La niñera mágica y el Big Bang es una agradable secuela de la exitosa primera película que nos presentó a Nanny McPhee, la niñera más fea (...) y marcial que hayamos conocido, pero igualmente eficiente y encantadora.
Esta película es, la verdad, muy parecida a su predecesora, así que no esperen grandes riesgos ni sorpresas. Se trata de una simpática aventura para toda la familia, perfecta para ver con niños y enseñarles buenos valores de amistad y amor. Como decimos, el punto de partida y su desarrollo es sorprendentemente similar al de la primera parte: Nanny McPhee acude en ayuda de progenitor (en este caso, la madre) en apuros para domar a una serie de niños bastante asilvestrados e inicialmente hostiles a la niñera. Así pues, queda disfrutar de las aventuras de niños y niñera, la excelente dirección artística y decorados (superiores y menos hirientes a los ojos que los del primer film) que aportan un acertado aire de cuento a la historia (cuento británico, pero muy muy británico... el tono Dickens está por todas partes, y la verdad es que es algo que los vecinos de las islas hacen perfectamente) y por supuesto la presencia de dos actrices superlativas.
Bueno, en realidad tres, porque está también Maggie Smith, en un personaje adorable. Emma Thompson Rhys Ifans funciona muy bien como villano, y Asa Butterfield asume con acierto el liderazgo de los pequeños intérpretes. Las dos actrices soberbias son, por supuesto, Emma Thompson y Maggie Gyllenhaal. De Thompson hay poco que decir ya, porque es de sobra conocida su calidad como actriz y como guionista, labor en la que repite en esta secuela. Gyllenhaal, por su parte, es una actriz infravalorada, muy desconocida para el gran público a pesar de ser hermana de Jake Gyllenhaal, y que ha gozado de poco éxito comercial. Tampoco lo ha buscado, ojo. No ha perseguido los blockbusters y el aplauso fácil. En esta película realiza un excelente trabajo como la atribulada madre de los niños Green. Está simpática, entrañable, dulce y precisa en cada mirada y entonación de frase. Sencillamente, el público está de su lado desde el principio, compadeciéndola y queriendo ayudarla, y es de lo que se trataba. Además, consigue uno de los mejores acentos británicos jamás logrados por un intérprete estadounidense, hombre o mujer.
Correcta y llena de encanto y diversión.

Lo mejor: Maggie Gyllenhaal, extraordinaria, y su encanto innegable (atención a su muy emotivo fina, con sorpresa de Ewan McGregor incluida).
Lo peor: Nada. Es lo que es y punto.