El problema de las películas de Percy Jackson es que, aunque sean entretenidas y cuenten con un buen Logan Lerman como protagonista y un reparto con secundarios de renombre, no es fiel a las novelas de Rick Riordan. Y no sólo en los acontecimientos, sino en algo muy importante que tenían la letra impresa: una clara intención didáctica y de divulgación, acercando a las nuevas generaciones de forma moderna y entretenida a la mitología clásica. Nada de eso está en la película, ya que el foco está puesto en la aventura. Por supuesto, es lógico que sea así, porque el lenguaje cinematográfico es muy diferente del escrito, pero la historia pierde mucho si no se guarda esa fidelidad a la esencia.
Además, la película tampoco es nada del otro mundo. De hecho, es inferior a la primera, y no pasa de ser un simple entretenimiento para adolescentes.