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Voto de Javi McClane:
3

Voto de Javi McClane:
3
6,5
11.747
21 de abril de 2024
21 de abril de 2024
43 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
Late Night with the Devil, titulada en España ‘El último Late Night’. El por qué omitir una palabra tan atractiva y necesaria como diablo del título es algo que queda entre los que traducen los títulos en ese hermoso país y… bueno, váyase usted a saber quién, pero tienen las mismas nociones de marketing que yo de física cuántica.
El caso es que estamos ante una cinta de terror que hizo bastante ruido en el reciente festival de Sitges, hasta el punto de ser una de las favoritas. Afortunadamente, se hizo justicia, y le dieron el premio gordo a la infinitamente superior y muy recomendable ‘Cuando el mal acecha’. Y es que volvemos a estar ante otra vende humos, porque llamar a esta cinta nuevo clásico del género o una de las mejores películas de terror de los últimos años, es un chiste que tiene gracia dependiendo de cómo tengas el día.
Porque no falla, película de terror mínimamente decente, es decir, que no sea un absoluto desastre, ya es un nuevo hito del terror, y cada año salen tres o cuatro, cuando en realidad podríamos hablar de una o ninguna, siendo un recurso de marketing tan baratero y evidente como engañoso, porque obviamente te quieren vender un producto del montón como algo más, porque de otra forma no picarías el anzuelo. Y eh, han cumplido su objetivo, porque esto habrá costado cuatro duros y ya lleva recaudados 10 millones mundiales, pero es que en este caso la estratagema es todavía más alarmante, porque la palabra que me viene a la mente es mediocridad.
Visualmente la película es fea, escudándose en que es un programa de televisión, pero con unos efectos visuales y prácticos que nos confirman que todo el presupuesto se ha ido al catering. Vamos, que técnicamente luce como un episodio de directo a plataforma, que seamos sinceros, ese era el destino inicial de la cinta.
Y ahí está la clave de todo, lo que define a la perfección al film y nos confirma que hemos sido engañados… otra vez, que estamos ante un episodio alargado de cualquier antología de horror que se precie, siendo una historia estirada como un chicle que se podría haber resumido en treinta o cuarenta minutos, pero que dura una hora más para justificar su paso por festivales y que se la pueda llamar película.
No cuela, porque se nota que no hay mucho qué contar, y de ahí que la propuesta se tome su tiempo, entrando realmente en materia en su hora final, y ojo, porque la película tiene un buen arranque, pero cuando detectas los trucos, te das cuenta de que lo que nos cuentan no es tan interesante como se pretende, y la magia se desvanece.
El por qué muchos críticos y un sector del público han visto una joya en un episodio que habría colado como segmento de Twilight Zone o Historias de la Cripta es algo que se me escapa, pero ya cansa que se maltrate al género del terror con artimañas promocionales, porque lo único que consigues al final es que la gente reniegue y se enfade. Yo ya me río, porque estoy curado de espanto, pero como juguemos a que cada vez que se venda una cinta como nuevo hito del terror, nos toque beber chupito, vamos a acabar todos con un coma etílico.
Tienen que parar, porque la broma ya cansa, y hablamos de películas que en un par de semanas habrán sido olvidadas. ¿Alguien se acuerda de Talk to me? ¿O de Smile? ¿O de X? Y tengo más ejemplos, pero no me apetece jugar a este juego, simplemente dejar claro que no os fieis de lo que se diga en festivales, porque parecen más un congreso de políticos con la cantidad de falacias que salen de ahí, que no un respetable espacio de cine.
Eso sí, el reparto se entrega, destacando a un maravilloso David Dastmalchian, eterno secundario visto en The Dark Knight, Ant-Man y The Suicide Squad, y que aquí saborea su rol protagónico. Es una pena que desperdicie su talento en una cinta que no lo merece, por mucho que digan los críticos, pero eh, también me alegro que le hayan dado su merecida oportunidad. Una cosa no quita la otra, pero que es lo mejor de la película, ya os lo digo yo.
Y ya está, eso es todo, en otro vende motos de manual que se evaporará con el tiempo, a la espera de que llegue otro subproducto al que inflar para ver si rascan algo en la taquilla, porque yo he visto otra película de terror del montón, que no ofrece nada nuevo, y que, si destaca, es por su gran protagonista. Y es que la cruda realidad es que nos han colado un episodio malo de una antología de terror menor, y nos lo hemos comido con patatas… otra vez. ¿Hasta cuándo? Seguramente hasta el mes que viene, pero yo ya no me fío ni de mi sombra.
Más críticas: Javi McClane (Youtube)
El caso es que estamos ante una cinta de terror que hizo bastante ruido en el reciente festival de Sitges, hasta el punto de ser una de las favoritas. Afortunadamente, se hizo justicia, y le dieron el premio gordo a la infinitamente superior y muy recomendable ‘Cuando el mal acecha’. Y es que volvemos a estar ante otra vende humos, porque llamar a esta cinta nuevo clásico del género o una de las mejores películas de terror de los últimos años, es un chiste que tiene gracia dependiendo de cómo tengas el día.
Porque no falla, película de terror mínimamente decente, es decir, que no sea un absoluto desastre, ya es un nuevo hito del terror, y cada año salen tres o cuatro, cuando en realidad podríamos hablar de una o ninguna, siendo un recurso de marketing tan baratero y evidente como engañoso, porque obviamente te quieren vender un producto del montón como algo más, porque de otra forma no picarías el anzuelo. Y eh, han cumplido su objetivo, porque esto habrá costado cuatro duros y ya lleva recaudados 10 millones mundiales, pero es que en este caso la estratagema es todavía más alarmante, porque la palabra que me viene a la mente es mediocridad.
Visualmente la película es fea, escudándose en que es un programa de televisión, pero con unos efectos visuales y prácticos que nos confirman que todo el presupuesto se ha ido al catering. Vamos, que técnicamente luce como un episodio de directo a plataforma, que seamos sinceros, ese era el destino inicial de la cinta.
Y ahí está la clave de todo, lo que define a la perfección al film y nos confirma que hemos sido engañados… otra vez, que estamos ante un episodio alargado de cualquier antología de horror que se precie, siendo una historia estirada como un chicle que se podría haber resumido en treinta o cuarenta minutos, pero que dura una hora más para justificar su paso por festivales y que se la pueda llamar película.
No cuela, porque se nota que no hay mucho qué contar, y de ahí que la propuesta se tome su tiempo, entrando realmente en materia en su hora final, y ojo, porque la película tiene un buen arranque, pero cuando detectas los trucos, te das cuenta de que lo que nos cuentan no es tan interesante como se pretende, y la magia se desvanece.
El por qué muchos críticos y un sector del público han visto una joya en un episodio que habría colado como segmento de Twilight Zone o Historias de la Cripta es algo que se me escapa, pero ya cansa que se maltrate al género del terror con artimañas promocionales, porque lo único que consigues al final es que la gente reniegue y se enfade. Yo ya me río, porque estoy curado de espanto, pero como juguemos a que cada vez que se venda una cinta como nuevo hito del terror, nos toque beber chupito, vamos a acabar todos con un coma etílico.
Tienen que parar, porque la broma ya cansa, y hablamos de películas que en un par de semanas habrán sido olvidadas. ¿Alguien se acuerda de Talk to me? ¿O de Smile? ¿O de X? Y tengo más ejemplos, pero no me apetece jugar a este juego, simplemente dejar claro que no os fieis de lo que se diga en festivales, porque parecen más un congreso de políticos con la cantidad de falacias que salen de ahí, que no un respetable espacio de cine.
Eso sí, el reparto se entrega, destacando a un maravilloso David Dastmalchian, eterno secundario visto en The Dark Knight, Ant-Man y The Suicide Squad, y que aquí saborea su rol protagónico. Es una pena que desperdicie su talento en una cinta que no lo merece, por mucho que digan los críticos, pero eh, también me alegro que le hayan dado su merecida oportunidad. Una cosa no quita la otra, pero que es lo mejor de la película, ya os lo digo yo.
Y ya está, eso es todo, en otro vende motos de manual que se evaporará con el tiempo, a la espera de que llegue otro subproducto al que inflar para ver si rascan algo en la taquilla, porque yo he visto otra película de terror del montón, que no ofrece nada nuevo, y que, si destaca, es por su gran protagonista. Y es que la cruda realidad es que nos han colado un episodio malo de una antología de terror menor, y nos lo hemos comido con patatas… otra vez. ¿Hasta cuándo? Seguramente hasta el mes que viene, pero yo ya no me fío ni de mi sombra.
Más críticas: Javi McClane (Youtube)