Buena película, biografía del mítico Bob Dylan, en su primera etapa, aquella en la que, desconocido para el mundo de la música, llega a Nueva York dispuesto a labrarse un futuro.

James Mangold es verdad, tal y como estoy leyendo por allí y por aquí, que no llega a la excelencia de "En la cuerda floja", film precioso, entretenidísimo y muy emotivo, pero sí que consigue un producto mucho más que digno y ameno.

Dos horas y veinte minutos que se pasan en un suspiro, gracias a la buena realización de Mangold, un guion que, de acuerdo, no profundiza en el alma del artista, pero sí que retrata bastante fielmente los primeros pasos de Dylan en la gran urbe, los contactos que consigue y sus diversas actuaciones musicales, que desembocaron en el Newport Folk Festival, de 1965, poniendo su sello personal y comenzando su gran historia que llega hasta nuestros días.

Excelentes interpretaciones, con Timothée Chalamet mimetizándose como Dylan y un gran Edward Norton, que siempre ha sigo genial pero que aquí reverdece sus ya algo viejos laureles.

Soberbia ambientación, estupendo montaje y sonido y una fotografía dando lustre a interiores y exteriores donde se desarrollan los hecho narrados con claridad meridiana.

Para mi gusto, está bastante bien, no es redonda, pero sí clarificadora e interesante.

¡Ah! Y un descubrimiento personal, Monica Barbaro, en el papel de la insigne Joan Baez, espléndida.

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