Pero empecemos por lo bueno, como la banda sonora de Roque Baños, un compositor que nunca falla, o una parte del reparto que se entrega a la causa, como un sorprendente Fernando Valdivieso, eterno secundario, y aquí tiene su gran oportunidad como protagonista, lástima que haya sido en esta serie; un siempre estupendo Carlos Santos, que te saca con nota le des lo que le des, o un convincente Gorka Lasaosa, entre otros.
Por otro lado, el punto de partido es muy interesante, con ese asesino disfrazado de Curro de la Expo del 92, calcinando a sus víctimas, y con un primer episodio que, sin ser perfecto, presenta bien las bases y en cierta forma te atrapa, sin que seamos capaces todavía de ver las debilidades de un guion tan absurdo, que te dan ganas de lanzar el mando contra la televisión.
Pero antes debo confesar, muy a mi pesar, que la dirección es mediocre, no sé si por las prisas, razones presupuestarias, o qué demonios habrá pasado aquí, pero que los espectadores se den cuenta de los fallos técnicos y de racord, es decir, la continuidad entre escenas, con personajes que desaparecen a los dos segundos, otros que no envejecen con el paso del tiempo porque les ha importado todo un carajo, y lindezas varias, pues son errores que claman al cielo, y es algo que ya se veía en la horrible Veneciafrenia.
Algo pasa con Álex, pero desde luego es sorprendente que haya pasado el filtro una serie que parece dirigida por aficionados que no han cogido una cámara en su vida. Ni para estrenar en Netflix tiene la calidad suficiente, y con eso os lo digo todo.
Pero ese no es el problema, porque, aunque el apartado técnico de la propuesta sea decididamente pobre y caótico, aquí lo que falla y te invita a mandar a la mierda a la propuesta, es su guion, cortesía del cineasta y un par de individuos más, que me creo que pensasen que estaban haciendo una serie única y digna de todos los elogios, pero que les ha salido mal, muy mal.
La historia va dando vueltas sobre sí misma, en seis episodios de cuarenta minutos, que podrían haber sido una película de hora y media, pero perfectamente, porque una cosa es que intentes colar pistas falsas a los espectadores, ese truco lo hacen hasta los mejores, pero por Dios, no me los mandes a otro continente a perder el tiempo, que me estás tomando el pelo.
Tampoco ayuda la protagonista, con una Marián Álvarez que hace lo que puede, porque es buena actriz, pero es que esto no te lo salva ni la jodida Meryl Streep, porque no es que sea uno de los personajes más ridículos e insufribles de la ficción española o de los últimos años, es que me atrevería a decir que de la historia del firmamento, porque ha alcanzado el Olimpo de los Dioses de la estupidez.
No hay por dónde cogerla, porque si la puede cargar, la cagará. Que sí, es una civil y ama de casa, entiendo a dónde quieres ir a parar, pero de nada me sirve si se encuentra con el asesino y le grita que le ha visto en la escena del crimen, para segundos después echar a correr temiendo por su vida, o lo que sucede en el desenlace, un acto de inconsciencia que confirma que es una auténtica tarada.
Da igual cual sea el obstáculo, que, si tiene que ir a un barrio peligroso irá desarmada, si tiene que perseguir al principal sospechoso, le gritará, y si tiene que poner vidas en peligro, adelante, sin miedo. Y encima no cae bien, por mucho que se esfuercen en ello, formando una imposible pareja con el otro protagonista, y con amenaza de segunda temporada para ver más aventuras de la loca descerebrada que juega a los detectives, y que lo único que va a encontrar es una muerte rápida. Lo que pasa es que de momento ha tenido suerte, pero de verdad, no hay por dónde cogerla.
Y claro, aquí es cuando te das cuenta de que detrás de todo este complot hay una mala escritura, porque encima la serie es jodidamente predecible, te sabes el final desde que cierto personaje con la palabra villano escrita en la frente dice hola, por lo que no hay misterio, no hay emoción, no hay tensión, no hay nada de nada… Bueno sí, una colección de estupideces que nos hace pensar que detrás de la serie están los mismos de Muchachada Nui, porque otra cosa no me explico.
Y es por todo ello que, a pesar de algunos aciertos, como los comentados, 1992 es mala… muy mala, porque la dirección es un despropósito, pero el bochornoso guion le adelanta por la derecha, riéndose de todos, y confirmando que se les ha ido de las manos. Pero prefiero pensar que su intención no era reírse del público, en un lanzallamas que les ha explotado en la cara, y cuyo resultado es una serie que será mejor que olvidemos cuanto antes, porque han querido jugar la carta de Reina Roja, pero les ha salido el Sharknado de las producciones de detectives.
Pero sabéis qué, que De la Iglesia nos ha dado tantas alegrías en el pasado, que sólo me queda decir, ojalá la próxima te salga bien… ojalá.
Más críticas: El Videoclub de Javi McClane